Les voy a hablar de un tema que me ha conmocionado y de otro 100% personal. Empiezo por el segundo: no escribía por aquí desde hace unos 40 días. Les hablé entonces sobre el poderío aeroespacial de Marruecos, que el país de Mohammed II lució en el Marrakech Air Show. Casi en paralelo se publicó la edición en papel de Nautik Magazine, la revista que con todo cariño coordinó Joaquín Torreblanca y me consta que ha gustado mucho. Para su primer numero preparé un listado de 50 personajes destacados del sector marítimo. Podría haber sido mi ultimo trabajo… pero no es así. Un infarto cerebral casi se me lleva por delante, pero los buenos cuidados del personal del hospital Vall d’Hebrón de Barcelona y el cariño de mucha gente me permitieron salir adelante y aquí estoy de nuevo, contándoles cosas de lo mas ecléctico, aunque siempre, en esta columna, con el denominador común de la aviación.
Les hablo ahora de lo primero: la conmoción. Era un sábado por la tarde y teníamos la pantalla de la televisión encendida y sin volumen. Estaba sintonizada en el canal 3/24, que como el canal 24 horas, emite noticias o temas de actualidad día y noche. De repente un cintillo rojo en la parte inferior de la pantalla avisó de una información de ultima hora: “ha muerto Isak Andic en Montserrat durante una excursión de Trekking. El empresario tenía 71 años”. Tuve que esperar a que la noticia pasara hasta tres veces por la pantalla para asumirla.
Además de ser uno de los empresarios más conocidos del país, noté con el tiempo el cariño que se le tenía, no tan solo por ser quien era, sino también por como era. Leí columnas como las de Andrés Rodríguez, editor y presidente de esta casa, el editor Javier Godó, el presidente de la perfumera Puig, Marc Puig, el publicista Lluis Bassat, el presidente de Aena, Maurici Lucena y muchos más. En Sus palabras había más que formalidad y el recuerdo por una persona que ya no está, sino también un cariño genuino por el personaje.
El denominador común de tantas palabras es que al margen de lo empresarial y el reconocimiento por haber convertido Mango en un referente mundial, (pocos pueden decir eso de una empresa que crearon de cero) Andic fue una persona que supo disfrutar de la vida. Eso me pareció lo más importante: la vida disfrutada. Y es que en cualquier momento nos podemos ir. Y como no hayamos aprovechado, no hay segunda vuelta. La vida es una y no somos inmortales. recuérdenlo siempre, por favor.
El avión de Andic
Al día siguiente de su muerte, leyendo algunos textos sobre su personalidad se me ocurrió algo puramente aeronáutico-curioso: ¿Dónde estaba su avión? Y la respuesta fue la habitual: en El Prat, Barcelona. Su base operativa. Y… ¿Cuándo voló por última vez? Pues lo hizo el día nueve de diciembre, cinco días antes de fallecer en aquel camino de Montserrat. Su Jet personal voló aquel día de Barcelona a Madrid por la mañana con el indicativo MGO109 y cinco horas más tarde regreso a la capital catalana como MGO209. Fue su último vuelo.
Un avión que puede ir prácticamente a cualquier punto de la tierra con una sola escala resulta que voló por ultima vez para su dueño un viaje de menos de 600 kilómetros. La vida es curiosa: el quinto español más rico (según el famoso listado de esta casa) falleció a unos kilómetros de su casa el sábado, realizando una actividad absolutamente normal para un fin de semana: una caminata por la montaña. Nunca podremos saber cómo será nuestro último día.
Vayamos al avión… y a los aviones. El aparato actual con el que Andic y sus más estrechos colaboradores, invitados o familia viajaban por el mundo (Mango está presente en 120 países con unas 2.750 tiendas) es un fabuloso Bombardier Global Express 7500, un avión capaz de llevar a 19 pasajeros muy cómodamente a distancias de hasta 14.000 kilómetros. Es, junto a la versión 8000, el de mayor alcance de la marca y es una evolución del más grande de los tres que ya tiene Juan Roig y también de los dos que usa Inditex para las necesidades viajeras de su cúpula y otros directivos.
Un transporte personal
A diferencia de la practica totalidad de empresarios, financieros y banqueros españoles, Andic tenía el uso exclusivo de su avión. Esto es, no hacia operaciones comerciales para terceros y si lo utilizaba otra persona era con la autorización de su propietario. La mayor parte de bancos y empresas cuando tienen un avión, lo tienen en régimen de abanderamiento con alguna operadora especializada y así el tiempo que no está volando para su propietario, puede ser alquilado por terceros. De este modo, además de encargarse del mantenimiento y operativa, el operador se lleva un beneficio, como también su propietario, que así aligera su cuenta de gastos fijos.
Los aviones de Inditex, por ejemplo, forman parte de la flota que se puede alquilar en la empresa Gestair, aunque suelen estar tan ocupados por sus propietarios, que rara vez sucede eso, aunque si puede ser que cuando usted alquile unas horas de avión, esté a bordo del jet de alguna inmobiliaria, banca o compañía de comunicaciones española.
Cuando estaba en casa, el nuevo avión de Andic, como el anterior, del mismo modelo y los dos previos, pernoctaban a la intemperie en la plataforma frente a la terminal corporativa del aeropuerto de Barcelona, aunque con la incorporación del nuevo Global Express, se tuvo en mente construir un hangar para tenerlo bajo techo cuando pasase periodos sin volar. Se plantearon dos escenarios: construir uno nuevo en terrenos de Aena o bien quedarse con el hangar, ya construido hace años, donde se albergan los aviones del Instituto cartográfico y Geológico de Cataluña.
Obviamente tras el fallecimiento del empresario este plan se queda en suspenso, aunque de haberlo construido, igualaría aeronáuticamente a sus precedentes en la lista Forbes: Amancio Ortega y Juan Roig. El gallego tiene sus aeronaves guardadas en un gran e impecable hangar. Me comentaba hace unos días un Broker aeronáutico tan bueno en su trabajo como discreto en lo que hace, que “en el hangar de Ortega en Santiago se podría comer sopa en el suelo”. Por su parte, Roig tiene su flota también en un hangar exclusivo en el aeropuerto de Valencia. Una curiosidad: la plataforma de aparcamiento frente a la construcción es también de uso exclusivo para las aeronaves de Mercadona, hasta el punto de que en el acceso está pintado el logotipo de esta cadena de supermercados.
Más aviones
Además de los que pudiera haber alquilado puntualmente, Isak Andic tuvo cuatro aeronaves: dos Bombardier Global Express, con alcance intercontinental y previamente dos Learjet, modelos 35 y 45, iconos, durante muchos años, de la aviación corporativa mundial y símbolo de status. Además de las muchas empresas y corporaciones que tuvieron o tienen Learjet en sus flotas, este avión, la evolución suiza de un jet militar desarrollado luego por una empresa americana, fueron propietarios de uno, celebridades como los cantantes Frank Sinatra y James Brown, el golfista Arnold Palmer o el director de orquesta Herbert Von Karajan.
Desde el 9 de diciembre, el avión de Isaac Andic no ha vuelto a volar y el indicativo “Mango” no se ha vuelto a oír en la frecuencia de radio de los controladores aéreos. Evidentemente volverá a volar en un futuro, puesto que el modelo tiene mucho potencial, aunque ya no lo hará para su dueño, que repentinamente y del modo más impensable, se fue de este mundo. El Mango 029 fue su ultimo viaje y las montañas de Montserrat el último lugar por donde este magnate del textil disfrutó de la vida.
Si me lo permiten, un consejo de este superviviente: sean felices, quieran mucho, relativicen las cosas y bajen el ritmo. Disfruten más de la vida. Tiene muchas más cosas buenas de las que nos imaginamos. Solo hay que verlas. Y se ven dedicándole más tiempo.