Jonathan Anderson (Reino Unido, 40 años), uno de los diseñadores más influyentes de su generación, ha dado uno de esos pasos decisivos en la moda, uno de esos que quedarán grabados en la memoria de los amantes del diseño. La transformación de su firma homónima JW Anderson, más que una evolución meramente estética, ha sido una declaración de intenciones: la moda como acto de curar, como una colección de objetos que cuentan historias y como una manera de construir el entorno que nos rodea.
Anderson no busca simplemente diseñar ropa, sino que buscar construir algo íntimo desde su gusto personal, sus vínculos culturales y su círculo cercano. Por ello, esta nueva etapa, presentada en la temporada Resort Primavera 2026, se apoya en aquellas cosas que le gustan, que valora y que le inspiran. Cosas que quiere tener cerca.

El arte de curar y el poder del instinto
Curar —en su forma más directa— es elegir desde el instinto. No se trata de que todo combine perfectamente, sino de juntar cosas distintas y darles sentido desde una perspectiva personal. Esta es la base del nuevo JW Anderson: una propuesta donde cada prenda, objeto o material responde a una visión única, la de Jonathan Anderson.
La nueva colección parte de clásicos reconocibles, pero con giros inesperados y sobre todo, con una atención especial en la procedencia y la calidad —ese «hecho en» tan importante para el diseñador inglés—. Hay denim fabricado en Japón, lino irlandés, damasco tejido o punto escocés. Todo materiales tradicionales que dan lugar a prendas con una historia detrás: no solo por cómo están hechas, sino por quién la hizo y de dónde viene.
La visión completa de Anderson
Esta nueva etapa se acompaña de una imagen renovada, desde un logotipo afinado hasta un nuevo concepto de tienda desarrollado junto al estudio de arquitectura Sanchez Benton. Este novedoso espacio se aleja de la frialdad del minimalismo y apuesta por materiales y colores cálidos que recuerdan al trabajo manual. No es solo una tienda, es una parte más del universo Anderson.
Otro guiño a lo personal es el lookbook creado para esta colección, protagonizado por amigos y colaboradores cercanos al diseñador. Esta elección refuerza, sin duda, la idea de familia y comunidad que Anderson busca construir.
Más allá de la moda: objetos, historias y colecciones
El renovado JW Anderson ya no es solo una marca de moda, es también un gabinete de curiosidades moderno. A los prendas de ropa se suman ahora objetos cuidadosamente seleccionados: reediciones de mobiliario de Charles Rennie Mackintosh, cerámicas de Akiko Hirai, cristalería de Murano, tazas de Lucie Rie, herramientas de jardinería antiguas, mantas galesas, sillas artesanales de Jason Mosseri, té con sabor a café, y miel de la finca Houghton Hall. Una mezcla inesperada, pero con sentido.
Con este cambio, Anderson convierte el lujo en experiencias, cercanía y sensibilidad: una posible nueva dirección para la moda del siglo XXI.


