El otro día, tras ver un partido de La Liga, me salió uno de esos anuncios de Movistar Plus que son un fragmento de alguno de sus programas. Concretamente, de “Universo Valdano”, un espacio de entrevistas premium a gente del fútbol que merece mucho la pena. En este caso, se trataba de un corte de la conversación con Rodri, centrocampista del Manchester City. Me encantó lo que decía. A la pregunta de qué era lo que había aprendido de Guardiola, entrenador de los Sky Blues, el pivote madrileño contestaba que la importancia de estar todavía más tranquilo cuando arranca la tempestad, cuando nadie lo está ya.
Aplicado al fútbol, es un aprendizaje sensacional que lleva a mantener las pulsaciones y el temple cuando todos los demás se descontrolan. Pero, aplicado al trabajo, pienso que es un consejo excepcional tan poco puesto en práctica que, cuando me toca verlo, siempre me llama la atención. Esos días en los que estalla una crisis, en los que la cantidad de trabajo es abrumadora, en los que una reunión interna o con proveedores se tensa, hay muy pocos que sean capaces de salirse de ese ritmo y de aportar temple y cabeza.
Pero vaya cómo destacan. De repente, en un tira y afloja, es quien dice “¿Os habéis dado cuenta de que tenéis este punto en común?” o quien esperas que aparezca furioso porque la has cagado en algo y te sorprende llamándote la atención con tranquilidad. O quien, cuando se entra en un bucle de ansiedad colectiva, tan común en las multinacionales, dice cuatro palabras pausadas y claras que hacen que todo se vea nítido. No confundir al perfil que describo con los ‘sin sangre’. La gente con temple sí sufre y también padece, pero sabe que el mejor método para hacerse entender y para solucionar los problemas es respirar cuando el resto está hiperventilando. Son Vicks VaporHub corporativo.
A veces, el lugar de procedencia de los consejos es azaroso. Quién me iba a decir a mí que me daría un consejo Rodri, a su vez heredado de Guardiola. Qué más da, lo que queda es el valor del aprendizaje. Si uno quiere ser un jugador top mundial, en el fútbol o en cualquier otra profesión, tiene que saber tener temple en las situaciones clave, recordarlo cuando sienta que está empezando a convulsionarse todo. Quien más destaca nunca es el que más grita o quien más se asusta, sino quien se vuelve un faro para todos porque piensa con claridad mientras que el resto tiene la vista nublada por los nervios.
Feliz lunes y que tengáis una gran semana.