Opinión Salvador Sostres

Fortunata Brand, los bikinis que Dua Lipa pidió para Ibiza

De aquella conversación, “poco romántica”, dice Clara, surgió Fortunata Brand. David es el empresario, siempre pensando en proyectos nuevos, y Clara la mente creativa interesada desde muy joven en la moda.

El verano pasado la asistente de Dua Lipa les pidió algunos de sus bikinis porque la artista se había fijado en ellos en Instagram y quería ponérselos en Ibiza. “Se los regalamos, claro. A cambio de nada, esperando que algún día los llevara. Y así fue. Un día se lo puso para ir a la playa con su novio y un paparazzi los retrató y aquella foto salió en todas partes. Nosotros la colgamos en nuestras redes y claro, da repercusión y credibilidad, y notoriedad a la marca, que a una persona tan reconocida le guste lo que hacemos”.

Hace tres años, Clara Herrero (28) y su novio David García (29) estaban de vacaciones en Formentera y Clara tuvo el capricho de comprarse un bikini algo subido de precio. David alucinó con que tan poca ropa saliera tan cara.

De aquella conversación, “poco romántica”, dice Clara, surgió Fortunata Brand. David es el empresario, siempre pensando en proyectos nuevos, y Clara la mente creativa interesada desde muy joven en la moda.

Los tres primeros años Clara compatibilizó sus empleos en grandes empresas como Yerse o Mango con sus desvelos por la creación de la nueva marca, y además de hacer los mejores bikinis que podía con los pocos recursos que tenía, ella y David se dieron cuenta de que la clave era invertir en publicidad en Instagram. “Al principio lo haces por tu cuenta: cuelgas una foto y pagas 20 euros para que Instagram le dé difusión. Ahora lo hacemos a través de una agencia”. Una empresa de las magnitudes de Fortunata Brand, si invierte entre 10 y 12.000 euros al mes en publicidad puede obtener una facturación de entre 40 y 50.000 euros. “No son cifras exactas. La publicidad es básica para vender, pero primero y principalmente has de tener un buen producto, atractivo”, reflexiona Clara.

Por eso los bikinis de Fortunata Brand se caracterizan por ser todos muy llamativos, súper estridentes, cada uno es distinto. “La vida sólo se vive una vez, hay que aprovechar y estar contentos”, recuerda Clara para explicar su estética. La poca ropa de los bikinis, que en otras épocas se habría considerado propia de un cierto tipo de mujeres, hoy es la moda total y absoluta, y de hecho hay bikinis que tapan mucho menos que los de Fortunata. “Es lo que le digo a mi madre o a mi tía cuando me preguntan por qué no hago bikinis más grandes. No hay que tapar tanto, hay que tener menos complejos. De todos modos, si alguna chica se siente más cómoda, siempre puede comprar una talla más”.

Los bikinis se empezaron vendiendo a 60 euros y a medida que Clara y David han podido mejorar las calidades, han subido hasta el precio actual de 70-80 euros. Clara entiende que “es un precio que en España se considera caro, porque Inditex vende bikinis a 30 euros y Shein a 5; y nosotros, de hecho, vendemos poco en España. Nuestro mayor mercado está en los Estados Unidos y luego en Australia. Allí nuestros precios son como aquí los de Zara, y además para ellos es muy atractivo el ‘made in Barcelona’, da como buenas vibraciones”.

El negocio es 100% online, “y con este público, distribuido de esta manera, no sería lógico que nuestro principal objetivo fuera abrir una tienda en Madrid o Barcelona. Tal vez, con el tiempo, busquemos un punto de venta en una tienda que comparta nuestra filosofía”.

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