A sólo unos metros de distancia, pude escuchar en Lisboa a Sir Tim Berners-Lee, el inventor de la world wide web, hablar del nuevo internet. Iba a contracorriente del hype del momento, el metaverso que acababa de nombrar el fundador-dios de Meta, Mark Zuckerberg. Pero contaba el aval científico y tecnológico del MIT, donde ha contribuido a crear los pilares de su nuevo concepto de la red en torno al proyecto Solid.
«Los navegadores definieron la Web 1.0. Las aplicaciones definieron Web 2.0. Los wallets de datos impulsarán una Web 3.0 centrada en el usuario», era y sigue siendo el mantra de Berners-Lee. No confundir con la Web3, cuidado. Los protocolos de blockchain, en su opinión, son lentos, caros y públicos, justo lo opuesto a lo que necesitan los sistemas de almacenamiento de datos personales, que deben ser rápidos, baratos y privados.
Berners-Lee creía tanto en su idea que decidió emprender y lanzó, junto a John Bruce, la startup Inrupt, para desarrollar las nuevas herramientas basadas en Solid. Y aquí está la noticia, porque Inrupt acaba de anunciar un sensacional paso adelante: el lanzamiento de su Data Wallet, cuya infraestructura incluye una interfaz para conectar aplicaciones (API) y el sistema de implementación de marca blanca React Native de código abierto.
El Data Wallet de Inrupt materializa, en esencia, la visión del nuevo internet del creador de la web. Aprovecha que el 17% de las compras personales a nivel mundial se realizan ya mediante billeteras móviles (wallets) y que el uso de las desarrolladas por las grandes tecnológicas (Apple Pay, Google Pay y Samsung Pay) crece a un ritmo del 29% anual.
La tendencia alcista se va a mantener, asegura Inrupt citando un estudio de PYMNTS. Más de la mitad de los consumidores están interesados en utilizar los wallets para funciones que van más allá de los pagos digitales, como tarjetas de identificación y de seguros, billetes de viaje y entradas para eventos.
Sin embargo, existen cientos de billeteras diferentes, todas con problemas de interoperabilidad, con capacidades limitadas y, en ocasiones, con riesgos de privacidad y seguridad. El Data Wallet de Inrupt quiere convertirse en la billetera de datos universal que cualquier organización o desarrollador pueda usar en cualquier plataforma y para cualquier aplicación o servicio.
¿Para conseguirlo habría que estandarizar los protocolos, los modelos de datos y las interfaces subyacentes? Convendría, sí. Pero ese trabajo ya está hecho. Inrupt propone como referencia el Enterprise Solid Server (ESS), del proyecto Solid, el de Berners-Lee en el MIT. El círculo se cierra. “Este nuevo enfoque abre un nuevo tipo de intercambio de valor entre individuos y organizaciones”, afirma la compañía en un comunicado.
Solid ha desarrollado la tecnología para actuar en la nueva Web 3.0 con un inicio de sesión único, un control de acceso global usando sus ID de login y una API universal común, de modo que cualquier app pueda leer y escribir datos allí donde estén almacenados. Eso permite gestionar la información de una forma centrada en las personas, en lugar de en las apps. En Solid lo llaman Personal Online Datastore (POD).
Esa es la gran revolución. “Los protocolos de la Web 2.0 acabaron siendo definidos por unas pocas grandes compañías que usan nuestros datos para encerrarnos en sus plataformas. El resultado fue una carrera por el big data donde la ganadora fue aquella corporación que controlase más datos y los perdedores serían todos los demás”, dijo Berners-Lee en Lisboa.
En la nueva Web 3.0, las apps acceden y almacenan los datos en tu POD utilizando esa API Universal. Se puede utilizar una gran cantidad de apps sobre los mismos datos. “Gracias a Solid, la información no tendrá que permanecer por más tiempo atrapada dentro de los silos de las apps”, proclama.
Inrupt muestra ya ejemplos de casos de uso. La BBC lanzó una app de recomendaciones en la que los usuarios dan acceso, a través del POD, a información que de otro modo no compartirían. Para generar datos climáticos más granulares y medir incluso la calidad del aire por hogares, la Bezos Earth Fund y BlocPower, una empresa de tecnología climática, han decidido también trabajar con Inrupt y la Universidad Howard.
En el ámbito público, el Gobierno de Flandes ha distribuido PODs entre 6,5 millones de personas y permite a los ciudadanos gestionar sus acreditaciones profesionales, su currículum profesional, su histórico de salarios… sin embargo, la empresa de Berners-Lee y John Bruce sólo puede mostrar todavía implantaciones puntuales que no garantizan una extensión amplia en el mercado.
Sea o no la tecnología de Inrupt la que se acabe imponiendo, lo que sí parece confirmarse es el valor de la visión de fondo que la sustenta. Mastercard era, a finales de la pasada década, la compañía con más patentes de blockchain del mundo. Su posición de partida se situaría, por consiguiente, en las antípodas de Berners-Lee. Pero con el tiempo parece haber llegado al mismo sitio.
Como me explica su vicepresidenta de producto y directora de soluciones, Susana Rubio, el objetivo en ecommerce, es que los usuarios abandonen el hábito de almacenar su tarjeta en una veintena de comercios, porque eso deja cada vez más puertas abiertas a los hackers.
Su solución va de la mano del blockchain y la tokenización (un dato o un activo se sustituye por un tipo de dato digital). Mastercard apuesta por llevarla al mundo online y se ha propuesto alcanzar el 100% de tokenización en el comercio electrónico. En lugar de almacenar los números de tarjeta en los comercios, se guardarán como tokens. En caso de captura de datos, el hacker sólo tiene entre las manos un montón de tokens que no sirven para nada fuera del entorno para el que han sido creados.