Francisco Marco es el único detective que queda en España. A veces decimos “el mejor” y me parece infantil. Queremos al realmente bueno, ¿no? Entonces es el único. Nadie en España tiene la información que puede tener Marco para sus clientes, ni nadie sabe encontrar los caminos adecuados para usarla de manera adecuada para resolver el problema.
Acaba de publicar El Sumario, la historia sobre el incendio del Tribunal Supremo en 1908 provocado al parecer para eliminar la demanda de paternidad presentada por dos hijos bastardos de Alfonso XII. Es una trama entretenida y bien contada que mezcla Historia e intriga y que sin duda gustará a los amantes del género. Sin embargo yo no puedo pretender pasar por un buen lector ni siquiera por un lector, y poco más puedo decir de este libro que no sea esto que me han explicado personas en cuyo gusto confío y a las que respeto.
Puedo escribir con mucho más conocimiento del autor, que en su oficio resulta imprescindible para cualquier empresa que quiera tener contexto. Que el negocio de las grandes corporaciones sean los datos tendría que darnos una pista sobre la importancia de la información. Antes veíamos a los “espías” como algo novelesco y lo eran. Hoy el sentido de un investigador privado no es un juego mortal de enredos como en La Casa Rusia. La Guerra Fría fue un lujo porque sabíamos quién era el enemigo. No sabíamos qué hacía ni dónde se ocultaba pero sabíamos quién era. Hoy limitamos con todos los peligros, los tenemos tan cerca que a veces los tenemos dentro, y todos tienen cara sonriente y no sabemos con quién podríamos acabar teniendo el problema. Con la competencia, con los clientes, con los proveedores , con los empleados. Quién puede saberlo. Sin información no se puede construir nada importante y estamos expuestos a cualquier sobresalto. Información profunda, constante, preventiva, que evite el conflicto en lugar de lo mucho más aparatoso -y caro- que siempre resulta tener que solucionarlo. Inteligencia en los negocios, gestión de datos de fuentes abiertas.
Francisco Marco es el único que puede en España resolver conflictos extremos en los que la información es la clave, y resulta fundamental en cualquier empresa mediana o grande que quiera anticiparse al drama. En 2024 no se puede trabajar sin esta inteligencia, sin saber qué hacen los demás, sin saber qué piensan, sin conocer por dónde pueden ir sus próximos pasos. En 2024 no se puede contratar a nadie sin saber quién es y qué ha hecho. No se pueden aceptar aportaciones a tu fondo de inversión sin saber quién te está dando su dinero ni para qué. Y al revés: sin información, y una información que vaya más allá del sujeto concreto, no puedes invertir en nada ni en nadie. Lo que hace cincuenta años se llamaba espionaje hoy se llama genéricamente estudio del mercado, pero el “estudio” de Francisco Marco no es el power point de las consultoras -siempre más interesadas en demostrar lo que saben que en la relevancia de lo que aportan en sus pantallas- sino una radiografía sin sombras, sin dudas, más honda que el maquillaje con que todo el mundo se presenta para quedar más atractivo o para disimular intenciones no siempre confesables. Esto no es tan novedoso en el concepto como defectuosa resulta su realización en la mayoría de las empresas, y de ahí el valor “único” de Francisco Marco, tanto en el detalle de las personas concretas y de lo que tratan de ocultar como en la canalización racional de lo que está al alcance de todos y pocos saben interpretar.
Los libros sobre relatos históricos, como las redes sociales, sirven de remanso, momentos siempre agradables de frivolidad y desconexión. Hagan caso pero no hagan caso. Lo sustancial en Francisco Marco, su aportación singular y con un valor extraordinario en nuestro tiempo es su información, su modo de procesarla y de saberla utilizar en favor de la salvaguarda de tu prestigio y de tu empresa en este mundo bellísimo y terrible.