Opinión Jesús Rodríguez Lenin

El momento cumbre de la venta de cromos

Este domingo el Rastro madrileño y plaza de Quintana del distrito de Ciudad Lineal bullirán de interesados en la compra-venta de cromos de futbolistas, una actividad que podríamos definir como el “bautismo del coleccionismo”.
Foto: Panini

Desde hace cuatro décadas, la plaza de Quintana se convierte cada domingo por la mañana en “la plaza de los Cromos”, en dura competencia con la plaza del Campillo del Mundo Nuevo, en la frontera sur del Rastro de Madrid. La compra-venta de cromos nunca ha desaparecido: de hecho, todos hemos sido adictos de niños, antes de olvidarnos de esta lúdica actividad y contemplar con sorpresa que las nuevas generaciones absorben la afición por ciencia infusa cuando decidimos procrear… Y este domingo, el día después de la Final de la Liga de Campeones 2024, que enfrentará a Borussia de Dortmund y Real Madrid, será uno de los momentos álgidos de la temporada 2023-2024… hasta que a mediados de agosto de comienzo la 2024-2025 y el ciclo eche de nuevo a rodar.

Dos empresas copan el mercado español de este fenómeno, al que podemos considerar como auténtico “bautismo” en el campo del coleccionismo, la italiana Panini y la estadounidense Topps (hay muchas otras empresas dedicadas a este sector en el resto del mundo: Futera Limited, Upper Deck Company, Leaf Trading Cards, Fanatics, Press Pass Collectibles, Tristar Productions, Bench Warmer, Sportscollectibles.Com o Rittenhouse Archives Ltd., son las principales).

Aunque nuestro pensamiento se dirija inexorablemente al ámbito del coleccionismo de cromos de jugadores de fútbol, hay muchos otros terrenos susceptibles de generar esa ansia completista: el Tour de France, Harry Potter, Piratas del Caribe, Minecraft, la Liga F, Stumble Guys, la Abeja Maya o El Mundo de Cars… La afición ha alcanzado tales cifras –sobre todo en el mercado estadounidense– que la empresa india Econ Market Research, una de las principales empresas de investigación de mercados e inteligencia empresarial –entre cuyos clientes figuran empresas de la lista Fortune 1000 y pequeñas y medianas empresas, para las que elaboran estudios de investigación e inteligencia de mercado–, ha elaborado un estudio sobre el sector. 

El informe abarca el análisis histórico y previsto del mercado por segmentos, no sólo de los cromos, sino de todo tipo de coleccionables deportivos –imágenes NFT, figuritas, gorras y sombreros, uniformes (maillots, camisetas y zapatillas), cromos, carteles, banderines y estandartes y bates, pelotas y balones de todo tipo– y en un ámbito geográfico que incluye Estados Unidos, Canadá, México, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, China, India, Japón, Corea del Sur, Brasil, Argentina, Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y la República Sudafricana. En el mercado mundial de coleccionables deportivos la región de Asia-Pacífico ha emergido como la región líder, capturando la mayor cuota de mercado en 2023. La intensa afición en la zona a deportes como el baloncesto, el fútbol y el críquet, y el crecimiento de las plataformas en línea y los mercados digitales, han dado lugar a un fuerte mercado de objetos de recuerdo, con un notable crecimiento de los coleccionables, que cada vez resultan más accesibles y asequibles en la región debido a la creciente clase media y al aumento de la renta disponible.

Según el estudio de Econ Market Research, aplicable al decenio 2023-2032, el tamaño del mercado mundial de objetos deportivos de colección fue de 16,52 millones de dólares en 2023 y se triplicará hasta alcanzar los 52,62 millones de dólares en 2032, con el área geográfica de Norteamérica como la que alcanzará una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR, por sus siglas en inglés) constante del 13,74% durante el periodo de previsión. La arraigada cultura deportiva de la región, el elevado poder adquisitivo de los coleccionistas y la amplia participación de los aficionados en organizaciones como la NFL, la NBA y la MLB son responsables de este aumento constante. La existencia de figuras deportivas legendarias y celebraciones deportivas memorables alimentan una demanda constante de objetos de recuerdo.

En las fluctuaciones dinámicas que se producen en el mercado de objetos de colección de recuerdos deportivos influyen aspectos como el rendimiento deportivo de los jugadores, las retiradas y los acontecimientos históricos. El precio lo determina la autenticidad y la escasez, siendo especialmente valiosos los artículos de edición limitada y las firmas verificadas. La demanda del mercado también se ve influida por las tendencias culturales, los logros de los equipos y el propio apoyo que ejerzan los jugadores. Los mercados y las subastas en línea facilitan el acceso, mientras que las colaboraciones con atletas y proveedores de autenticación son los mecanismos que generan confianza. El carácter cíclico de los acontecimientos importantes, las temporadas deportivas y los talentos en alza está vinculado a los cambios del mercado. En general, el estado de ánimo, las tendencias del mercado y la devoción inquebrantable de los coleccionistas están delicadamente equilibrados en el mercado de objetos de interés deportivo.

El mundo del cromo

En el ámbito concreto del cromo, 2023 las cifras no son tan positivamente elocuentes como en el ámbito general, según la agencia estadounidense Collectors Universe, que facilita datos y análisis cuantitativos para activos coleccionables. La empresa, que adquirió recientemente Card Ladder –empresa líder del sector en proporcionar datos de ventas sobre cromos deportivos–, calculó que las ventas de algunos de los cromos definidos como ultramodernos (desde 2009 al momento actual) más populares descendieron un 34,8% respecto a 2022, continuando una caída que comenzó a mediados de 2021. Los cromos modernos (los aparecidos entre 1984 y 2008) bajaron un 30,8%. Según ese informe, el fútbol, las carreras y el baloncesto, por este orden, registraron los mayores descensos de precios.

Entre los datos más significativos dados a conocer por Collectors Universe destaca que en 2023 se registraron en subasta pública once ventas de artículos de béisbol por valor de más de un millón de dólares, ocho de las cuales correspondieron a cromos o recuerdos de Babe Ruth y Mickey Mantle. Las ventas se repartieron entre cinco casas de subastas diferentes.

Igualmente, en 2022 hubo 12 ventas de siete cifras de cromos de baloncesto, mientras que el año pasado no se produjo ninguna. La lista de cromos más vendidos de jugadores de baloncesto actualmente en activo en eBay en el último trimestre de 2023 incluía a LeBron James, Victor Wembanyama, Steph Curry, Luka Doncic y Giannis Antetokounmpo, mientras que los cromos de Michael Jordan fechados a finales de los años noventa fueron 5 de los 10 más vendidos del cuarto trimestre de 2023 (3 figuraban también en el Top 5).

Una forma divertida de perder dinero

En un reciente artículo publicado en Financial Times, Simon Edelsten, el que fuera hasta el año pasado gerente de la poderosa empresa londinense de gestión de fondos Artemis, el coleccionismo es “una forma divertida de perder dinero”. Edelsten comenzaba su artículo de opinión recordando que “un francés del siglo XVIII escribió: ‘Los coleccionistas son como un hombre que come ostras: al principio elige las mejores, pero acaba comiéndoselas todas’”.

En el citado artículo, el propio Edelsten se reconoce como coleccionista; en su caso, de primeras ediciones de libros, aunque “estoy recibiendo asesoramiento para resistir los impulsos”. Edelsten afirma que “a menudo, los coleccionistas enmascaramos nuestra aflicción fingiendo que se trata de invertir. Nos enorgullecemos de presumir de los altos rendimientos potenciales que hemos obtenido con uno o dos objetos, mientras que tenemos pérdida de memoria selectiva en torno a nuestros fracasos, más incluso que los inversores en renta variable”.

Edelsten recordaba que “la actualización más reciente del Índice de Inversiones de Lujo de Knight Frank muestra que subió un 7% en el año hasta junio de 2023, un poco menos que el índice de renta variable MSCI All World, que subió más de un 11% en ese periodo. El informe sugiere que el whisky, el vino y los relojes raros obtuvieron el año pasado mejores resultados que el arte, las joyas y las monedas, aunque en años anteriores cada uno ha tenido su turno, al igual que los coches clásicos, los instrumentos musicales, los muebles y los bolsos de Hermes”.

Sin embargo, y recordando su experiencia como gestor de inversiones regulado, destacaba que “los costes de transacción [en la compra de acciones] son modestos: comisiones inferiores al 1%, un diferencial mínimo entre oferta y demanda en acciones líquidas, 0,5% de derechos de timbre en el Reino Unido y costes insignificantes de plataforma o de custodia si pide a un agente que conserve sus certificados de acciones”. En el caso de los artículos de colección, “los costes de transacción tienden a ser un múltiplo importante de esta cifra. Cuando yo era agente de bolsa, mi antiguo jefe era un gran coleccionista de monedas. En 2013 compró una en una subasta por 900 libras. En 2023 vendió la moneda en una subasta estadounidense por 1.495 libras. A primera vista, es un rendimiento del 66%, o un poco más del 5% al año. No es gran cosa, pero no está mal. Sin embargo, cuando compró la moneda tuvo que pagar una prima al comprador y el IVA, lo que elevó el coste a 1.116 libras. Una década más tarde, tras pagar la prima del vendedor, sólo recibió 1.225 libras. Así pues, habiendo ‘invertido’ en una moneda cuyo valor había subido 595 libras en una década, sólo recibió 109 libras de ese aumento y las casas de subastas el resto, es decir, un rendimiento anual inferior al 1%. El 80% de los beneficios obtenidos por las casas de subastas en este ejemplo parece extrañamente similar al margen de beneficio del 70-100% que la mayoría de los comerciantes añadirían a cualquier objeto de colección que compran. Quizás esto explique por qué la zona de St. James de Londres, donde yo trabajaba, ha visto pocos cambios de marchantes de arte en los últimos 20 años, mientras que sus vecinos gestores de fondos han ido y venido con bastante más frecuencia”. Y finalizaba su artículo con una sencilla conclusión: “No coleccione como inversión: las acciones son una forma mucho más fiable de ganar dinero”.