Cuesta sobreponerse a un dato tan demoledor como el proporcionado hace unos días por el director del Barcelona Supercomputing Center (BSC), Mateo Valero. En sus instalaciones hay nada menos que 4.480 chips Hopper de NVIDIA, los más potentes que existen hoy en el mundo. Gracias a ello es uno de los únicos tres supercomputadores preexaescala europeos. Pero el ritmo es estratosférico: Meta tiene 350.000 procesadores Hopper y Elon Musk acaba de anunciar que incorporará 200.000.
Apenas año y medio después de su lanzamiento, NVIDIA tiene ya listo su siguiente chip: Blackwell, que multiplica por 30 la velocidad del Hopper. La inteligencia artificial (IA) generativa está transformando de tal forma la industria de semiconductores que Alphabet, Meta, AWS, Apple, Alibaba y Microsoft están creando los suyos propios. Nadie quiere depender de nadie en esta carrera global.
En estas, llega la feria de dispositivos de consumo más importante de Europa, IFA Berlín. El musculoso brazo inteligente que están construyendo los hiperescalares, en sus cada vez más abundantes centros de datos, acaba llegando a nuestros hogares a través de los electrodomésticos. Muchas veces perdemos la perspectiva y nos despreocupamos de lo que pasa aguas abajo, pero el sindiós de la IA lo contagiará todo.
La sensación que transmite repasar las novedades de IFA Berlín 2024 es… ¿recuerdas las ondas circulares en el vaso de agua que inventó Spielberg en Parque Jurásico cuando se acercaba el Tiranosaurio Rex (logró ese efecto pulsando una cuerda de guitarra bajo el coche)? Todo lo que vemos hoy está llamado a ser la antesala de lo que viene.
Bienvenidos a la era de los “electrodomésticos integrados”, según Thomas Gardner, de AEG, quien formula en la presentación mundial de su AITasteAssist la pregunta clave: «con toda la tecnología inteligente, ¿estamos cocinando de la forma más inteligente que podemos?» Hervir agua en exceso durante veinte segundos consume tanta energía como cargar completamente un móvil. Los sensores de vibración se ocuparán de dar la alerta.
La china Hinsense habla de “ecosistema doméstico inteligente” y está diseñando servicios basados en “escenarios”. De momento, cuenta con bases de datos completas para 27 de esos escenarios de hogar inteligente. La lavadora y la secadora de Siemens «hablan» entre sí y comparten datos a través del wifi. La secadora puede sugerir el programa óptimo porque sabe cuánta ropa recibirá y qué ciclo de centrifugado se ha utilizado.
Enrico Hoffmann, CEO de BSH Electrodomésticos, explica que la empresa está trabajando en el mantenimiento predictivo de los electrodomésticos con la ayuda de la conectividad. Con la información adecuada, la IA se ocupa de activar la descalcificación de la cafetera.
Una de las sensaciones de este año sobre el escenario de innovación de la feria alemana ha sido el CEO de SharkNinja, Mark Barrocas. La firma estadounidense vende bajo las marcas Shark y Ninja y salió a bolsa el año pasado. Cuenta con un equipo de más de 1.100 ingenieros en todo el mundo, ubicados en Boston, Londres y China.
Según Barrocas, cuando los productos de SharkNinja están casi listos para salir al mercado, la compañía deja que 750 hogares de consumidores los prueben durante cuatro semanas. De media, esto inspira más de 200 cambios antes del lanzamiento. La relación con los usuarios ya no puede ser igual en la era hiperconectada: la máquina de bebidas heladas Ninja SLUSHi, lanzada en Estados Unidos hace unas semanas, se agotó en tres días gracias al efecto de las redes sociales.
Esos ecosistemas domésticos inteligentes que hasta hace poco llamábamos hogares llevan de serie, es lo que quiero decir, todos los grandes asuntos de la era digital. También la cuestión de la protección de la privacidad y la seguridad.
Una de las startups presentes en IFA Berlín ha mostrado cómo sus modelos de IA, integrados en los circuitos cerrados de televisión (CCTV), son capaces de detectar un bolso abandonado en un aeropuerto, a un trabajador de un centro de distribución cuando va a cometer un robo o un riesgo de accidente en una obra en construcción.
No deja de ser curioso, como indican los datos de GfK Market Intelligence proporcionados en IFA, que en lo peor de la pandemia (2020) la compra de dispositivos de smart security prácticamente se duplicara (96%), y siguiera creciendo a dos dígitos los años siguientes. En el primer cuatrimestre de 2024 se han vendido un 22% más detectores de intrusos y un 34% más sistemas de alerta.
La integración de la IA en la evaluación de amenazas es cada vez más frecuente. Los innovadores promueven soluciones para que eso no se haga a costa de nuestra intimidad. El sistema PrivacyLens incluye una lente de detección térmica para encontrar personas en imágenes y vídeos.
HONOR ha presentado en IFA Berlín su asociación con Google, Qualcomm y Microsoft para crear nuevo hardware con AI Deepfake Detection, «la primera tecnología de detección de falsificaciones profundas en el dispositivo del mundo», según su CEO, George Zhao, capaz de discernir si las imágenes son falsas o generadas por IA.
La amenaza está ahí. Surveillance Watch es una plataforma que funciona como un mapa interactivo para ubicar la tecnología de vigilancia y el software espía en todo el mundo. Sólo aparecen en él tres empresas españolas. China sería un país en auge, según sus creadores, igual que Emiratos Árabes, pero Israel es el claro dominador, de él proceden la mitad de compañías que estarían operando o vendiendo servicios hoy en nuestro país.
Como en una partida de ajedrez, hay que tener todo el tablero a la vista continuamente. El vértigo del nuevo ciclo impulsado por la IA generativa, pese a los condicionantes que impedirán su plena explosión a corto plazo, se extenderá hasta el horno y la lavadora. La batalla por los datos entra al hogar.