¿Cómo funcionan las sanciones económicas que la Unión Europea y otros países han impuesto a Rusia? ¿Son suficientes para asfixiar una economía? ¿Y para doblegar el imperialismo de Vladimir Putin?
El pueblo ucraniano muestra un valor y resistencia que emocionan al mundo; la economía rusa agoniza por no poder acceder a sus reservas de capital en el extranjero.
Consecuencia de las sanciones económicas para Rusia
El mundo y la propia Ucrania las percibía tibias en su primera versión, pero sucesivos paquetes de sanciones económicas han conseguido que el rublo se desplome en el mercado de divisas, perdiendo un 30% de su valor en apenas 48 horas. El Banco Central de Rusia, en un intento de contener la inflación y recuperarse de la depreciación de su moneda, ha tomado una medida drástica: subir los tipos de interés del 9,5% al 20%.
La Unión Europea muestra, ante esta invasión a un Estado soberano y democrático, una unión sin precedentes y con apenas fisuras; una unión que será indispensable en la nueva geopolítica que surgirá en el futuro próximo.
Estas sanciones económicas no sólo afectan a Rusia, sino que impactarán en todas las economías europeas. En el precio del gas, del petróleo y de las materias primas se elevará y, con ellos, la inflación en nuestros países.
Las empresas europeas clientes o proveedoras de empresas rusas, ven congelada su operativa; las empresas rusas radicadas en nuestras fronteras tienen que seguir pagando a proveedores europeos, nóminas, sin el apoyo financiero de su matriz rusa; estados y empresas europeas no recibirán inversión de capital en ninguna de sus formas de agentes económicos rusos: el apoyo a Ucrania no va a consistir en pintar de azul y amarillo nuestro estado de Whatsapp ni en lucir camisetas del «no a la guerra».
Así funcionan las sanciones económicas a Rusia, y así Juan Ramón Lucas y Ana Comellas las entienden. «Europa será unida o no será, no hay otra cuestión».