Opinión Eugenio Mallol

Periodismo en la encrucijada tras ‘el año de las elecciones’

El mundo sitúa la desinformación como el principal riesgo global en 2027, los medios de comunicación buscan su camino mientras se debaten entre ser meros proveedores de la IA y el fenómeno de los creadores.

Escucho el repaso a la situación de los medios de comunicación de boca del head of editorial del Reuters Institute, el español Eduardo Suárez. Sucede hace unos meses, estamos en una estancia contigua al magnífico comedor del Christ Church college de la Universidad de Oxford, una de las localizaciones replicadas en el Warner Bros. Studio Tour London para la saga Harry Potter.

Al terminar, conversamos brevemente: la batalla contra la inteligencia artificial es suicida, el periodismo debe generar ingresos con productos de alto valor añadido si quiere sobrevivir. Personalización, consultoría quizás, la apuesta de algunas grandes cabeceras. La información más valiosa es la que sólo conocen unos pocos. Desde Babilonia.

Las grandes consultoras producen contenidos de calidad cada vez más cercanos al periodismo. ¿Quieres enterarte de lo que ha sucedido en la JP Morgan Health Conference de San Francisco? Lee el resumen de Pitchbook (de sistemas centrados en la información a soluciones centradas en la automatización, ¡revolución total en los sistemas de salud!).

Las empresas de gran consumo usan información de calidad para producir experiencia. Acaba de tener lugar en Sphere de Las Vegas la madre de todas las keynotes, conducida admirablemente por el CEO de Delta Airlines, Ed Bastian. En un momento dado, sube al escenario Ryan Smith, cofundador y presidente ejecutivo de Qualtrics.

“Todo se reduce a la experiencia, es la moneda de cambio de los negocios hoy”, proclama Smith. “El año pasado, en Qualtrics analizamos cerca siete millones de registros de comentarios de clientes de Delta para identificar las áreas que más importan a la gente”. Información para producir experiencias, para pasar a la acción.

Hoy la desinformación y la información errónea aparecen en el Global Risks Report 2025 del World Economic Forum como el mayor riesgo al que se enfrentará la humanidad en 2027. ¿Dónde está el periodismo? Coinciden los encuestados de todos los tramos de edad, salvo los mayores de 70 años, y los que pertenecen a gobiernos, academia y sector privado.

El informe Journalism and Technology Trends and Predictions 2025 que acaba de publicar el Reuters Institute trata de encontrar guías en el carajal en el que se ha convertido la cosa después de ‘el año de las elecciones’, de ese 2024 repleto de citas electorales. La industria de las noticias puede acabar convirtiéndose en un afluente del río caudaloso en el que va a beber la mayoría de los usuarios a partir de ahora: las interfaces de inteligencia artificial, capaces de generar historias similares a las de los medios de comunicación y de interactuar con los lectores en una conversación natural.

No sé qué puede resultar más frustrante para mi profesión periodística, si convertirnos en meros carboneros de la IA o si competir con “el ecosistema de noticias alternativo con personalidades partidistas y creadores que a menudo operan fuera de las normas periodísticas”, según describe el informe.

Estos días ha hecho fortuna en X el hilo del fundador de la empresa especializada en localización de creadores Favikon, Jeremy Boissinot. Con evidente interés de parte, ensalza a ese nuevo genio de 18 años que es, a su juicio, Barron Trump. El hijo, sí. Suya habría sido la decisión de apartar a Donald de los medios tradicionales, algo a lo que ningún candidato se había atrevido antes.

Boissinot sostiene que las apariciones de Trump en podcasts obtuvieron 10 veces más participación que las entrevistas de televisión; los clips de YouTube se volvieron virales orgánicamente; y los creadores online “llegaron a audiencias a las que los medios tradicionales no podían llegar”.

La economía de los creadores ya no se trata sólo de contenido, añade. “Se trata de comprender la intersección de la influencia, la autenticidad y la distribución. Construyen ecosistemas de confianza”. ¡Confianza! A lo largo de 2023 no paré de repetir, en conferencias y artículos, la frase de Travis Montaque, CEO Group Black, en el CES de Las Vegas: “Los creadores son las nuevas startup”. La idea era otra, se nos va de las manos.

Muchos editores buscarán mejorar la calidad de sus sitios web, crear experiencias con noticias más personalizadas e invertirán en audio y vídeo. Los líos de Trump y de la propia IA reactivarán el hambre de verdad, de veracidad al menos, sostienen.

Chartbeat ha detectado que el tráfico agregado a sitios de noticias desde la búsqueda de Google se mantiene estable, pero se ha desplomado el originado en Facebook (67%) y Twitter (50%) en los últimos dos años. The Guardian y La Vanguardia han abandonado X, y la gran beneficiada podría ser Bluesky.

Los medios buscan alianzas con las plataformas de IA, como ChatGPT y Perplexity, para generar cada vez más ingresos vía licencias de acceso a noticias (en 2024, se duplicó la factura), pero ¿serán capaces de pactar una posición conjunta o sálvese quien pueda?

Las suscripciones se desaceleran, pero se mantienen como la principal fuente de ingresos, por delante de la publicidad gráfica y la publicidad nativa. Los eventos se consolidan como vía alternativa en auge y poco más, sólo el 15% de los encuestados logra ver otros negocios relacionados. Juegos, educación, salto internacional, versiones «para jóvenes», por ahí se está explorando.

La IA generativa transforma las redacciones. Convertirá cada vez más artículos de texto en audio, elaborará resúmenes en la cabecera de las noticias, hará traducciones automáticas. “Los editores no están seguros de si las tendencias hacia los influencers y los creadores son buenas o malas para el periodismo”, dice el Reuters Institute en su informe. El temor a que los periodistas estrella decidan sacar partido por su cuenta está muy presente en un ecosistema en el que prima el culto a la personalidad.

No resultará sencillo para el periodismo encontrar su lugar tras ‘el año de las elecciones’, pero nos va mucho en ello como sociedad. La proliferación de contenido falso o engañoso está complicando el entorno geopolítico, advierte el World Economic Forum.

Cada vez va a resultar más difícil diferenciar entre la desinformación y la información errónea generadas por la IA y la generada por el hombre. Entre los principales creadores de ese contenido peligroso se encuentran muchas veces actores estatales. Un panorama mediático cada vez más fragmentado provocará que resulte más difícil (y más caro) saber dónde acudir para obtener información verdadera.

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