Imagine un gato dentro de una caja, como en el experimento de Schrödinger: está vivo, pero también podría no estarlo. Así es la aviación comercial en 2025: crece con fuerza, pero vive bajo la sombra de la incertidumbre. En España y Europa, esta paradoja define a una industria que ha superado la pandemia, pero enfrenta retos geopolíticos, climáticos y operativos. ¿Hacia dónde va? Abramos la caja.
Certezas: una recuperación sólida
Cinco años después del colapso por el COVID-19, la aviación europea muestra una resiliencia notable. En España, aerolíneas como Iberia, Air Europa y Vueling han superado los niveles pre-pandemia, impulsadas por el turismo y la conectividad con América Latina y Europa. A nivel continental, el mercado único fomenta la competencia, con aerolíneas de bajo coste como Ryanair y easyJet democratizando los viajes.
Aeropuertos como Madrid-Barajas y París-Charles de Gaulle están entre los más transitados, y la rentabilidad de las aerolíneas roza récords, apoyada por costes estables de combustible y mano de obra. La modernización de flotas, con aviones eficientes como el Airbus A350, y la expansión de rutas consolidan a Europa como un puente clave entre continentes.
Incertidumbres: nubes en el horizonte
Sin embargo, la caja también guarda desafíos. Cambios políticos globales, como el retorno de Donald Trump a la presidencia de EE. UU., podrían alterar rutas transatlánticas vitales para aerolíneas como Iberia. En Europa, el auge de movimientos populistas genera incertidumbre regulatoria, especialmente en sostenibilidad. El Pacto Verde de la UE exige reducir emisiones, pero los combustibles sostenibles (SAF) son caros y escasos. En España, donde el turismo supone más del 12% del PIB, equilibrar descarbonización y precios competitivos es un reto mayúsculo.

A esto se suman problemas operativos: retrasos en aeropuertos congestionados, escasez de aeronaves y falta de personal cualificado, como pilotos y controladores, limitan la capacidad de respuesta. Además, el crecimiento del tráfico aéreo en Europa se ralentiza tras el boom post-pandemia, mientras Asia-Pacífico, con mega aerolíneas en India y China, amenaza la cuota de mercado europea.
Resiliencia frente al caos
La paradoja de Schrödinger nos recuerda que las tendencias no son destino. En España, el turismo seguirá batiendo récords en 2025, con destinos como Mallorca y Canarias a la cabeza. A nivel europeo, la consolidación de grupos como IAG y Lufthansa fortalece la competitividad frente a rivales asiáticos. La digitalización, con inteligencia artificial para optimizar rutas, y proyectos como SESAR, para modernizar la gestión aérea, están reduciendo emisiones y retrasos. En España, AENA impulsa infraestructuras sostenibles, como la ampliación de Barajas, para mantener el liderazgo.

Mirando al futuro
La aviación europea está en una posición de fortaleza, aunque el éxito no está garantizado. Debe abordar la sostenibilidad, superar retos operativos y competir en un mercado global donde Asia gana terreno. El gato de Schrödinger está vivo, pero su futuro depende de nuestra capacidad para abrir la caja con visión y valentía.
