Regresa la lista de pistas para rozar la elegancia, en el estar, en el ser, en el vivir. Cada uno tendrá las suyas, quizá estas te valgan, y las sigas como hice yo con otros. En zapatos la pregunta es ¿Alden o Crocket & Jones?: Alden sin duda, pero los dos te servirán. En estilográficas, tanto si eres de los que caligrafiaste con los Cuadernos Rubio o no, la Pilot Custom 823, y si eres de los atrevidos con la tinta Kyanite du Nepal, creada en 1798 (Jacques Herbin el fabricante de tintas más viejo del mundo). En coches el Mercedes G, diseñado cuando el dictador Gadafi pidió a los fabricantes alemanes un todoterreno que mejorarse el Land Rover Defender (no podía comprarles coches a los ingleses después de la descolonización). Ahora totalmente eléctrico – ¡Sí, la elegancia es sostenible, pero no barata!
Es elegante no interrumpir, mirar a los ojos. Mojar el sushi por el pescado y nunca encharcarlo por el arroz. Comprar poesía en la librería Visor. Canjear los libros viejos a la Tuulibreria. Leer a David Uclés sobre una silla de Harry Bertoia o tumbado en el sofá Terraza Landscape del francés Ubald Klug. Son elegantes los paseos nada más abrir la puerta de El Retiro, y también lo son justo los que se caminan, bajo el viejo Ahuehuete, antes de que la cierre. Salir el último de El Retiro, con parsimonia, es una de las cosas más elegantes y baratas que se pueden hacer en esta ciudad desbocada desde la que escribo.
Es elegante leer de manera aleatoria cualquiera de los diarios de Andrés Trapiello en su Salón de los Pasos Perdidos. Es muy elegante leerle en alto a otro. Es estiloso compartir un 804 de Rioja Alta, y si me dejas aconsejarte, bébetelo en las delicadísimas copas Zaalto –la fábrica rompió stock hace un par de años con la pandemia pero ya sirve–.
Poco que decir de Patek Phillipe y su Calatrava. Y si eres más de Rolex, me ha gustado mucho, el Platinum Perpetual 1908, es caro, pero muy especial. Si te gustan los modelos ya descatalogados date una vuelta por las tiendas de la Burlington Arcade en Londres, los vendedores son de fiar y la oferta enorme. Aprovecha y hazte con un paraguas de mango de bambú en Jas. Smith & Sons en New Oxford Street. Y si no te gusta ostentar apuesta por un Timex clásico por menos de cien euros.
La lista es larga, está viva y es delicada. En los toros, americana de lino y gorro Panamá, a los estrenos del Real nada de vestirse de más, date mus si te ofrecen menú degustación, y en Madrid hazte socio de Forbes House, frente a su chimenea se sientan las mentes más preclaras del país, y de ultramar. Tendrás que conocer a alguien, pero si me lees, ya conoces a uno que busca en la elegancia una hoja de ruta, y aunque a veces me pierdo, siempre encuentro el camino de nuevo.