Entre el laboratorio y la experiencia de compra en una tienda de ropa, no hay tanta distancia como crees. En otoño de 2023, una representación del grupo Signal Kinetics del MIT Media Lab acudió al evento MobiCom’23 de Madrid. El MIT Media Lab es un espacio singular, impulsado por la universidad norteamericana, en el que personas con orígenes científicos distintos colaboran para pensar el mundo dentro de 30 años. Una locura, en efecto.
En su visita a España, los de Signal Kinetics se trajeron una innovación sensacional: un sistema que habían llamado POLAR para la localización RFID de grano fino. Básicamente, permitía localizar etiquetas RFID en todas las direcciones y leerlas simultáneamente sin sobrecarga, independientemente de su posición. Las etiquetas RFID son un tipo de dispositivos muy ligeros que reaccionan ante una señal, por ejemplo, transmitiendo información cuando reciben el impacto de un lector de mano que empuña el dependiente de un local de moda. ¿Y esto cómo influye la forma en la que una tienda de ropa te puede atender?
El CTO de Zebra Technologies, Tom Bianculli, me explicó que, al instalar lectores fijos de etiquetas RFID en el techo de las tiendas, un retailer de moda podría ver continuamente todo el inventario que había en ellas. Con esos datos podía saber si un producto estaba entrando en el probador mucho, pero no se convertía en ventas, disponía de datos secundarios que podían volverse realmente valiosos desde una perspectiva de comercialización.

Ver el inventario a perpetuidad permite también disponer de una previsión de pedidos, demanda y precios. Bianculli cree que, en el caso del retail, la interconexión entre la tienda y el resto de la cadena de suministro va a aumentar. Así lo están poniendo en valor startups como FourKites que hacen seguimiento de la carga a lo largo de toda la ruta, desde la fundición de aluminio, hasta que una lata de refrescos se llena de bebida y acaba en la estantería de un supermercado.
Con estas innovaciones, las tiendas pueden convertirse en centros de gestión de pedidos, como un almacén. Pero la precisión media en la medición del inventario, si no se utiliza RFID, no es muy buena, de aproximadamente el 70%. De ahí que, en los últimos dos años, el RFID haya sido el negocio de más rápido crecimiento dentro de compañías como Zebra Technologies, cuyas etiquetas estarán presentes en dos de cada tres productos de Walmart.
Volviendo a la historia inicial, uno de los investigadores que firmó el paper en MobiCom’23 es Isaac Perper, que ya no forma parte del MIT Media Lab. Ahora se presenta como cofundador de Cartesian Systems, junto al genio de todo esto y CEO de la compañía Fadel Adib, que sí sigue siendo director de Signal Kinetics.
Otra de las personas implicadas en aquel avance presentado en Madrid hace casi dos años fue Aline Eid, hoy en la Universidad de Michigan, donde dirige el grupo Beam Dynamics. Me parece sensacional que una organización del prestigio de la IEEE la invite en dos ocasiones a participar como ponente principal en su evento anual sobre RFID en Atlanta. Así que contacto con ella y hablamos.
Aline Eid no está segura de que 2025 se el año de la explosión del RFID, como cree Bianculli, “pero definitivamente ha habido una tendencia en la comprensión de lo que esta tecnología puede hacer”. Como sospechaba, me explica que un gran campo de aplicación ahora mismo es el comercio minorista y apunta la clave: “algunas empresas, especialmente en España, tienen implementaciones específicas” en este ámbito.
Me habla entonces de Cartesian Systems, “cuya mayoría de implementaciones ahora mismo están en España. Está trabajando con empresas como Zara y similares para, no solo permitir que las personas que trabajan en sus tiendas detecten la presencia de etiquetas RFID, sino que también puedan ubicarlas”.
La localización de las etiquetas resulta fundamental porque es la llave para disponer de un gemelo digital real de los establecimientos comerciales. “Han estado realizando múltiples pruebas en España”, me dice en referencia a Cartesian Systems, “dependiendo de la velocidad con la que avance esa empresa y otras que están haciendo trabajos similares, creo que sí, 2025 podría ser el año de la explosión del RFID”.
En cierta ocasión, escribí que algo tan aparentemente sencillo e inofensivo como que el RFID puede convertirse en la palanca de la inteligencia artificial física. Aline Eid ha visto en el certamen ProMat aplicaciones de esta tecnología para ayudar a los robots y los montacargas a saber dónde ir. Otra de sus líneas de investigación, cuando estaba en el MIT Media Lab, eran los sistemas de realidad aumentada para localizar las etiquetas. Hoy explora las posibilidades de las ondas mmID, que permitirán alcanzar cientos de metros de cobertura, un almacén o un puerto enteros de un solo vistazo.
Aunque quizás el lugar más espectacular en el que están desplegando su talento todos estos pioneros, tanto Aline Eid como Fadel Adib y, en menor medida, Isaac Perper, se encuentra lejos de tierra firme. En el océano. Colocar nodos de RFID en el fondo marino que permitan recibir la señal de lo que ahí sucede en plataformas ubicadas sobre la superficie, y sin apenas consumo de energía. ¡Ese sí es un gemelo digital!
