Opinión Kerman Romeo

Las naranjas en la cabeza

La ira es acumulativa y siempre viene desatada por sucesos que no dan tanto de sí

Estos días he recordado una escena de “Los Simpson” que me hace bastante gracia, como casi todo lo que esta serie hizo hasta su décima temporada. Disfruten:

Aquí se plasman dos realidades fundamentales. Primera, los estados de ánimo desencadenan reacciones en cadena; cuando uno entra en un bucle positivo, se siente imparable, y viceversa, como en este caso. Segunda, cuando vienes en una dinámica negativa, siempre hay un hecho que parece insignificante que acaba desatando a la bestia. Por eso me gusta el ejemplo de las naranjas cuando el hombre abeja llega a casa tras un día de mierda. Porque representa cómo la traca final de la fatalidad suele venir de hechos cotidianos.

Pienso en esas veces en que te pones a llorar porque se te ha roto una bolsa de la compra en medio de la calle. O cualquier tontería similar. Nunca se trata de esa bolsa, sino que en ese horroroso plástico con un logotipo se condensan todas las fatalidades que te vienen afligiendo. Llamémoslo la gota que colma el vaso o como queramos, pero siempre es el hecho aparentemente más inocente el que rompe el muro de contención.

Aplica también a los enfados. La dificultad para aplicarme el consejo a mí mismo, dado que soy reincidente, me convierte en un buen observador de esos momentos. Así como los hechos más simples plasman problemas mucho más profundos, también el ‘tsunami’ de la ira de los enfados se suele liberar con la menor de las afrentas. La pérdida de papeles es repentina, pero acumulativa. Una presentación que no salió bien, una mala noche, una mala respuesta… y al final lo que hace que se te vaya la olla es que no queden cafés en la oficina, que alguien te dé una pequeña toba cariñosa o un email en el que no se pone gracias.

Puede parecer absolutamente ridículo, pero es así. Los mayores enfados suelen producirse en situaciones que son auténticas gilipolleces. Situaciones evitables, de las que sueles arrepentirte y que, seamos sinceros, suelen tapar por su vistosidad problemas mucho más graves y profundos. Nunca se trata de que se te caigan las naranjas en la cabeza.

Feliz lunes y que tengáis una gran semana.