Opinión Javier Ortega Figueiral

Argelia, tan cerca y tan lejos

Air Algerie y los cielos que unen el Mediterráneo.

La histórica Air Algérie empezó a volar en 1953 como aerolínea de propiedad de intereses franceses hasta la independencia del país. (Foto: Hervé Goussé)

La semana pasada les hablaba en esta columna sobre el potencial aeronáutico de África, un continente que quiere volar alto, aunque a menudo pasa desapercibido. Ese pensamiento me acompañaba el 4 de julio, cuando ATR y Air Algérie sellaron un contrato histórico para adquirir 16 aviones ATR 72-600, el mayor pedido de este fabricante europeo en África. Lo tuve en mente el 5 de julio, día de la independencia de Argelia, mientras escuchaba la vibrante celebración en los jardines del consulado argelino, al lado de mi casa. Lo pensé de nuevo el domingo, al divisar el Rosalind Franklin de Baleària en el puerto de mi ciudad, uno de los ferries que unen España con Argel.

A apenas 280 kilómetros de Alicante, más cerca de Palma de Mallorca que de Madrid, Argelia es un vecino que parece lejano, separado por el Mediterráneo, aunque unido por la historia y los intereses compartidos. Hoy, quiero centrarme en los cielos que conectan España y Argelia, con Air Algérie como protagonista de una ambición aeronáutica que aspira a liderar África, complementada por el contexto económico y marítimo que da forma a esta relación transmediterránea. 

Air Algérie: un coloso con ambición panafricana

Air Algérie no es solo la aerolínea bandera de Argelia; es un símbolo de soberanía y un actor en ascenso en la aviación africana. Fundada en 1953, aunque con orígenes en 1947 bajo otro nombre, hoy opera una flota de 55 aviones, incluyendo 32 Boeing 737 y 8 Airbus A330, y está en plena expansión. En 2023, anunció la incorporación de 8 Boeing 737 MAX9, 2 Airbus A350-1000 y 5 A330-900neo, además de aviones en leasing, para modernizar su flota y competir a nivel global. 

El hito más reciente, anunciado el 4 de julio, justo antes del 63 aniversario de la independencia, fue el pedido de 16 aviones ATR 72-600 para su nueva filial, Domestic Airlines, que comenzarán a llegar en junio de 2026, según el ministro de Transportes, Saïd Sayoud. Estos turbohélices, ideales para rutas cortas y aeropuertos regionales (en España este modelo lo opera Binter y Air Nostrum), conectarán el vasto interior argelino, donde el 80% del territorio es desierto del Sáhara.

Air Algérie es el mayor operador del francoitaliano ATR, con la última compra funda también una nueva aerolínea para vuelos interiores.

Esta inversión posiciona a Argelia como un referente en la aviación regional africana, desafiando la idea de que su sector aeronáutico es secundario. Air Algérie no se conforma con ser un actor local. Como afirmó su director general, Hamza Benhamouda, en una entrevista con Afrik.com, la aerolínea aspira a liderar el transporte aéreo en África, compitiendo con gigantes como Ethiopian Airlines, la número uno del continente, y Royal Air Maroc, la número dos y de las que les hablé la semana pasada. ‘Air Algérie apuesta por una política de ventas agresiva y con una buena relación calidad-precio. Nuestras tarifas y política de equipaje están diseñadas para atraer a una clientela más amplia. Ofrecemos tarifas competitivas con tiempos de conexión reducidos desde Argel para competir con los vuelos directos entre capitales africanas y europeas’, explicó.

Esta estrategia ha dado frutos: entre 2019 y 2024, la compañía, que estaba algo desfasada respecto al ritmo aéreo mundial, logró un crecimiento del 34% en el tráfico de pasajeros. Benhamouda destacó el potencial del transporte aéreo en África y la posición estratégica de Argel como encrucijada entre África, Europa, Oriente Medio y América. ‘El aeropuerto de Argel ya está configurado como centro de conexiones, pero su desarrollo depende de la expansión de nuestra red internacional’, señaló, subrayando la necesidad de ampliar la flota para satisfacer la creciente demanda. 

En España, Air Algérie opera rutas regulares desde Alicante, Madrid y Barcelona a Argel y Orán, vitales para la diáspora argelina y el comercio. Además, vuelos chárter fletados por empresas energéticas españolas aseguran el flujo de personal técnico, un pilar discreto pero esencial para la relación bilateral. Sin embargo, retos como la mejora de la experiencia del pasajero y las barreras burocráticas persisten. Si Air Algérie logra superarlos, su ambición de liderar los cielos africanos podría transformar los 280 kilómetros entre Alicante y Argel en un puente aéreo aún más sólido.

La bandera de Argelia sobre el fuselaje de un Airbus de la aerolínea estatal, que además de orgullo nacional es cada vez más internacional. (Foto: H.Goussé)

Un eco colonial en los cielos argelinos

La aviación argelina lleva el sello de su pasado colonial. Durante la ocupación francesa, la Fuerza Aérea Argelina nació en 1956 tras el Congreso de Soummam, apoyando la lucha por la independencia. Pilotos argelinos se formaron en Egipto, Siria y la URSS, y algunos se infiltraron en academias francesas, aprendiendo en aviones como el T-6 Texan. Tras la independencia en 1962, Argelia recibió MiG-15 y helicópteros Mil Mi-4, gracias a Egipto y la URSS.  Este espíritu de resistencia resuena en Domestic Airlines, cuya creación no solo responde a necesidades logísticas, sino que simboliza la soberanía aeronáutica.

Los ATR 72-600, capaces de operar en pistas cortas, conectarán ciudades costeras con pistas del Sáhara, uniendo un país diverso en un acto de identidad nacional. 

El contexto económico: el gas como pilar

El trasfondo económico de esta relación aérea es el gas natural, que hace de Argelia un socio clave para España. En 2021, Argelia suministraba el 40% del gas importado por España a través del gasoducto Medgaz. Las tensiones de 2022, con la suspensión del Tratado de Amistad y una caída del 67% en las exportaciones no energéticas (según el ICEX), afectaron el comercio y los vuelos chárter.

Desde 2024, la recuperación, marcada por misiones como la del puerto de Castellón, abre oportunidades en sectores como el cerámico y el avícola. Con Europa diversificando sus fuentes energéticas, Argelia y España pueden consolidar su rol como proveedor y hub gasista, reforzando los lazos que sustentan los vuelos.

El Regina Baltica de la española Baleària, uno de los barcos que unen Almería, Valencia y Barcelona con los principales puertos de Argelia.

El vínculo marítimo: un complemento al cielo

El Mediterráneo también se cruza por mar. Ferries de Baleària y Algérie Ferries, como el Rosalind Franklin que vi ayer en Barcelona o el Regina Baltica, conectan Valencia, Alicante y Almería con Argel y Orán. Estas rutas mueven pasajeros, vehículos y mercancías, fortaleciendo los lazos humanos. Entre los dos lados del Mediterráneo. Tan cercanos, que a veces sorprende lo poco que se conoce del otro lado. Pese a los altibajos de 2022, la normalización impulsa sectores como el agroalimentario, complementando las rutas aéreas de Air Algérie. 

Un futuro en los cielos y el mar

El 63 aniversario de la independencia argelina, celebrado en lugares como las calles de Argel o los jardines del consulado en Barcelona, refleja la resiliencia y ganas de volar de este país. Air Algérie, con su nueva filial Domestic Airlines y su ambición de competir por el liderazgo en África (o, por lo menos, acercarse) está redefiniendo la aviación continental. Los ferries de Baleària y el gas refuerzan los lazos con España, pero son los cielos los que marcan el ritmo. Argelia, tan lejos en su historia, está más cerca de lo que parece.

Un Boeing 737 argelino aterrizando en Barcelona al atardecer. Algunos vuelos España-Argelia son más cortos que ciertos enlaces domésticos. (Foto: JOF)

Estaría bien aprovechar esos 280 kilómetros entre Alicante y Argel (menos distancia de la que hay entre Madrid y Zaragoza) para construir un futuro donde los aviones no solo conecten dos costas, sino dos visiones de progreso. Creo que Argelia es un país al que no hay que mirar por el retrovisor, sino que hay que tenerlo mucho más a mano.