La acumulación tiende a mitigar el impacto de los hechos. La primera vez, es noticia; la segunda, se cuenta; la tercera, se referencia; la enésima, se asume. La acumulación normaliza. A pesar de que los fallecidos por la Covid-19 o la aparición de 29 millones de vacunas de AstraZeneca en Italia siguen siendo relevantes, que llueva sobre mojado los lleva a un segundo plano. Especialmente, ante una noticia tan rocambolesca, grave y a la vez divertida, como el encallamiento de un buque, el Ever Given, en el Canal de Suez. Hay que reconocer que el tema era perfecto: una historia de consecuencias fatales, que llega en el peor momento, pero que parece creada por el guionista de “Manolo y Benito”. Prueba de ello son los innumerables memes que la han acompañado en las redes sociales.
Hay uno que ha sido especialmente comentado. En la estupenda fotografía que da pie al meme se ve una modesta grúa tratando de mover todo un buque de 400 metros de eslora encallado. En realidad, lo que prueba esa estampa es la inutilidad de muchas de nuestras acciones ante hechos que parecen inevitables. Ser positivo como grúa ante el transatlántico de la ansiedad, nuestra velocidad de vacunación frente a una cuarta ola que nos acecha o, uno que por sentirme parte del barco me ha hecho más gracia, y que muestra en la grúa a las ideas creativas y en el buque el “feedback” de los clientes. Nunca una imagen pudo esconder tanta verdad, pocas veces se resume tan bien la inevitabilidad de lo inevitable (creo que esta frase haría sentir orgullo a Mariano Rajoy Brey).
De hecho, esa fotografía sintetiza a la perfección algo que muchas veces perdemos de vista, aunque estos últimos meses se empeñen en recordárnoslo: somos muchísimo más frágiles de lo que pensamos. La cotidianidad se empeña en que nos despistemos, nos creemos a ratos invencibles, pero llega un suceso como éste y pronto vemos que la economía mundial es funambulista. La tranquilidad y la normalidad son silenciosas, como una buena digestión, pero se desequilibran por hechos que muchas veces son en apariencia nimios. La vigencia del coronavirus quizá haga que hoy lo tengamos más presente que nunca, pero noticias como la del Ever Given prueban que el comercio internacional puede estar en manos del capitán de un barco.
Hoy a todos nos llama la atención que tantas cosas dependan de un estrecho paso, de apenas unos metros, de un lugar en el que ahora comprobamos que hay tan poco margen de error. Por un espacio similar navega cada cosa que hacemos, cada idea que transportamos, cada proyecto que acometemos. Sin duda, la del buque Ever Given es una noticia económica que se merece todas las portadas, pero que también nos deja un aprendizaje quizá más importante: cuando las cosas parecen tan fáciles como ir recto, hay que mantenerse especialmente alerta. Si no, nos tocará empujar con una simple grúa problemas del tamaño de un transatlántico.
Feliz lunes y que tengáis una gran semana.