Opinión Eugenio Mallol

La siguiente pantalla para los videojuegos

Unity habla de “cambios sísmicos” en un sector que se recupera tras la desaceleración postpandemia y que debe convertir a la inteligencia artificial en una de sus armas para ganar productividad.

Game Developers Conference (GDC) de San Francisco.

Hace falta valor para que una veintena de directivos anticipen el futuro inmediato de un sector tan estrechamente vinculado a las tecnologías digitales como el de los videojuegos, sin mencionar ni una sola vez a la inteligencia artificial (IA). “Un lenguaje, del que incluso Sócrates estaría orgulloso”, escribe el ministro José Luis Escrivá (conviene leer lo que envían los asesores en nombre de uno) en el informe “La industria del videojuego en España en 2023” de AEVI.

En la Game Developers Conference de San Francisco se dedicó una mesa específica a comentar las cinco grandes tendencias del sector descritas en una de las biblias de los desarrolladores de videojuegos, el Unity Gaming Report 2024. Un informe descomunal basado en los datos de cinco millones de desarrolladores de Unity Engine y en más de 342.000 millones de visualizaciones de anuncios.

En él se habla de “cambios sísmicos”. El impacto cultural de los videojuegos no deja de crecer gracias a la mejora del hardware, ya sea en forma de consolas, dispositivos de realidad virtual/aumentada o el impactante PC Gaming de marcas como ROG Ally y Legion GO.

También está recibiendo el impulso de las adaptaciones cinematográficas y televisivas de las principales sagas, como Mario Bros. En 2023, Nintendo Switch alcanzaba los 139 millones de consolas y los 1.200 millones de juegos vendidos a nivel mundial; Sony Interactive Entertainment contaba con más de 2.500 juegos disponibles para su PS5; LEGO ha cruzado sus productos con Fortnite de Epic Games; y Warner Bros Discovery Games aupó a Hogwarts Legacy al primer puesto mundial en ventas.

Paradójicamente, la industria se ha visto afectada por recortes, despidos y cierres de estudios. Las altas tasas de interés han sumido en un mar de dudas a los inversores durante mucho tiempo, a raíz de la desaceleración vivida en el ámbito de los videojuegos tras la pandemia, a modo de resaca.

Pero el mundo cambió el pasado 9 de julio, como ya hemos dicho, y los inversores más avezados llevan un tiempo tratando de adivinar en qué se convertirá el mercado una vez se desplome sobre todas las actividades económicas ese tsunami de la IA que no hace más que ganar altitud.

El capital quiere seguir pasando de pantalla en el negocio de los videojuegos. El influyente Andreessen Horowitz ha creado un segundo vehículo de inversión de 600 millones de dólares; Bitkraft Ventures presentó un tercer fondo insignia con un objetivo de 275 millones; y Griffin Gaming Partners apunta a 500 millones de dólares para su tercer vehículo insignia, según las cuentas que ha echado PitchBook.

En ese giro de los acontecimientos, la productividad será una de las grandes cuestiones que deberán considerar los gestores de estudios de videojuegos. La primera de las tendencias de las que habla el informe de Unity es precisamente, la adopción de herramientas de IA “para ahorrar tiempo”.

Y, por sorprendente que parezca, la cautela de los directivos que participan en el anuario de la AEVI del que hablaba al principio, en relación con la IA, forma parte del clima general con el que el sector está recibiendo las nuevas herramientas inteligentes.

La consultora británica Omdia analiza el fenómeno con enorme sensibilidad. Estima que son ya más de 40 las empresas que ofrecen herramientas de IA generativa a los desarrolladores de juegos. Hay casos de compañías emergentes muy atractivas, como Scenario, Ludo y Modl.ai, y se espera que los principales proveedores de tecnología como AWS, Microsoft y Unity, hagan uso de su músculo y tomen posiciones antes o después.

Para la mayoría de estudios, la IA generativa de vanguardia plantea todavía un enfoque “demasiado arriesgado”, según Omdia. Preocupan cuestiones que van desde el cumplimiento de los derechos de autor hasta la fiabilidad de los resultados de tecnologías todavía demasiado experimentales. Podría decirse que, como les gusta tanto hacer con sus personajes, los desarrolladores de videojuegos se encuentran atrapados en una especie de pinza.

Buscan incorporar servicios de suscripción y expandirse a un número cada vez mayor de plataformas, para lo que deben cargar las secuencias más atractivas al principio del juego (enganchar cuanto antes es hoy imperativo), apostar por las propuestas multijugador, crear mundos más sofisticados poblados por personajes no jugadores cada vez más autónomos y potenciar la retención de jugadores incorporando la propia información del usuario, entre otras estrategias.

La necesidad de cumplir con todos esos objetivos ha incrementado el tiempo medio de lanzamiento de un juego de 218 días en 2022 a 304 días en 2023, según Unity. La IA se presenta como una herramienta clave para hacer todo eso posible con más rapidez, pero tiene sus condicionantes.

El 71% de los estudios que utilizan IA afirman haber mejorado entregas y operaciones gracias a ello. Sin embargo, para explorar esas nuevas herramientas que aceleran la producción, deben dedicar también más tiempo a la I+D. El 38% de los desarrolladores no habían incorporado la IA, por eso, a su flujo de trabajo en 2023.

El desafío va mucho más allá, en definitiva, de superar el llamado “eSports winter” con movimientos como la creación de Movistar KOI a partir de la alianza de Telefónica con OverActive Media, empresa global de gaming y deportes electrónicos que cotiza en la bolsa canadiense, y KOI, el club liderado por Ibai Llanos y Gerard Piqué.

Los estudios están diversificando sus enfoques de ingresos, apunta el informe de Unity como segunda tendencia. El tamaño ya no es importante a la hora de enviar juegos a las plataformas y, en 2023, los juegos solo para dispositivos móviles con funciones multijugador tuvieron un 40% más usuarios activos mensuales que los dirigidos a un solo jugador.

En quinto lugar, para reforzar el compromiso con el usuario, la industria está construyendo marcas más fuertes extendiendo sus grandes activos y franquicias y profundizando el vínculo con la audiencia: el 27% de los desarrolladores incorporan ya contenido generado por el usuario en sus juegos.

España goza de buena salud creativa. Ubisoft ha cumplido 25 años en Barcelona, desde donde ha lanzado títulos como Rainbow Six Siege, que va a por los 10 años en el mercado; Tekken 8, Little Nightmares 3 y Sand Land  son las grandes propuestas de Bandai Namco para 2024; Gameloft Barcelona se atreve con su primer juego para consolas, Disney Speedstorm; VR LASER TAG ha creado ocho mapas innovadores; el equipo malagueño de eSports Giants se ha fusionado con el británico Excel para formar Giantx… siempre en la vanguardia como país, los desafíos de la IA son el siguiente nivel.

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