Opinión Salvador Sostres

Todo lo que un perfume dice de ti

El perfume es lo más sutil que de ti dices a los demás pero también el rastro del humor de tu día.

Hay que buscar siempre el talento aunque a veces en la cosmética y la perfumería estemos acostumbrados a fiarnos de las marcas. Las marcas están bien y hacen su trabajo y es bonito cómo a veces nos venden el producto. Pero más allá de los envoltorios y de las estrategias comerciales, la perfumería es un arte y como todo arte tiene a sus genios que son el hilo conductor de la calidad. No se puede hablar de perfumes de Hermes o de Armani o de Gucci pretendiendo que por pertenecer a estas casas forman parte por definición de un círculo de primer nivel. Hay más bien que hablar de perfumistas como Jean-Claude Ellena u Olivia Giacobetti. Antes de entrar en detalles quiero aclarar que no incluyo el nombre de la señora Giacobetti por ninguna cuota femenina sino porque es uno de los talentos más extraordinarios y delicados que ha dado la perfumería moderna.

El perfume es lo más sutil que de ti dices a los demás pero también el rastro del humor de tu día. Cuando cada mañana ante la estantería decides qué perfume vas a ponerte no sólo decides qué quieres transmitirle a tu interlocutor de aquel día sino y muy principalmente qué quieres decirte a ti mismo a lo largo de la jornada. La elección del perfume que te vas a poner ha de depender mucho más de lo que tu estado de ánimo necesite que del juego de la seducción, que de todos modos sólo funciona de manera eficaz cuando tienes personalidad y te preocupas más de proyectarla con precisión que de la inseguridad de pensar si gustarás.

En un sector colapsado de marcas y referencias, publicidad alegórica y engañosa, y casi nunca basada en argumentos artísticos para recurrir siempre a la banalidad aspiracional, éste es un mapa que lleva a algunos de los más deslumbrantes tesoros entre los perfumes de nuestros días.

Jean-Claude Ellena

Para empezar por lo esencial hay que conocer al gran perfumista de todos los tiempos, señor Jean-Claude Ellena, por suerte todavía en activo y en plenitud de facultades. Él es nuestro Shakespeare, nuestros griegos. Nuestro Disney. Él ha sabido describir con sus perfumes todos los sentimientos. Siempre con clase, ni una sola estridencia, siempre con delicadeza. Su repertorio es muy extenso y es imposible comprarlo todo de golpe, pero estas son algunas de sus mejores obras.

En el terreno más comercial, Terre (Hermes) es su gran genialidad. Es el último perfume de gran nivel que puede comprarse a precios populares (80€). Es un perfume que las primeras veces crea la adicción de llevarlo y la angustia de cuando ya no lo notas y necesitas tu dosis para calmarte. Se puede encontrar en todas partes. De hecho, lo difícil es entrar en una perfumería o centro comercial y no encontrarlo. A pesar de ser y haber sido un súper éxito de ventas siempre te sorprende cuando lo vuelves a oler. De la naranja en la piel al vetiver de fondo, pasando por la pimienta en el corazón, Terre es un perfume definitivo, de todos los tiempos, que permite que personas de todos los poderes adquisitivos puedan sentirse especiales llevándolo, y confortados cuando lo huelan y recuerden que lo llevan; y por supuesto que define la franca superioridad de su autor.

Sin salir de Hermes, pero instalados ya en su colección de “alta costura” perfumística Rose Ikebana (285€) es una chica desnuda que justo acaba de salir de la ducha. Rose Ikebana es lo que el señor Ellena y yo pensamos de la sensualidad, del gusto por la belleza que conecta nuestra parte más animal con la más espiritual y contemplarla nos lleva a querer escribir poemas, levantar catedrales o componer un perfume tan extraordinario como Rose Ikebana. Es absurdo y reduccionista hablar de los perfumes del maestro en términos de si son masculinos o femeninos. Son lo que tú quieras a cada momento. Rose Ikebana contiene lo femenino pero dicho desde la virilidad, no es un perfume para mujeres sino una opinión sobre la feminidad: una opinión masculina, maravillada y rendida.

Otra página memorable la escribió el señor Ellena para el gran editor de parfumes Frederic Malle. Se trata de Eau d’Hiver (195€). Es el resumen del invierno. Este perfume es la mañana lluviosa de un jueves el París escuchando cómo caen las gotas en la estructura metálica de la court del hotel Costes. Todo nos ha pasado en París aunque no hayamos estado nunca. Todo el mundo trabaja menos tú, que ves llover desde Saint-Honoré y dispones de esta mañana sin nada que hacer y de una reserva a las 12:45 en Atelier. Frío limpio y gris de París con este agua cálida en tu piel. Ni el cashemir de luego cuando te vistas te va a hacer sentir tan gusto con el hondo placer de ser tú.

También para Frederic Malle, el señor Ellena ha compuesto el que tal vez sea el perfume más alegre del mundo. El más sonriente, el que más de buen humor es capaz de ponerte y de mantenerlo a lo largo del día. Es un escándalo de claridad, con su pimienta rosa en los labios, su alma de angélica y su fondo de ámbar. En un paseo tras la tormenta, el maestro recogió un ramo de angélicas y de ahí salió este perfume que se basa en la gran alegría de estar vivo. Por su baja concentración (5%) es un perfume huidizo, que dura una mañana creando la consiguiente angustia de ya no notarlo a media tarde y necesitar más. Por mucho que se le ha pedido a la casa que animara al autor a crear una segunda versión a una concentración más alta, JCE ha respondido que si lo hiciera rompería su frágil equilibrio. Por qué ha de ser que todo lo que amamos apasionadamente se nos escapa.

Un poco antes de sus colaboraciones con Frederic Malle y Hermes, el señor Ellena revolucionó a las señoras com un perfume pensado para que los hombres las atrajeran con un perfume irresistible, y para la casa Cartier compuso Déclaration (84€). Es un perfume que levanta a las señoras de las mesas de los restaurantes y cautivadas vienen a preguntarte a qué hueles, y acercan su cara a tu cuello para físicamente olerte sin conocerte de nada. Déclaration produce un efecto de desinhibición total en las chicas, y si no te acuerdas de que lo llevas, las primeras reacciones te hacen sentir como invadido. Es un perfume de una rara contundencia en Jean-Claude Ellena, por lo general de tonalidades mucho más suaves y sutiles. La calidad de la composición es la habitual en su obra pero se distingue Déclaration por ser un arrebato de pasión y furia, tal vez el más brillante que conocimos en los últimos años del pasado siglo.

Mucho más reciente y volviendo a sus tonalidades suaves, para la casa Laboratorio Olfattivo, el autor ha publicado el resumen de un fructífero viaje italiano. Los tres perfumes más destacados son la Mandarina, el Lemon y la Arancia Rossa, los tres a 110€. El más curioso es el de naranja rosa, por su singularidad y la precisión con que el perfume transmite exactamente la sensación de estar oliendo el fruto. Pero el perfume que en su aparente sencillez demuestra el talento único del maestro es el de limón. Todo el mundo se atreve con el limón hasta los fabricantes de ambientadores para coches y burdeles. Todo el mundo ha hecho tarde o temprano, un perfume con limón y a pesar de ello el señor Ellena cree que él puede hacer lo mejor y así lo demuestra con este limón exacto y a la vez distinto a los demás y que te conecta con el recuerdo de los primeros limones que conociste, como sólo saben hacer los grandes genios de las distintas disciplinas artísticas, que al principio siempre crees que sólo hablan de sus vidas y cuando te das cuenta están hablando única y exclusivamente de la tuya.

Olivia Giacobetti

La señora Giacobetti y Dios jugaron un día a hacer ver que el infierno era sólo una broma de la Creación y así surgió el perfume del hotel Costes (60€). La irrupción fue tan salvaje que no es ninguna exageración decir que este el hotel es un olor. Luego está el magnífico decorado del señor Jacques García. Claro. Pero el hotel Costes lo que más profundamente te transmite, y lo que más te llevas cuando lo dejas, es su olor, creado por esta señora sobria, bella, elegante de talento imaginativo y desbordante. En la línea de perfumes del hotel hay también uno específicamente para el cuerpo. Es un error comprarlo. Hay que hacerse con el ambientador clásico y ponérselo en la piel sin problema. Dios y el diablo son de aquí, pongamos que hablo de vivir.

En su mezcla letal de mala leche y de candor destacan igualmente dos de las fragancias que la señora Giacobetti ha elaborado para L’Artisan Parfumeur: Passage d’Enfer Extreme (185€), que es otra revisitación del infierno, aunque esta vez sin Dios –como en el perfume del Costes– y la entrevista es más bien con el demonio, para preguntarle por sus motivos. Es la fiesta del incienso y de la madera, estrellas caídas y sátiras, la parte sonriente del negocio que siempre quisimos hacer pero luego tuvimos escrúpulos. Todo ello en el equilibrio de una técnica impecable y de un talento infinito. Nunca deja de maravillarme esta capacidad que la señora Giacobetti tiene de desbordarme a mí sin inmutarse ella. Te provoca todas las revoluciones sin perder ella jamás la compostura. Con su mirada felina, su melena negra y su cuerpo tan fino que podría dibujarse de un trazo, sin levantar ni una sola vez el lápiz del papel.

Su segunda gran creación para L’Artisan está actualmente descatalogada pero con un poco de paciencia puede todavía encontrarse y comprarse por internet. Es Dzing! (100€) y es el perfume de una ciudad, a lo que huele el asfalto tras el frenazo de un coche. Neumático quemado, “perdone que no le dé la mano”, fanfarroneaba Marinetti cuando el Futurismo descubría la máquina, “es que huele a gasolina”. La autora explica que se trata de un perfume inspirado en el circo, que mezcla notas de manzanas caramelizadas, sudor de artistas, elefantes y cuero de silla de montar. Seguro que fue así en su proceso creativo, pero en tu piel huele a sirena de ambulancia en la noche, gasolinera abierta de madrugada y esa conversación silenciosa que tienes volviendo a casa, solo ya y muy tarde, con personas con las que ya es seguro que no volverás a hablar.

En su maestría sin límites conocidos, un último detalle de alta calidad: su colaboración con Zara, en una serie de cuatro perfumes basados en el color blanco: Livre Blanc, Vapeur Blanche, Blanc Ensoleillé y Popeline Blanche. El precio es de 20€ cada uno, aunque se puede comprar un pack que cuesta poco más y que las incluye todas en versión más reducida. Son fragancias que van sobre el placer de oler a limpio, que es la mejor metáfora del color blanco. Poder tener por 20€ un perfume de la señora Giacobetti es otra de sus genialidades, que cabe agradecer también a Zara, que comprando cantidades masiva ha podido reducir considerablemente los costes de producción. Sobre todo Livre Blanc y Popelin Blanch son fragancias de primer nivel y que remiten a lo mejor de la perfumería que hemos conocido desde finales del siglo XX hasta hoy. Una reflexión final sobre esta magnífica colaboración es que el precio del perfume es el mismo –exactamente el mismo– en todos los casos, y la diferencia está en el packaging, la publicidad y la estrategia comercial de muchas marcas que piensan que el alto precio es un elemento de prestigio que les ayuda a vender más.

Hermes

Frederic Malle

Cartier

Laboratorio Olfativo

Hotel Costes

L’Artisan Parfumeur

Zara

Algunas tiendas de interés para conocer y probar más perfumes interesantes:

Madrid

Le Secret du Marais

Barcelona

Santa Eulàlia

Regia

Bilbao

Ruiz de Ocenda

La Coruña

Castro Seis

Artículos relacionados