La universidad de la élite intelectual de España es Leinn. Escribo “élite” no por los orígenes sino por el resultado; e “intelectual” y no empresarial porque hasta el más raro de los poetas tendría que tener por lo menos el instinto de lo que es vender y cómo se hace. No hay nada que sea interesante sin su parte comercial. Lo que no interesa a los demás –vender es interesar- no es válido. Es defectuoso. Es perdedor pensar que el problema lo tienen los demás. Lo que cuesta cero ¿cuánto vale? Acertaste: cero. Leinn (Liderazgo Emprendedor e Innovación) es una higiene para todos, equivalente al gran pacto del desodorante. Después ya veremos todo lo demás, pero el desodorante no puede ser negociable. Leinn pone el cerebro a punto para que aterricen las buenas ideas. Si no acabas siendo empresario, por lo menos aprendes a no negar la gran lógica del mundo, ni a creer que puedes vivir sin ella.
Félix Chamorro entró en Leinn a los 18 años y tenía que desarrollar como todos los alumnos una empresa y se centró en las dos cosas que más le gustan: la moda y el pádel. Estudió el mercado y se dio cuenta de que estaba demasiado copado de grandes multinacionales y que era imposible competir con ellas sin la aportación de un muy claro valor añadido. Pensó entonces en qué es lo que más necesitaban -y no tenían- los jugadores, y era poder secarse rápido el sudor de las manos y de la frente. El sudor de la frente cae a los ojos y te ciega; si tu sudan las manos no puedes sujetar en condiciones la raqueta ni usarla con precisión. Son reflexiones que Félix no se habría hecho nunca sin ser empresario. Tampoco habría encontrado su solución para mejorar este deporte ni por lo tanto -en su medida- el mundo.
Lo primero que se le ocurrió fue comprar unos shorts en Decathlon y coserle un pedazo de esas toallas tan finas, hechas de microfibra. Pensando Félix es bueno, pero cosiendo, en fin, de modo que junto a sus compañeros de proyecto buscaron el equivalente a la yaya costurera en Alemania, donde estaban cursando el Erasmus, obligatorio en Leinn. El producto mínimo viable fue de 50 unidades para probar la demanda. Por whatsapp vendieron las prendas a sus conocidos, amigos y familiares. Los pantalones reforzados con la toalla secaban efectivamente la mano, recibieron una buena respuesta de los primeros compradores.
Con el producto validado viajaron a India –Leinn pone a la India y a Corea como ejemplo de países emprendedores– en busca de una fábrica capaz de desarrollar el tipo de material innovador que necesitaban para no ir cosiendo todo el día toallitas, y juntos el equipo de Félix y los autóctonos desarrollaron una nuevo tejido tecnológico, absorbente, que puede estar situado en lugares estratégicos de la ropa para un fácil alcance. Hoy la tecnología que finalmente crearon, Drytech, está patentada, de modo que sólo ellos pueden usarla.
Félix tiene hoy 22 años. Empezó sus estudios en Leinn en 2020, los terminó en mayo de 2024 y ahora con su empresa Drybreak quiere revolucionar el mercado del pádel, que hasta ahora no había hecho esfuerzos para innovar en el textil. Su aportación de mejorar el rendimiento de los jugadores a través de la ropa es realmente novedosa y a esto me refería al decir que Leinn crea esta “élite” empresarial, enseñando a pensar a sus alumnos cómo pueden ser útiles a los demás.
En tan poco tiempo Drybreak cuenta con una red de distribución en más de 10 países, con la mirada especialmente centrada en el sorprendente crecimiento del mercado de Arabia, en donde ya patrocina a varios jugadores profesionales y está en las tiendas de deporte más relevantes. Entre sus inversores cuenta con Xavier Pladellorens, uno de los mayores inversores de nuestro país y que en 2023 vendió Deporvillage por cerca de 200 millones de euros. Para 2025 están los objetivos de buscar nuevos distribuidores internacionales y de fichar a un jugador profesional como imagen de la marca.
Es así como el mundo mejora. Con buenas ideas y con trabajo. Sin excusas y buscando siempre caminos nuevos cuando los que hasta entonces había no nos llevan donde queremos. Félix Chamorro piensa en la moda y piensa en el pádel, y puede que a muchos no les importe ninguna de las dos cosas. Pero sí nos importa y nos incumbe a todos que Félix piense y que nos mejor en la especialidad que él ha elegido. Es por personas como él, o como Isak Andic que tan tristemente nos ha dejado, que vivir continúa mereciendo la pena.