Un fenómeno extraño: una empresa emergente premiada en apenas un año en el CES de Las Vegas, en el festival SXSW, Premio Edison 2025 nada menos, Premio NPS de la Security Industry Association (SIA) y Premio CIO. ¿A qué se dedica? SWEAR proporciona tecnología para verificar y salvaguardar la integridad de los vídeos. Permite que las empresas, los medios y las personas simplemente puedan “confiar en lo que ven”.
Me dice el evangelista tecnológico Javier Sirvent que la inteligencia artificial (IA) nos va a volver locos. Dentro de un tiempo resultará casi imposible distinguir lo real de lo que no lo es. ¿Recuerdas la contraseña de los espías de la película de comedia Top Secret: “El perro de Ramón Rodríguez no tiene rabo…”? “Tendremos que acreditar que somos quienes somos, incluso para hablar con nuestra familia”.
SWEAR asegura que hay más de cuatro millones de deepfakes online, contenidos de vídeo, audio e imagen manipulados o generados con IA. Se crean 25.000 al día, el ritmo de crecimiento es del 900% anual. Un sondeo de YouGov en 2024 reveló que el 81% de los encuestados dudaba de la fiabilidad del contenido online. El Global Risks Report 2025 del Foro Económico Mundial sitúa a la desinformación y la información falsa como el principal riesgo para las sociedades a dos años vista.
La tecnología de la empresa de Idaho (EE UU) se integra con cámaras y dispositivos de grabación y asigna a cada fotograma del vídeo un ADN digital único, que se escribe en un libro de contabilidad blockchain independiente e inmutable. El sistema verifica el material y detecta cualquier intento de alteración del contenido. ¿Clientes potenciales de SWEAR? Las áreas públicas como aeropuertos y centros urbanos, las empresas que necesitan usar cámaras de vigilancia confiables y auténticas, como las del retail, y hasta los despachos de abogados y servicios de seguridad que tienen que esgrimir imágenes de vídeo en los tribunales.
La reciente edición de la feria del juguete de Nueva York, Toy Fair, ha dejado patente el enorme margen para la expansión de la IA entre los niños, que están construyendo su visión del mundo. Una de las tendencias del mercado identificadas por la Toy Association indica que, así como los algoritmos en las principales plataformas sociales se personalizan para satisfacer los intereses de cada usuario, los fabricantes de juguetes que sean capaces de hacer lo propio con las experiencias de juego, según los diferentes estilos de vida y preferencias de los niños, serán los que más Aura tendrán en 2025. Un trabajo para la IA.
La mayoría de los padres de niños en edad escolar primaria (69%) afirma, según Toy Association, que sus decisiones de compra se ven influidas por la petición de sus hijos de juguetes que vieron por primera vez anunciados online o publicados por un influencer en redes sociales. Algoritmos que retroalimentan a algoritmos. Las jugueteras están ofreciendo productos personalizados aplicando esa inteligencia, dicen que lo hacen para empoderar a los jóvenes y fortalecer la conexión con sus marcas favoritas.
Si el retail anticipa las tendencias tecnológicas y de innovación en una multitud de sectores, comenzando por el financiero, el mundo del juguete tiene un imperativo oracular probablemente mayor. Descubrimos en Toy Fair que los niños están cansados de hablar con esos chatbots que les parecen ya «un poco tontos» comparados con los sistemas conversacionales avanzados. Se quejan de que les proponen conversaciones triviales y que no los comprenden realmente.
La IA puede y debe hacer mucho más para brindar a los niños interacciones que les den autonomía y creatividad, sostienen los jugueteros. Joshua Garrett, director creativo de Readyland, presentó su alianza con Insight Editions para el lanzamiento de la serie de libros Discover, los primeros con los que los niños “realmente pueden hablar”. Al fin y al cabo, a TheGref tampoco le gusta leer.
Más allá del periodo de aprendizaje al que nos vamos a ver abocados, en nuestra relación con esas nuevas entidades inspiradas por IA, asistimos a un momento intenso en la aparición de aplicaciones insospechadas. La brasileña Grupo Boticário, premiada también en el reciente SXSW, ha presentado Smart Lipstick, el primer sistema de aplicación de lápiz de labios inteligente. Utiliza visión artificial avanzada para fotografiar el rostro, mapear con precisión los labios y distinguir los tonos faciales. A continuación, un brazo robótico aplica el lápiz de labios con una precisión excepcional. Ha sido concebido para empoderar a las personas con discapacidad motora o visual.

La compañía Baidu, el Google chino, se ha llevado uno de los prestigiosos Premios Edison 2025 (Jensen Huang, fundador y CEO de NVIDIA fue uno de los participantes en la ceremonia de entrega) de la mano del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) por un sistema que identifica imágenes de fauna en peligro de extinción y las cruza con productos comercializados online. La herramienta consigue eludir los sofisticados métodos que utilizan los comerciantes ilegales para evitar ser detectados.
Otros ganadores en los mismos premios son el sistema Drone Box de la Policía de Dubái y la solución Tapfarmers. El primero es una iniciativa del Jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum para emplear drones autónomos potenciados con IA en el ámbito de la seguridad pública. La segunda ha sido desarrollada por la empresa Metafarmers para paliar la escasez de mano de obra en la agricultura. Permite interactuar con robots en tiempo real y capacitarlos mediante datos controlados para que se adapten a cualquier cultivo o tarea, con ayuda de la IA.
En el ámbito de la salud, Phonak es Premio Edison por Audéo Sphere Infinio, el primer audífono del mundo que aprovecha el poder de la IA para separar instantáneamente el habla del ruido y posibilitar conversaciones nítidas en cualquier dirección. Y la Universidad Nacional de Taiwán lo es por DeepArrest un sistema de vanguardia basado en IA, diseñado para predecir un paro cardíaco con hasta seis horas de antelación, frente a los 60-90 minutos actuales.
¿Nos volverá locos la IA? Más nos vale averiguarlo pronto. En España, las empresas industriales empiezan a ver con interés la posibilidad de incorporar a robots humanoides, como ya conté. Lo verdaderamente importante seguirá siendo, en cualquier caso, y en esto la IA no tendrá nunca mucho que hacer, que reconozcamos ese rostro mortal y rosa que vemos cuando nos miramos al espejo.