Opinión Javier Ortega Figueiral

Iberia, camino a centenaria y mejor que nunca

Patricia Pepperell, TCP, representa el compromiso de Iberia con el servicio premium a bordo de un A350. La aerolínea duplicará su oferta intercontinental para 2030.

Era inevitable. Esta semana tenía que hablarles de Iberia obligatoriamente. He elegido el tema por encima de hacerlo sobre la edición de este año del salón aeronáutico de Le Bourget, donde lo militar ha tenido mucho peso y donde algunas empresas aeronáuticas han apostado por invitar a los llamados “creadores de contenido” a viajar a París para dar su versión del evento más importante del sector. En un mundo donde la precisión y la innovación son clave, sorprende que algunos prefieran el espectáculo al análisis. No acabo de entender esta manera de comunicar que habla con el mismo tono de ropa deportiva, vida saludable, destinos o restaurantes. Todo muy muy rápido, sin profundizar en nada. Quizá es que ya me pilla mayor y no he de entender tanto. Ellas sabrán.

Al caso: a dos años de celebrar su centenario, esta compañía se alza como una gran dama de la aviación, no solo por su longevidad, sino por vivir la etapa más vibrante de su historia. En un escenario global donde la industria aérea navega entre turbulencias (desde tensiones geopolíticas hasta desafíos medioambientales), la aerolínea española vuela más alto que nunca. Su ambicioso Plan de Vuelo 2030, anunciado hace unos días, prevé una inversión de 6.000 millones de euros y transformará a Iberia en un actor de peso global, con Madrid-Barajas como un megahub que promete rivalizar con los gigantes europeos.

Un crecimiento imparable

Iberia quiere duplicar la oferta de largo radio, su gran negocio, pasando de 45 a 70 aviones para cubrir estas rutas ya en 2030, con modelos eficientes como el Airbus A350, el A330neo y el A321XLR. Para empezar, ya hay aseguradas nuevas rutas a Orlando, Toronto, Filadelfia o Monterrey. Son destinos que se suman a su fortaleza en América Latina, donde Madrid se consolida aún más como el “nuevo Miami” del Atlántico Sur. Los vuelos de alimentación desde Europa y el resto de España a Barajas también crecen, aunque con menor intensidad, asegurando una conectividad que capturó el 85% del aumento de pasajeros del aeropuerto en 2024, según datos de Aena.

Este crecimiento no es casual. La mayor inquilina y su casera parecen bailar al mismo ritmo: mientras la aerolínea invierte en flota y servicios premium, Aena destina 2.400 millones de euros a modernizar Barajas, con 1.700 millones para la Terminal 4, feudo de Iberia. Este win-win no solo fortalece a ambas, sino que posiciona a Madrid como el único hub de relevancia global en España, casi duplicando en vuelos intercontinentales a El Prat de Barcelona.

El Paco de Lucía, uno de los 22 Airbus A350 de Iberia, matriculado EC-MYX, rinde homenaje al guitarrista algecireño y simboliza la modernización de su flota.

Resiliencia ante los vientos en contra

No todo ha sido un vuelo plácido. La fallida integración de Air Europa en IAG, bloqueada por Bruselas en 2024, pudo haber sido un revés. Sin embargo, Iberia ha demostrado que no necesita atajos para brillar. Bajo la dirección de Marco Sansavini, la compañía creció un 15,3% en ingresos en el primer trimestre de 2025, alcanzando 1.829 millones de euros, y se mantiene como la joya más rentable del grupo IAG. “Air Europa habría acelerado nuestro liderazgo en Madrid, pero sin ella, nuestro crecimiento orgánico es igual de sólido”, afirmó en mayo su máximo ejecutivo. Su visión pragmática y su apuesta por alianzas estratégicas han permitido a Iberia mantener el rumbo firme.

El piloto de la etapa dorada

Desde abril de 2024, Sansavini lidera esta etapa dulce con una mezcla de audacia y precisión. Su mantra es claro: “Queremos que Madrid sea el hub líder europeo”. Con experiencia previa en Iberia, Vueling, Alitalia y Air France/KLM, este italiano de Bolonia ha sabido capitalizar la transformación iniciada hace una década, cuando la aerolínea se asomó al abismo, y la ha elevado a nuevos horizontes. Su apuesta por la sostenibilidad, con aviones que reducen emisiones en un 25% y promoviendo el combustible sostenible, refuerza el liderazgo de Iberia en un sector que exige responsabilidad ambiental. “España puede ser un productor mundial de carburante sostenible,” declaró en octubre de 2024 a El País, subrayando una visión de futuro.

La T4 de Madrid-Barajas es la gran casa de Iberia. Esta aerolínea y Aena, el gestor aeroportuario, crecerán de la mano en los próximos años. Un win-win de manual.

Un legado que impulsa

En 2024, Iberia generó 13.800 millones de euros y 160.000 empleos, entre directos, indirectos e inducidos, según su informe de impacto económico. A medida que se acerca 2027, la aerolínea no solo celebrará su centenario, uniéndose al selecto grupo de siete aerolíneas centenarias como KLM (1919), Avianca (1919) o Qantas (1920), sino que tendrá una oportunidad única para consolidarse como un referente global. Con Barajas como motor, una flota renovada y un equipo liderado por Sansavini, Iberia no solo sobrevive en un entorno “rarísimo”. ¿Quién iba a imaginar, hace un siglo, que esta gran dama española surcaría los cielos con tanta elegancia, llevando el alma de España a un mundo tan imprevisible?

Marco Sansavini, boloñés de 59 años, lidera Iberia desde abril de 2024 con una visión global tras tres décadas en la aviación.

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