Opinión Kerman Romeo

¿Estructuras o personas?

Las estructuras no sobreviven a las personas

En los noventa, un famoso anuncio de Kas presentaba toda una disyuntiva generacional: Kas Naranja o Kas Limón. Lo resumían con una pregunta que se hizo viral de la manera en la que antes las cosas se popularizaban, impregnando el lenguaje popular. Hubo un tiempo en que la gente decía eso de “¿Y tú, de quién eres?”, como se contestaba “¿De qué depende?” a cualquiera que te dijese que algo dependía. Para los vascos Kas ha sido y sigue siendo la hostia, así que imagino que allá arriba esta pregunta fue todavía más famosa. ¿Y tú, de quién eres? Yo, por cierto, siempre he sido de Kas Limón, para interés de nadie.

Esta semana, un buen compañero de profesión y amigo me preguntó si yo era más de estructuras o de personas. Creo que he hablado muchas veces de este tema, pero dudo que alguien me lo preguntase de una forma tan clara. Mójate, me dijo. Como decirle que depende quedaba vetado, me lancé a la piscina: soy de personas. Y, pensándolo en frío, creo que me reafirmo. Lo que marca la diferencia es siempre lo mismo, las personas. Y, por mucho que se pretenda que sea de otra manera, no creo que las estructuras sobrevivan a las personas. De hecho, muchas veces son las personas las que no sobreviven a las estructuras.

Las estructuras son fundamentales, una receta realizable con la Thermomix que estandariza procesos y crea terrenos de juego replicables. Muchos me han dicho que el valor individual es importante, pero que el contexto es el factor decisivo. Hasta 2022 les servía ese argumento de que Messi con Argentina jugaba peor. Puede que estas razones tengan algo de fundamento, pero están demasiado llevadas al extremo, como si no hubiera una enorme cantidad de estructuras al menos decentes y como si las personas no fuesen capaces de cambiar una estructura nunca. Siempre depende de las personas.

Por sembrar la duda, ¿Qué harías si la persona de mayor talento de tu agencia dejase su estructura? Yo, creo que lo tengo claro. Nunca escogí en un concurso por la agencia, siempre me decanté por esa persona que me encandiló y con la que me apetecía trabajar. Esto no quiere decir ni mucho menos que no haya que abonar las estructuras. Las estructuras habilitan caminos y facilitan procesos, son el sistema de juego de un equipo de fútbol y hay que trabajarlo y entrenarlo. Pero, al final, la diferencia la marcan las personas. Puedes saltarte con éxito una estructura, pero jamás alcanzarás el éxito sin las personas. Por eso, cuando a mí me preguntan “¿Y tú de quién eres?”, siempre diré que de las personas y de Kas Limón, por supuesto.

Feliz lunes y que tengáis una gran semana.

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