Opinión Javier Ortega Figueiral

Escepticismo supersónico

Boom Sigue adelante con su proyecto de avión del futuro. ¿Pasará de prototipo?

Geppetto aterrizó entusiasmado este martes en el Puerto Aéreo y Espacial de Mojave. Protagonizó, como piloto, el primer vuelo del XB-1, un prototipo monoplaza con el que Boom Technology quiere desarrollar un reactor comercial supersónico de pasajeros.

Geppetto es el alias de Tristan Bradenburg, un joven piloto de pruebas que acumula 2.500 horas de vuelo en 30 aeronaves diferentes, mientras que el concepto de “puerto aéreo y espacial” es el nombre que llevan las veteranas instalaciones del desierto de Mojave, Estados Unidos, donde decenas de aviones comerciales quedan almacenados, como en Teruel, esperando un futuro operador, o su final definitivo en el desguace. Allí también se desarrollan algunos proyectos de la industria aeroespacial, de ahí la pomposa denominación.

El vuelo del XB-1 de Boom Technology. Sobre lo logrado con este monoplaza se pretende desarrollar un jet de pasaje.

El intento de resucitar los vuelos supersónicos

El pasado mes de enero de 2023, escribía en esta misma columna sobre los 20 años que habían pasado del final del concorde. En él, dediqué dos párrafos al proyecto de recuperación de los vuelos supersónicos comerciales de pasaje por parte de la empresa estadounidense Boom.

Mojave, Estados unidos. El lugar donde algunos sueños aeronáuticos y especiales pueden desarrollarse y muchos aviones comerciales acaban su carrera.

Volvamos al presente: esta misma semana, el prototipo de Boom voló por primera vez a velocidades supersónicas. Lo hizo el martes 28 de enero, al mismo tiempo que sus impulsores incidieron en que era la primera vez que un aparato supersónico se desarrollaba al 100% por iniciativa privada y no con apoyo estatal. En su momento la Unión Soviética apoyó el programa Tupolev 144, mientras que Reino Unido y Francia estuvieron detrás del Concorde, el que finalmente salió adelante y operó comercialmente, aunque los resultados quedaron muy lejos de lo previsto: solo se construyeron 14 unidades de las centenares previstas y hasta encargadas o apalabradas, mientras que los únicos operadores reales del avión fueron British Airways y Air France.

Lo que sucedió este martes 28 de enero fue un acontecimiento para Boom, una empresa que sabe publicitar muy bien cualquier movimiento propio, aunque no dejó de ser un vuelo de pruebas con un monoplaza, sobre el que se sacarán ideas y experiencia para el desarrollo del avión verdadero, llamado Boom Overture, un jet del que su constructor dice que podrá llevar entre 64 y 80 pasajeros a velocidades de mach 1.7, unos 1800 kilómetros por hora a 60.000 pies (unos 18.000 metros de altura). Estos dos datos indican, sencillamente, que el avión previsto volaría a más del doble de la velocidad que un jet actual y a mucha mas altura, casi el doble, que un Boeing o Airbus a su altura de crucero durante un vuelo intercontinental.

Todo suena bien

Demos un voto de confianza a quienes están detrás del proyecto, pues dicen que su avión del futuro será infinitamente más silencioso que un Concorde y su impacto ambiental será mucho menor. Démosle también el beneficio de pensar que existe un nicho de mercado en el que algunos pasajeros estarían interesados en pagar más por llegar más rápido en vuelos intercontinentales y creamos que para cuando esté desarrollado completamente el SAF o combustible sostenible de aviación esté tan desarrollado, que todos los vuelos del Overture puedan ser alimentados por este carburante mucho menos contaminante, tal y como promete su constructor para garantizar la sostenibilidad de su jet supersónico.

United Airlines, la tercera compañía aérea más importante de los Estados Unidos, ha dado un voto de confianza a Boom. Así serían sus modelos supersónicos.

Confiemos finalmente en que las intenciones de las aerolíneas United y American Airlines de EEUU y JAL, de Japón, para hacerse con 130 unidades del Overture sean reales y no una sonora operación de marketing para que se hable de ellas, después echarse atrás y viceversa, pues Boom repite constantemente el apoyo que tiene el proyecto por parte de tres aerolíneas de referencia mundial. Confiemos.

Aunque también…

La experiencia previa habla de que los aviones de este tipo suelen sufrir de altos costes en su mantenimiento y operación. Además, para sacarles rentabilidad, hay que hilar muy, muy fino. Añadan a eso el ruido e impacto ambiental de este tipo de aparatos. Su constructor dice que está todo pensado y controlado. ¿Seguro que lo está? A diferencia de décadas atrás, la aceptación de una aeronave así es más critica hoy que en tiempos en que había un argumento: “cuanto más ruido y más humo mejor: eso es que es potente” tan normalizado en el pasado.

Hoy la velocidad no es tan ‘necesaria’. Hay un tipo de aviación, la de pasajeros premium que potencialmente podrían permitirse volar en supersónico, que priman el confort por encima de la velocidad. ¿Merece la pena recortar el tiempo si un vuelo no es tan confortable? Ese es un punto importante para que el proyecto sea comercialmente viable y también hay que escuchar atentamente a voces escépticas que quizá no suenen tan fuerte por parecer que ‘aguan la fiesta’ a un proyecto ilusionante. Los máximos dirigentes de Delta Airlines y Air France, Ed Bastian y Anne Rigail toman distancia de esta aeronave del futuro. El primero es muy escéptico y la segunda no ve la aviación supersónica de pasajeros en las próximas décadas. Diría que estos dos directivos saben de lo que hablan.

Si del prototipo XB-1, ya hay numerosas fotos y videos, del Overture de momento solo existen Renders que invitan a ver como lucirá el avión.

La clave

Si han llegado hasta este punto de la lectura habrán visto que, como artículo de opinión, quien les escribe es también un tanto escéptico con este tema y si bien no me cuesta reconocer que el vuelo del prototipo XB-1 de Boom Technology es un avance en la carrera de recuperación de la aviación supersónica de pasajeros, al pensar sobre ella arrugo la nariz y me planteo “¿es esta necesaria más allá de un capricho multimillonario?” Y también “¿Las aerolíneas no están buscando la rentabilidad ahora más que nunca?”

Me gustaría pensar que el proyecto tiene visos de viabilidad, me gustaría creer que no se van a repetir los errores del pasado. Quiero ver que se ha aprendido para construir una versión de avión realmente mejorada y sobre todo sostenible, en un mundo en que con la mejora en las telecomunicaciones y el aumento del trabajo remoto, la necesidad de viajar rápidamente ha disminuido claramente para algunos sectores.

Permítanme que a la vez que celebro cualquier avance del sector, también sea escéptico con este proyecto.

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