Hoy es, evidentemente, la última vez que les voy a hablar de aviación por aquí… durante este año. Es el último día de 2024 y hoy es ese momento de repasar lo sucedido durante los 12 meses anteriores o desear cosas para el año que entra. Hay personas que poéticamente recurren al “que todos tus sueños se hagan realidad”, lo cual sería de un lado imposible y del otro una condena, pues de cumplirse, a partir del siguiente año estás condenado a no aspirar a nada.
Volvamos a la aviación. Si recuerdan, este año se editó el primer numero en papel de Nautik Magazine, la parte de Forbes especializada en economía azul. Coordinado por Joaquín Torreblanca, salió un producto muy bueno en el que, si hacen memoria, había una lista con 50 personajes importantes relacionados con el mar. Uno de ellos también era aéreo y marítimo al mismo tiempo.
Se trataba del canario Gerardo Morales-Hierro, el CEO de Surcar Airlines, compañía de hidroaviones que lleva un tiempo gestándose y ya hizo vuelos de pruebas y presentación en tres de las ocho islas del archipiélago. Les reconozco que escogí el nombre de este empresario para el listado por su empuje, ganas y por querer lanzar en España un proyecto que une dos mundos fabulosos: el mar y el cielo.
Y pensé en el también porque una de sus fijaciones es recuperar los hidroaviones comerciales de pasajeros en España. Estos no operan desde 1957. Fue precisamente en Canarias donde fueron vistos los últimos: unos aparatos británicos con los que viajeros de Reino Unido llegaban a las islas para hacer un turismo casi de exploración, con una escala intermedia en el rio Tajo, Lisboa. La aviación “terrestre”, acabó pasándoles por delante.
Surcar Airlines
Accionista mayoritario de la empresa, Gerardo cuenta con socios españoles y daneses. Estos últimos son, precisamente, los operadores de Nordic Seaplanes, una pequeña compañía aérea con hidroaviones en Copenhague y Aarhus. Ofrece vuelos turísticos sobre ambos lugares y es la única de Europa que ofrece un servicio regular de hidroavión entre dos ciudades, operando desde el centro de la ciudad: el puerto. De hecho, la base y punto de embarque de los vuelos en la capital danesa está junto a la famosa estatua de La Sirenita.
Surcar Airlines quería emular originalmente a su hermana danesa, volando entre los puertos de Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de La Palma y el de Las Palmas, lo haría con varios vuelos al día para unir cada capital insular, con el ahorro de tiempo que supone ir de centro a centro en viajes de un día. Lo largo del proceso le ha hecho que, de momento y para que no se dilate más, quiera arrancar con vuelos locales con salida y llegada en Santa Cruz de Tenerife, usando el muelle, aguas y terminal del antiguo Jet Foil.
Una vez consolidado y conocido este servicio de turismo, pasaría a operar vuelos entre islas, como ya hace la hermana danesa entre Copenhague y Aarhus varias veces al día. Tiempo al tiempo y sobre todo paciencia, pues la novedad, exigencias extremas de operación segura y la implicación de tantas autoridades de los ámbitos aeronáutico, marítimo, medioambiental y portuario están dilatando mucho los tiempos, aunque de lo hablado ya con este empresario, parece que 2025 va a traer noticias definitivas sobre su deseo: que en España vuelvan a operar hidroaviones comerciales de pasajeros, como ya sucede en lugares tan diferentes como Canadá, las islas Maldivas o los estados de Washington, Alaska o Florida, en Estados Unidos.
Isla Air
Y si Canarias tiene en marcha un proyecto de hidroaviación de pasajeros, baleares también tiene el suyo: Isla Air Express. En este caso, la compañía tiene socios alemanes y españoles. El CEO de la casa es precisamente de la parte española: Sergio Nuñez Cacho-Solans, una de esas figuras importantes de la aviación y quien tiene que conocerle, le conoce, pues atesora una larga carrera en el sector como bróker aéreo y es director comercial de una aerolínea con aviones intercontinentales del modelo Airbus A340, que alquila a su vez a otras compañías para reforzar sus flotas. Además de ser su CCO, es también accionista de la empresa, radicada en Alemania.
La sociedad operadora de hidros ha hecho vuelos de presentación en los puertos de Mallorca e Ibiza, sobrevolando luego ambas islas. En el caso de Ibiza también sobrevoló Formentera. Y es que Formentera está claramente en la lista de destinos planeada para esta compañía. Como También Mallorca, Ibiza y en una segunda fase, Menorca. La intención es también llegar a puertos de la costa este de la península, en principio València y Barcelona y desde allí unir directamente estas ciudades con las capitales baleares. Algo ambicioso y a la vez atractivo para los potenciales pasajeros. La estrategia de unir islas entre sí y a estas con la península estuvo desde el principio en la mesa de esta sociedad.
En el caso de Formentera rompería la doble insularidad, pues como es sabido, la Pitiusa menor, no tiene aeropuerto y quien quiera llegar a ella ha de hacer el ultimo tramo en barco. La llegada de hidroaviones sería o será un gran cambio en las comunicaciones allí, no tan solo de turismo, sino para los quehaceres habituales de los habitantes de la isla.
Un mismo modelo
Surcar Airlines e Isla Air, son dos empresas totalmente independientes y no tienen nada que ver en cuanto accionariado. Sin embargo, ambas tienen un común denominador: tanto la canaria como la balear han elegido el mismo modelo de hidroavión para operar, el De Havilland Twin Otter, un robusto avión construido en Canadá cuya primera unidad voló hace 60 años, en 1965. Aunque el diseño exterior se mantiene casi intacto (se dice que cuando las cosas van bien no hay que cambiar ni la moqueta) otros aspectos como la aviónica, motores y muchos detalles técnicos se han ido mejorando y modernizando a lo largo de sus décadas de historia.
El Twin Otter es el modelo que opera a placer Nordic Seaplanes en sus vuelos regulares y chárter en Dinamarca, de ahí que por su experiencia sea el socio industrial de la empresa canaria, y también vuelan en Maldivas. La compañía Trans Maldivian tiene 65 unidades de este aparato en versión hidroavión para llegar a todas las islas y atolones del país.
La configuración interior va a criterio del operador, aunque generalmente la versión hidro del Twin Otter lleva entre 15 y 17 pasajeros, con la distinción respecto a otros aviones regionales, que los viajeros ven la operación de los pilotos en el área de cabina de mandos, puesto que no hay separación física entre las dos cabinas.
La experiencia
Mientras escribo esto me viene a la cabeza la experiencia de volar en hidro. He tenido la suerte de hacerlo en el Lago de Como, en Miami, en Tenerife y en La Palma. Unir el mar con el cielo es una experiencia imbatible. Embarcar en un puerto es también memorable y a efectos prácticos, mucho más cómodo que hacerlo en los aeropuertos. El vuelo tiene el encanto de lo vintage mezclado con lo moderno de estos tiempos. Por ejemplo, la cabina de vuelo está digitalizada y se vuela a una altura en la que cada vuelo es una lección de geografía en movimiento en la que es imposible no ir tomando fotos.
A efectos prácticos es un buen avance del que podrán disfrutar locales y visitantes de modo indiferente: es una aviación sencilla, bonita, marinera… y ojalá 2025 (deseo de año nuevo) sea el de su arranque en ambos archipiélagos. Bienvenida la hidroaviación de Isla Air y de Surcar Airlines.