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PayPal quiere ser banco: qué cambiaría para la financiación de pymes en Estados Unidos

La licencia bancaria situaría a PayPal en el centro del crédito, los datos y la rentabilidad de las pymes estadounidenses.

PayPal avanza rápidamente más allá de los pagos y ahora busca entrar directamente en el negocio bancario en Estados Unidos. (Ilustración fotográfica de Thomas Trutschel/Photothek vía Getty Images). Photothek vía Getty Images

Cuando PayPal anunció a mediados de diciembre que había solicitado formalmente convertirse en banco en Estados Unidos, el titular sonó, a primera vista, casi superficial. Una empresa de pagos añade la palabra Bank a su estructura corporativa y las pequeñas empresas siguen viendo ofertas de PayPal Working Capital en su panel. ¿Qué cambia realmente?. La respuesta corta es clara: mucho, si la licencia se aprueba.

PayPal ha presentado solicitudes ante el Departamento de Instituciones Financieras de Utah y la FDIC para crear PayPal Bank, una entidad de crédito industrial con licencia estatal, orientada a la financiación de pequeñas empresas y a la captación de depósitos asegurados. El objetivo declarado es ampliar el acceso al crédito para pymes, reducir la dependencia de bancos socios y reforzar la rentabilidad del grupo. El nuevo banco también aspira a la afiliación directa a las redes de tarjetas en EE. UU., según el comunicado oficial.

Para las pequeñas empresas —y para los bancos que hoy las financian— el movimiento supone un cambio estructural en quién evalúa el riesgo, concede el crédito y captura el valor en una parte creciente del mercado de financiación a pymes.

Dónde está hoy el negocio de financiación a pymes de PayPal

Antes de hablar de PayPal Bank, conviene precisar qué hace ya PayPal en crédito empresarial. Desde 2013, la compañía afirma haber originado más de 30.000 millones de dólares en préstamos y anticipos a pequeñas empresas a nivel global, a través de más de 1,4 millones de operaciones concedidas a más de 420.000 cuentas empresariales. Esta cifra se actualizó en marzo de 2025, cuando PayPal superó ese umbral acumulado.

Su oferta es bien conocida en el comercio electrónico. PayPal Working Capital funciona como un anticipo que se devuelve como porcentaje de las ventas futuras procesadas por la plataforma, con una comisión fija y sin intereses tradicionales, calculada en gran medida a partir del historial de ventas del comercio. PayPal Business Loan y LoanBuilder operan como préstamos a plazo fijo para pymes, con importes que suelen oscilar entre varios miles y más de cien mil dólares, pagos frecuentes y plazos relativamente cortos.

En Estados Unidos, el prestamista legal de estos productos no es PayPal, sino WebBank, un banco con licencia en Utah que respalda numerosos programas fintech. PayPal comercializa, evalúa y gestiona el crédito, pero el balance y la licencia pertenecen al banco socio; posteriormente, PayPal suele adquirir los derechos de cobro. Es un modelo típico de banca por asociación: PayPal controla la relación con el cliente y los datos, mientras el banco controla la licencia y buena parte del perímetro regulatorio.

El crecimiento en este segmento ha sido notable. Según DeBanked, PayPal originó alrededor de 600 millones de dólares en préstamos y anticipos a pymes solo en el tercer trimestre de 2025 y adquirió cerca de 1.600 millones en derechos de cobro durante los nueve primeros meses del año. Aun así, estructuralmente sigue dependiendo de terceros.

Qué está solicitando realmente PayPal

El 15 de diciembre de 2025, PayPal anunció la presentación formal de solicitudes para constituir PayPal Bank como entidad de crédito industrial con sede en Utah.

El mensaje corporativo es explícito. Con un banco propio, PayPal podría ofrecer financiación a pymes de forma más eficiente, reducir la dependencia de bancos socios y capturar una mayor parte del margen del negocio crediticio. Además, el banco ofrecería cuentas de ahorro remuneradas aseguradas por la FDIC dentro de los límites habituales y buscaría la afiliación directa a las redes de tarjetas estadounidenses, complementando sus actuales acuerdos con entidades como Goldman Sachs, Wells Fargo o JPMorgan Chase.

El nombramiento de Mara McNeill, ex presidenta y consejera delegada de Toyota Financial Savings Bank, como presidenta de PayPal Bank refuerza una idea clave: no se trata de una licencia simbólica, sino de una institución bancaria diseñada para operar como tal.

PayPal no pretende convertirse en un banco minorista nacional al estilo de SoFi o Varo. Su ambición es más específica: un banco industrial, centrado en financiación empresarial y ahorro, bajo un marco regulatorio históricamente atractivo para compañías no bancarias.

Por qué un banco industrial y por qué ahora

Un banco industrial con licencia en Utah está sujeto a supervisión estatal y federal, con depósitos asegurados por la FDIC. La diferencia crucial es legal: bajo la Bank Holding Company Act, este tipo de banco queda excluido de la definición tradicional de banco, lo que permite que su empresa matriz no sea considerada un holding bancario a efectos regulatorios consolidados.

Por eso empresas como Block operan Square Financial Services desde Utah. PayPal busca un camino similar, aunque partiendo de una base de datos, comercios y volúmenes muy superior.

El contexto regulatorio también ha cambiado. Tras años de cautela posterior a la crisis financiera, la FDIC ha mostrado una postura más abierta hacia nuevas licencias controladas por fintech. En paralelo, la OCC ha concedido licencias fiduciarias nacionales a empresas de activos digitales, difuminando aún más la frontera entre banca y tecnología. En ese entorno, el movimiento de PayPal resulta oportunista, pero coherente.

Cómo podría cambiar la financiación a pymes

El principal cambio sería pasar de una licencia “alquilada” a un balance propio. Hoy, productos como PayPal Working Capital dependen de estructuras externas de financiación. Con un banco propio, PayPal podría utilizar depósitos asegurados para financiar una mayor parte del crédito, mejorar márgenes y ofrecer condiciones más flexibles. Para las pymes, esto podría traducirse en costes de capital más bajos y mayor estabilidad.

También permitiría una integración más profunda entre pagos, depósitos y crédito. PayPal ya está en el centro de los flujos de caja de muchos comercios. Con una licencia bancaria, esos datos podrían conectarse directamente con cuentas y líneas de crédito propias, ajustando límites y precios casi en tiempo real.

Además, una plataforma bancaria unificada facilitaría una oferta más homogénea a nivel nacional, reduciendo fricciones entre estados, y situaría a PayPal bajo un marco de supervisión bancaria plena, con mayor claridad regulatoria y protección para los clientes empresariales.

Lo que no cambia —y los riesgos

Una licencia no lo resuelve todo. El modelo de evaluación de PayPal seguirá basándose principalmente en datos transaccionales de su plataforma, no en garantías tradicionales. La aprobación regulatoria no está asegurada y podría incluir condiciones exigentes. Y a medida que más fintech se conviertan en bancos, crecerá el escrutinio sobre concentración de mercado y competencia.

Qué significa para la banca tradicional

Para los bancos comunitarios y regionales, la solicitud de PayPal es una señal inequívoca de mayor presión competitiva, especialmente en préstamos de capital circulante de menor importe. Aun así, conservan ventajas relevantes, como el conocimiento local, el acceso a programas de la SBA y la capacidad de financiar negocios que no pasan por los canales digitales de PayPal.

Qué deben preguntarse las pymes

Para los empresarios que ya utilizan PayPal, las incógnitas clave son si el coste del crédito bajará de forma tangible, si existirá una cuenta bancaria empresarial plenamente funcional y cómo cambia el riesgo al concentrar pagos y financiación en una sola plataforma.

Por ahora, se trata de una solicitud. Pero la intención estratégica es evidente: PayPal quiere dejar de ser una empresa de pagos apoyada en bancos para convertirse en una plataforma de pagos con banco propio, con la financiación a pymes como eje central. Si los reguladores dan luz verde, el debate ya no será si PayPal puede ser un banco, sino cuánta parte del crédito a pequeñas empresas estamos dispuestos a que controlen estas plataformas.

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