Opinión Eugenio Mallol

El futuro de Telefónica visto desde Nokia

Las tecnologías para transmitir información seguirán introduciendo innovaciones, como el uso del láser en espacios abiertos, ante el cuello de botella de la radiofrecuencia, pero el vicepresidente global de Nokia Jochen Apel explica a Forbes España que no es la única clave: los operadores deben tejer alianzas.

Imagen del experimento de Indra y Fyla con uno de los equipos.

“Diez, nueve, ocho…” como en el lanzamiento de un cohete espacial, los equipos de Indra y de la empresa tecnológica española Fyla hicieron juntos, hace unos días, la preceptiva cuenta atrás en su Cabo Cañaveral particular, ubicado en Tenerife. “¡Cero!” La señal de recepción llegó enseguida desde un punto de La Palma ubicado a 143,44 kilómetros de distancia.

Estallido de júbilo, “¡ya se ve el haz!”. Lógico. Habían conseguido un hito para las telecomunicaciones: transmitir información por el aire a larga distancia usando pulsos ultra rápidos y muy intensos de luz, un láser alternativo al de onda continua que viaja habitualmente por la fibra óptica.

Pere Pérez-Millan, fundador y CEO de Fyla, me explica que la versión convencional de láser no puede transmitir de forma fiable información en el exterior, más allá de un kilómetro (salvo en el espacio), porque la señal ve alterada con facilidad por las turbulencias o un exceso de humedad en la atmósfera. Su tecnología de pulsos rápidos (“cada pulso es un bit”) puede cambiar radicalmente el escenario. Es tan resiliente e imposible de interceptar que Indra piensa incorporarla al proyecto de avión europeo de combate FCAS.

Pese a los problemas técnicos para el uso del láser en exteriores, Pérez-Millan, que fundó su empresa en 2006, no ha dejado de trabajar en soluciones alternativas. ¿Por qué? Porque la expansión de la era digital nos conduce a “un cuello de botella en las ondas de radiofrecuencia”, las que transmiten información a nuestros móviles y a todos los dispositivos conectados sin cable. Existe un límite físico, en función de la longitud de onda, para la colocación de datos por unidad de tiempo.

El vicepresidente global de industrias digitales de Nokia, Jochen Apel, en declaraciones en exclusiva para Forbes España, utiliza un argumento similar para explicar su visión sobre la evolución del negocio de las telecomunicaciones. “Necesitamos redes de alto rendimiento, capaces de soportar el incremento del tráfico. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿hay suficiente espectro?”, y se responde: “creo que incluso con el 6G no podemos obtener más ancho de banda del espectro disponible, así que este es un tema clave”.

La demanda de innovación en las redes de telecomunicaciones, con las mejoras en las tecnologías “ópticas para lograr un mejor uso de la fibra” entre las opciones más destacadas, vive una nueva explosión. Jochen Apel considera, no obstante, que el futuro del negocio, en línea con el reciente discurso de Tim Hatt, de GSMA Intelligence en el MWC de Las Vegas, no depende únicamente de cuestiones técnicas.

Nokia es hoy, por ejemplo, quién lo hubiera dicho, líder en automatización de explotaciones mineras. “Fue casi por accidente”, me cuenta Apel, “trabajamos con Riotinto en Australia y necesitaban conectar la mina con el puerto marítimo para enviar el mineral que extraían. Nos preguntaron si podíamos implementar la red que se usa en los trenes para controlar sus vehículos anfibios, excavadoras y camiones de forma remota. Les dijimos que sí, por supuesto, y nos pidieron que trabajáramos con Caterpillar y Komatsu, en la implementación de esta tecnología. Al hacerlo, estas empresas entendieron que usar una red 4G o 5G funciona mucho mejor que, por ejemplo, el wifi, que tiene limitaciones, sobre todo en exteriores”.

Nokia se ha convencido de que formar alianzas “es esencial para nuestro éxito en las diversas industrias”.  Ha implementado redes 5G en plantas de Ford; en Alemania, ha trabajado con el fabricante de equipos médicos OMRON y con Volkswagen. “Realizamos muchas pruebas e investigaciones en sus fábricas. Al final, nos lleva uno, dos o tres años encontrar casos de uso definitivos que respalden el modelo de negocio. Pero una vez se logra y se aplica en una compañía considerada líder del mercado o un actor clave, la adopción se acelera en otros sectores”.

Con esos casos de éxito completamente nuevos, el directivo global de Nokia confía en que “la industria entienda que existe una aplicación y que esta no funciona tan bien si se utiliza una red de menor calidad”. Se trata de recorrer el camino al revés: de la utilidad para el negocio de la industria a las especificaciones de la red. Los operadores de telecomunicaciones “tienen que cambiar su rol en el mercado. No se trata de una transformación fundamental, sino más bien de una extensión”.

Con la llegada del 5G, toda la industria pensaba que los proveedores de servicios de comunicaciones, como Telefónica en España, abrirían una nueva fuente de ingresos: las empresas. “Ahora estamos en la fase de constatación, las empresas están comprando redes 5G, aunque quizás no en la medida que todos desearíamos”. Toca desarrollar el mercado mediante alianzas. “Lo que las operadoras necesitan es invertir en capacidades para comprender estos mercados inteligentes y ofrecerles la cartera de productos adecuada”, afirma Apel.

Hay detalles aparentemente menores que cobran una importancia trascendental. En el ámbito industrial, me explica, el tráfico de subida es más importante que el de descarga y esto contradice lo que quieren los consumidores, que prefieren más tráfico de descarga que de subida.

Los proveedores de servicios de comunicaciones deben invertir “en habilidades industriales específicas”, sentencia. “La tecnología operativa que necesita un actor industrial, ya sea un aeropuerto, un fabricante de automóviles o una farmacéutica, requiere una conectividad específica, ya sea por fiabilidad o rendimiento de la red. Tecnológica y técnicamente, un operador de telecomunicaciones es perfectamente capaz de hacerlo, pero necesita invertir en su capacidad de comercialización y en cómo producir estos servicios, más enfocados al sector industrial”.

¿Será mejor seguir instalando sensores en los trenes para detectar posibles averías, una tarea siempre engorrosa, o entrenar a la IA para que extraiga esa conclusión a partir de las imágenes de las cámaras de videovigilancia? “De esto se trata, de mejorar los procesos operativos. Quien vende una aplicación a una empresa debe indicarle cuál es la forma correcta de optimizar su funcionamiento”. Ese es el nuevo rol de los operadores de telecomunicaciones, que ya no pueden sobrevivir solos. “Todo se trata de alianzas”.