Opinión Eugenio Mallol

Los antimilitaristas tech tienen hueco en defensa

El sector tecnológico nos prometía un cielo de bienestar en la Tierra, pero está siendo llamado a filas, el impulso de la innovación sin armas transformará sectores como la robótica, la biotecnología y la alimentación.

La fiebre de los robots humanoides ya está en España. En el Atlas Industrial Trends del Collaborate Barcelona, directivos de Tecnalia, Kellanova (Kellogg’s) y MESbook, coincidían en que existe una demanda, y que es consistente. Algunos acababan de visitar la planta de PAL Robotics, pero no era por eso. Las cuentas salen: a un coste por empleado medio de 50.000 euros, un humanoide (si su precio baja de los 100.000 euros), capaz de trabajar 24 horas al día, puede reemplazar 3-5 puestos en una planta industrial, según los turnos.

Ya relaté aquí mi conversación con el director global de estrategia de Boston Dynamics, Marc Theermann, que comercializa el humanoide Atlas. Le pregunté por su apoyo al proyecto de ley para garantizar el uso responsable de tecnologías robóticas avanzadas en su Estado de Massachussets (EEUU). Boston Dynamics ha firmado una carta pública al respecto junto a Agility Robotics, Awabotics, Clearpath Robotics, Open Robotics y Unitree.

Theermann respondió con una versión high tech de aquella película de Mel Gibson en la que el médico antimilitarista Desmond Dosses condecorado por salvar a decenas de combatientes en Okinawa, Hasta el último hombre. Su antimilitarista empresa ha creado el mejor humanoide desactivador de bombas del mundo: camina hacia el objeto sospechoso, introduce su mano para reconocer el interior y pulsa una pistola de agua a chorro para desmantelar la bomba antes de que pueda detonar.

El robot puede subir y bajar escaleras, y es semiautónomo, lo que significa que nunca se choca contra una pared, incluso si hay alguien conduciéndolo y no tiene línea de visión. Es capaz de reconocer golpes a través de la puerta y establecer comunicación con posibles rehenes o con personas atrapadas en caso de siniestro. “Todos esos son ejemplos fantásticos para los departamentos de bomberos y el ejército”, dice.

Vivimos tiempos extraños para un sector tecnológico que parecía prometernos el cielo en la Tierra y hoy está siendo llamado a filas. Hace unas semanas, dos altos cargos de Google, James Manyika y nada menos que el reciente Nobel de Química de DeepMind Demis Hassabis, explicaban en un post la revisión de los principios que rigen el uso de la inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas. Ha desaparecido la cláusula que prometía no desarrollar aquellas con potencial para causar daño general, utilizarse como armas o extender la vigilancia.

En España, es evidente el interés que está despertando el anuncio de más presupuesto para Defensa realizado por el Gobierno. Hasta ahora, un puñado de empresas se han venido repartiendo el 80% de los contratos, con lugar destacado para Airbus Defence and Space, Airbus Military, Airbus Helicopters España, Indra, Navantia, General Dynamics Santa Bárbara e ITP Aero. Pero no basta, el Ministerio de Margarita Robles es consciente de que tiene que movilizar a un amplio abanico de pymes industriales si quiere cumplir sus objetivos, y en ello están.

Será interesante conocer a esos ‘Desmond Doss’ industriales, innovadores con la habilidad de mantener una posición antimilitarista y vender a Defensa. Suele decir el ex Alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, que hoy en día todo es susceptible de ser utilizado como arma, desde las infraestructuras de energía, a los alimentos, los coches o las instalaciones de salud.

En la JP Morgan Healthcare Conference y en la BIO CEO & Investor Conference, los expertos han destacado que los hospitales, los proveedores de telemedicina y las aseguradoras de salud son objetivos prioritarios de los ciberataques. Las agresiones con ransomware a hospitales se han duplicado en los últimos tres años. La sudafricana RespoCare, que tiene unos estupendos insights, prevé un auge del almacenamiento de datos de salud basado en blockchain y de los modelos de cifrado multicapa para contrarrestar esas ciberamenazas.

Tan interesante o más es el modelo de ayudas diseñado por el Departamento de Defensa de EEUU para impulsar la innovación biotecnológica, que puede resultar, en un momento dado, crítica para sus tropas. Se llama Programa de Fabricación Bioindustrial Distribuida (DBIMP) y va a propiciar la apertura durante los próximos meses de una serie de llamativas plantas de producción en las que podría estar diseñando el futuro de la alimentación y los nuevos materiales.

Air Protein (California) producirá harina de sabor neutro y alto contenido proteico a partir del dióxido de carbono capturado del aire, menos vulnerable a las inestabilidades de la cadena de suministro que la harina de origen agrícola. Bluestem Biosciences (Nebraska) usará fermentación anaeróbica para crear un ácido orgánico, precursor clave para la fabricación de bioplásticos, polímeros y adhesivos relacionados con defensa.

Con sede en Nueva York, la planta de C16 Biosciences planea una alternativa al aceite de palma estable y de sabor neutro. Danimer Scientific (Georgia) ha inventado polioles de origen biológico que pueden convertirse en recubrimientos de alto rendimiento para barcos, embarcaciones y tuberías de acero. Tienen propiedades superiores a las de los derivados del petróleo.

Onego (San Diego) producirá ovoalbúmina, una proteína presente en los huevos; Savor Foods (California) transformará materias primas no tradicionales en grasas alimentarias con alta densidad calórica y estabilidad de almacenamiento, esenciales para suministrar alimentos para civiles y militares en entornos austeros; DSM Nutritional Products (Nueva Jersey), obtendrá ácidos grasos omega-3; y EVERY Company fabricará productos proteicos de alto rendimiento y alta solubilidad administrables en diversos formatos: geles proteicos de alta concentración, bebidas frías y calientes, y raciones de comida. 

Lejos quedan los días en los que EEUU impulsaba la Declaración Política sobre el Uso Militar Responsable de la Inteligencia Artificial y la Autonomía en la Cumbre sobre IA Responsable en el Ámbito Militar (REAIM 2023) celebrada en La Haya. España es uno de los países firmantes y se reunieron hace justo un año. Quién sabe ahora. La innovación en defensa es un campo abierto que promete transformar a multitud de sectores, y viceversa.

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