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‘Aquí hay dragones’ o la fórmula del éxito en podcast: «No expliques lo que haces, hazlo»

Acusados de crear cultura (no la hacen)... sobreviven como soldados de fortuna, si usted tiene algún problema y se los encuentra quizá pueda contratarlos.
Arturo González- Campos: traje de Antony Morato, camisa de Mango y zapatos de Pikolinos. Juan Gómez-Jurado: traje de Karl Lagerfeld, camisa de Dockers y zapatos de Pikolinos. Rodrigo Cortés: traje de Mansolutely, camisa de Pedro del Hierro y zapatos de Pikolinos. Javier Cansado: chaqueta de Roberto Verino, camisa de Mango y pantalón de Karl Lagerfeld. (Foto: Andrés García Luján)
Arturo González- Campos: traje de Antony Morato, camisa de Mango y zapatos de Pikolinos. Juan Gómez-Jurado: traje de Karl Lagerfeld, camisa de Dockers y zapatos de Pikolinos. Rodrigo Cortés: traje de Mansolutely, camisa de Pedro del Hierro y zapatos de Pikolinos. Javier Cansado: chaqueta de Roberto Verino, camisa de Mango y pantalón de Karl Lagerfeld. (Foto: Andrés García Luján)

Cuatro tipos: Arturo González-Campos (guionista, monologuista, hombre de radio); Rodrigo Cortés (respetado cineasta –hace diez años viste su película Buried y ahora vas a ver su nueva El amor en su lugar–; también es autor de novelas como la reciente Los años extraordinarios); Juan Gómez-Jurado (escritor superventas; de los pocos en el mundo del club de los seis ceros: casi dos millones de ejemplares lleva vendidos Reina roja) y Javier Cansado (el que no es Faemino en Faemino y Cansado: historia viva del humor de este país). Dos podcasts: Todopoderosos y Aquí hay dragones. Y un mismo éxito para este cuarteto, que tiene algo como de Marvel.

Rodrigo Cortés: Yo soy el hombre invisible.

Javier Cansado: Yo soy Wonder Woman.

Juan Gómez-Jurado: ¡Esa no es de Marvel!

Arturo González-Campos: Yo el hombre hormiga.

“Hay un verbolario de Rodrigo Cortés”, apunta Gómez-Jurado en referencia al diccionario que con este nombre su compañero va produciendo a diario en las páginas de ABC, “que dice que todopoderoso es aquel que hace todo lo que puede. Y nosotros hacemos todo lo que podemos, aunque no sea suficiente”. Empezamos hablando de este podcast.

Todopoderosos: un nombre humilde

R.C: Hay una confusión al respecto que no somos capaces de explicar. Los Todopoderosos son aquellos de los que hablamos: de Coppola a Buñuel, pasando por Roal Dahl o Katheryn Bigelow…

J.G-J: Superman, Indiana Jones.

J.C: Nosotros somos ubicuos…

A.G-C: …pero no todopoderosos. El título sólo valdría si el programa lo hiciera solo yo. Los demás estropean el título.

J.G-J: Hay un chaval amigo mío que dice que Todopoderosos va de los amigos que nos encontramos por el camino.

R. C: ¿Es un catequista?

J. C: ¿Le has visto alguna vez por la calle cantando Viva la gente?

J. G-J: Pues a mí me hace gracia…

Bueno, el otro podcast: Aquí hay dragones

R.C: Nos sobran las ideas. ¡Se nos caen!

J.C: Tenemos tal vida interior, tantas cosas que contar, que Todopoderosos nos parecía poco. Por eso Aquí hay dragones, que es más variopinto. Nos gusta abrir el espectro.

R.C: Aprovechamos para hablar de música, porque no es un ámbito para el que Todopoderosos sea propicio. Así ponemos temas, hablamos de ellos… Quieras que no, cuando suenan tres minutos de una canción, son tres minutos que no decimos nada.

A.G-C: Quiero aclarar que Aquí no hay dragones, lo mismo que Todopoderosos, no habla de nosotros, porque sino nos llamaríamos Aquí hay Rodrigos o Aquí hay Juanes.

¿Tenéis claro qué material va a qué ‘podcast’?

J.G-J: No. Una de las cosas que más nos divierte es que cada uno
de nosotros sorprende a todos los demás. Nunca hablamos de nada antes de ningún programa, ni en Dragones ni en Todopoderosos.

R.C: Muy poca gente se lo cree. Aunque Todopoderosos es un monográfico de dos horas donde inevitablemente se habla de muchas cosas –a veces llegando a determinadas honduras– jamás ponemos nada en común. No existe guion ni escaleta, y nadie sabe cuál es el tema del compañero.

J.C: Siempre es muy abierto. El leivmotiv de los dos programas es divertirnos…

R.C: El leivmotiv es no preparárselo.

J.C: Queremos pasárnoslo muy bien. Somos personas superficiales, aunque luego lleguemos a donde lleguemos.

R.C: E inconscientes.

Los orígenes del cuarteto se remontan a 2014. “Nos conocimos porque yo hacía un programa en Onda Cero que se llamaba La Parroquia”, recuerda González-Campos. Así llegó, primero y ese mismo año, Todopoderosos, que bajo auspicio de Espacio Fundación Telefónica reunió a este con Gómez-Jurado, Cortés y Sergio Fernández “El Monaguillo”, humorista y actor que iba a ser sustituido en la segunda temporada –y hasta la actual octava– por Cansado. En 2018 llegaría, vía Podium Podcast, Aquí hay dragones, versión condensada de la misma pócima, donde una película, un libro, un viaje o una canción sirven de disparadero para el programa. “Así nace el amor entre los cuatro. Y se me va la vida a la mierda evidentemente. Esos son mis orígenes”, resume González-Campos.

J.C: Nos une el destino.

J.G-J: Y las croquetas. Todo fue idea de Arturo.

A.G-C: Hasta ahí me dejaron llegar. La gente dice, ¿esto de qué va? Va de que hay cuatro tíos que se lo pasan muy bien. Empezó con una idea que estos inmediatamente me destruyeron, que es lo que tenían que hacer.

R.C: No le dejamos cumplir su idea, que era hacer algo friki con temas superheróicos. Cosas de Arturo, de gente que no acaba de crecer. De gente que pierde la virginidad.

Friki sí que fue: el primer Todopoderosos se llamaba “Batman y la gallina Cocoguagua”

J.G-J: Hay que romper una lanza en favor de Arturo, que a lo mejor…

R.C: Y otra encima de Arturo.

A G-C: Pero en la cabeza.

Arturo González- Campos: traje de Antony Morato, camisa de Mango y zapatos de Pikolinos. Juan Gómez-Jurado: traje de Karl Lagerfeld, camisa de Dockers y zapatos de Pikolinos. Rodrigo Cortés: traje de Mansolutely, camisa de Pedro del Hierro y zapatos de Pikolinos. Javier Cansado: chaqueta de Roberto Verino, camisa de Mango y pantalón de Karl Lagerfeld. (Foto: Andrés García Luján)
Arturo González- Campos: traje de Antony Morato, camisa de Mango y zapatos de Pikolinos. Juan Gómez-Jurado: traje de Karl Lagerfeld, camisa de Dockers y zapatos de Pikolinos. Rodrigo Cortés: traje de Mansolutely, camisa de Pedro del Hierro y zapatos de Pikolinos. Javier Cansado: chaqueta de Roberto Verino, camisa de Mango y pantalón de Karl Lagerfeld. (Foto: Andrés García Luján)

J.G-J: …que a lo mejor no sabe elegir los temas, pero es verdad que él tenía muy claro que el podcast era algo muy importante. A mí se me acercó el 25 de julio de 2013 en Madrid…

J.C: Santiago.

J.G-J: No, fue en Madrid.

J.C: No, quiero decir que el 25 de julio es San Santiago. San Tiago.

J.G-J: Ah, vale. Bueno, pues me dice: oye, me gustaría invitarte a grabar un podcast. No nos conocíamos prácticamente de nada.

R.C: Eso es muy de Arturo: invitarte a que le hagas las cosas.

J.G-J: Y yo le dije: “Ah, me encantaría… ¿Un qué?” Y él: “te juntas con gente y lo grabas”. “¿Y eso donde se emite?” “No, es que es un podcast”. Yo hasta aquel momento no había escuchado la palabra podcast.

A.G-C: Yo te agradezco la lanza que has roto, te la arreglo y te la devuelvo, porque en realidad fue casualidad. No es que yo fuera visionario: había encontrado un sitio donde podía hacer cosas que me apetecía hacer y ya está, pero desde luego veeer el futuuuuro del pooooodcast [ironiza] o incluso ver el futuro de nuestro podcast como uno de los más escuchados, ni de coña.

Un poco de historia antes de seguir. El término en inglés podcast deriva de la unión de las palabras iPod y broadcasting. Un periodista de The Guardian, Ben Hammersley, lo utiliza por primera el 12 de febrero de 2004 (si bien es cierto que entre 1999 y 2003 ya hay quienes, tirando de tecnología RSS —Really Simple Syndication— ya juegan con la idea de incluir notas de voz en los blogs). En 2005, el diccionario Oxford la eligió palabra del año. España no de octubre de 2004 se subió a la red el primer podcast en español, Comunicando, donde el periodista José Antonio Gelado hablaba de tecnología, internet y cibercultura. Más o menos desde entonces, tímidamente y no siempre bajo el nombre podcast, se fueron sucediendo los experimentos que fusionaban audio, radio e internet. El año pasado ya existían en el mundo más de 1.800.000 podcasts activos. Nuestro país es el segundo donde más se escucha este formato.

El podcast estaba por hacer, por lo menos aquí. Ahora, ¿hacia dónde va?

J.C: Vendrá lo que sea. Vendrá por señas. He de decir que me invitaron a hacer Todopoderosos pensaba que no se cobraba y cuando salí me dio Arturo 50 euros en mano. Y no me dijo firma aquí ni nada. Y me dije: esto tiene futuro. Yo creo que al podcast le quedan tres o cuatro años; daos prisa.

R.C: Viene la radio pisando fuerte. Yo confié en el podcast porque me dijeron que Arturo había adivinado lo del terremoto de México.

J.G-J: ¡Arturo lo sabe!

A.G-C: El podcast va a sufrir una revolución pues mira, te lo voy a decir… para… junio julio de este año.

R C: Va a empezar a emitirse en directo…

A.G-C: …desde cadenas de radio grandes, y le van a llamar radio.

J.C: Yo creo que el podcast se va a emitir una vez, y si lo pillas lo pillas.

A.G-C: El futuro es comprar casetes. Y poder grabar programas, ¿sabes? Le das al rec

J.C: Pero luego hablarán encima para que no te la grabes entera.

J.G-J: Teniendo en cuenta que esto es Forbes y que a la gente le gusta mucho invertir, yo apuesto por que compren acciones de cromo para las casetes.

R.C: Yo apuesto por los reproductores de mp3 porque 256 megas no los llenas tú en la vida.

Es alentador que seáis líderes de audiencia con dos podcasts culturales…

R.C: ¡No hemos usado esa palabra nunca!

A.G-C: Nuestro podcast no es de cultura, o no lo sabemos si lo es.

J.G-J: Ahora mismo te pegaríamos una paliza.

R.C: Será de lo que sea, pero es una palabra que está proscrita. Ni decimos “cultura” ni decimos “divulgación”.

A.G-C: Ni “prescriptores”.

J.C: Pero yo creo que la cultura es segura.

R.C: Y además creemos firmemente en la fórmula: no expliques lo que haces, hazlo.

J.G-J: Lo único que podemos decir es que nos queremos mucho los cuatro.

R.C: La verdad es que Juan nos quiere muchísimo a los tres, eso es verdad. Y se lo agradecemos.

J.C: Yo querer querer, no les quiero mucho. Pero les admiro.

En un tiempo en que el podcast se abre a lo presencial, hay que recordar que Todopoderosos se hace frente al público. Como cuenta Cortés, “las entradas se agotan en unos tres o cuatro segundos. Literalmente. No somos capaces de explicarnos porqué. Vienen de Mallorca, de Valencia, Zaragoza… Hay gente que pide permiso en el trabajo para poder venir al programa y no lo entendemos”.

¿Iréis al WiZink, como Estirando el chicle?

R. C.: Yo ya he ido.

A. G. C.: Yo he ido bastante. De hecho voy a ver a Miguel Ríos el mes que viene. Yo sí me veo yendo al WiZink, las cosas como son. Nosotros ya hacemos el programa presencial: vamos todos los meses al Espacio Fundación Telefónica, allí se meten 300 personas para vernos –que nos parece una locura y una maravilla–; si alguna vez de repente nos apeteciera irnos al WiZink nos llevaríamos todo el edificio de Telefónica al WiZink porque nosotros sólo lo hacemos ahí. Pero lo haríamos, claro, encantados.

Arturo González- Campos: traje de Antony Morato, camisa de Mango y zapatos de Pikolinos. Juan Gómez-Jurado: traje de Karl Lagerfeld, camisa de Dockers y zapatos de Pikolinos. Rodrigo Cortés: traje de Mansolutely, camisa de Pedro del Hierro y zapatos de Pikolinos. Javier Cansado: chaqueta de Roberto Verino, camisa de Mango y pantalón de Karl Lagerfeld. (Foto: Andrés García Luján)
Arturo González- Campos: traje de Antony Morato, camisa de Mango y zapatos de Pikolinos. Juan Gómez-Jurado: traje de Karl Lagerfeld, camisa de Dockers y zapatos de Pikolinos. Rodrigo Cortés: traje de Mansolutely, camisa de Pedro del Hierro y zapatos de Pikolinos. Javier Cansado: chaqueta de Roberto Verino, camisa de Mango y pantalón de Karl Lagerfeld. (Foto: Andrés García Luján)

G-J: El tema va a ser desmontarlo ladrillo a ladrillo.

A.G-C: Por eso no lo hemos hecho.

J.C: El programa lo hacemos desnudos, entonces la gente se vuelve loca por alguno de nosotros. Estamos de cintura para arriba vestidos y de cintura para abajo desnudos.

A.G-C: Al final ese es el ganchito que hemos sabido buscar para que la gente venga.

R.C: Empezamos desnudando nuestros corazones y enseguida comprendimos donde estaba la pasta.

J.G-J: Nuestro truco es el mismo que llevan usando las boy bands mucho tiempo: tienes al gracioso, al guapo, al tierno y al otro.

A.G-C: Hola, soy el otro.

¿Qué ‘podcast’ os llevaríais a una isla desierta?

J. C.: Nadie sabe nada, Estirando el chicle y uno que hay de toros que se llama Entrando a matar.

R.C: Una isla de toros.

A.G-C: Yo a una isla desierta me llevaría comida, pero si por obligación me tengo que llevar un podcast, pues el de los Broder Tolquin. Y Nadie sabe nada. A ver, que todo cansa, que al final si estoy en una isla desierta y no me rescatan me cansaría hasta de Todopoderosos.

R.C: Yo me llevaría un ídolo de madera para adorarlo y para tener a quien echarle la culpa de todo lo que me fuera mal en la isla desierta.

J.G-J: Yo me voy a llevar Misterios y cubatas. Y un podcast sobre supervivencia en islas desiertas.

J.C: Yo El descampao, Mi año favorito, Broder Tolquin, Entrando a matar otra vez…

R.C: ¿Yo os he dicho lo del ídolo de madera?

A.G-C: Sí, lo has dicho.

Tienen los podcast del cuarteto lo mejor del espíritu amateur –esa improvisación mezclada con entusiasmo– siendo un producto de factura profesional. La diferencia entre uno y otro factor está en cobrar, coinciden. Y cuando Cansado se pone serio y dice “A mí, si me pagas mil euros por decir una frase te los cojo, pero si por decir la misma frase me das 1.200, pues lo prefiero”, sus compañeros le responden al unísono: “eres un pro-fe-sio-nal, Javi”.

¿Se gana más con esto o en Youtube?

J.C: Se gana mucho más en la tele.

A.G-C: Yo creo que depende del producto. Nosotros la financiación la tenemos vía Fundación Telefónica y vía Podium, que nos paga por podcast, pero hay muchos productos que funcionan mejor de otras maneras. Al final es una cuestión de visualizaciones, audiciones o de números; cada uno se busca la financiación porque todavía no se ha creado una manera –por lo menos así fuerte– de producir podcasts, aunque haya productoras.

R.C: De hecho nosotros cobramos bastante más por no tener una productora de podcasts intermedia.

A.G-C: Exactamente.

Terminamos. ¿El futuro?

A.G-C: Pues queríamos ir a cenar por aquí cerquita.

J.C: Yo creo que desde el punto de vista podcastiano no vamos a hacer nada más.

R.C: No, tú y yo no vamos a hacer nada más, pero Arturo probablemente esté planificando…

J.C: ¡Pero cómo va a hacer más! Ya tienes tres [el tercer podcast es Mi año favorito, que graba junto a Dani Rovira para Podium Podcast, y que recientemente se convertirá en programa de televisión en Movistar+], ¡vas a explotar!

A.G-C: Todavía tengo muchas 59 horas muertas.

R.C: ¿Y Juan?

J.G-J: Yo no puedo hacer nada más, de verdad, no me lieis…

R.C: Como te llame Arturo…

A.G-C: Si me pagas te hago un podcast particular. Una NFT.

R.C: Arturo es la demostración de que dos objetos físicos pueden ocupar el mismo espacio con tal de que los diferencies en el tiempo.

Todos: ¡JAJAJA!

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