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Opinión Javier Ortega Figueiral

Bienvenidas, presidentas

Japón y España se añaden, en unas semanas, a los países donde varias mujeres llevan las riendas de compañías aéreas.

El pasado 17 de enero, la Nihon Kōkū Kabushiki-gaisha, sociedad conocida internacionalmente como Japan Airlines, anunció que a partir del próximo 1 de abril Mitsuko Tottori asumirá el puesto de presidenta y consejera delegada de la aerolínea.

Este nombramiento hubiera pasado de manera discreta y no hubiera trascendido más allá del sector aeronáutico o económico si el sustituto del actual máximo ejecutivo de la JAL, Yuji Akasaka, hubiera sido un hombre. Sin embargo, el hecho que en una sociedad como la nipona una mujer haya asumido un rol exclusivamente masculino desde que se fundó la aerolínea, en 1951, ha convertido este hecho en noticia internacional.

La japonesa Mitsuko Tottori lleva vinculada a la aviación desde 1985.

También ha sido noticia que la nueva presidenta haya llegado a esa posición tras una carrera de casi 40 años en la misma empresa, donde ingresó como TCP o Tripulante de Cabina de Pasajeros en con 20 años en 1985. Sus primeros viajes en una filial de vuelos interiores arrancaron unos meses antes del accidente de un Boeing 747 de JAL en la cumbre del Monte Takamagahara durante un vuelo entre Tokio y Osaka. Ese 12 de agosto de hace 39 años, fallecieron 520 personas y sobrevivieron únicamente cuatro.

El accidente del JAL123 dejó una profunda marca a Tottori, que durante toda su carrera y desde todos los puestos que asumió, tuvo la seguridad como una fijación. Desde aquel vuelo 123 de 1985 hasta el vuelo 516 del pasado día 2 de enero, JAL no ha tenido incidentes o accidentes relevantes. En el reciente y gravísimo caso del choque en Tokio del A350 japonés con un turbohélice de la guardia costera que había entrado en pista sin autorización, la actitud del pasaje y sobre todo la impecable actuación de la tripulación del Airbus de JAL salvó la vida a las 379 personas que viajaban en el avión. Tildado de “milagro”, En Forbes contamos que en realidad no era así. Era aviación comercial.  

JAL o Japan Airlines lleva volando desde 1951. El Airbus A350 es uno de sus modelos para vuelos de largo alcance o gran capacidad.

También un primero de abril

El primer día de abril de 2024, Mitsuko Tottori ocupará por primera vez su nuevo despacho en la sede de JAL del edificio Nomura, situado en Higashi-Shinagawa, uno de los barrios especiales de Tokio. Unas horas después, por diferencia horaria y a 10.400 kilómetros de la capital de Japón sucederá algo similar.

Será en Barcelona. En el edificio que está en el número 2H de la calle Ciència de Viladecans, sede central de Vueling Airlines. Ese día, Carolina Martinoli llegará allí como presidenta y CEO de esta compañía que en pocos meses cumplirá 20 años volando. Martinoli regresa a España desde Londres, donde ha estado trabajando los últimos siete años en British Airways y el holding hispano-británico IAG, bajo el que están varias aerolíneas de Reino Unido, España e Irlanda. Previamente, entre 2011 y 2017, estuvo en Madrid ejerciendo el papel de directora de Marketing y de Atención al Cliente en Iberia.

La bonaerense Carolina Martinoli será presidenta y CEO de Vueling en abril de este año.

El mismo día, dos mujeres asumirán la misma posición en dos empresas muy diferentes: en Japón, una aerolínea legacy que lleva volando 73 años y es uno de los símbolos de su país. En España, una veinteañera que en estas dos décadas se ha convertido en una de las principales aerolíneas de bajo coste en Europa y la compañía con una flota más numerosa del país: tiene 123 Airbus y en un futuro no lejano podría pasar a operar progresivamente con aviones Boeing. Está por ver si se cumple esa transición.

Muy pocas aún

Con la incorporación de Martinoli y Tottori al puesto de máximas ejecutivas, el pequeño grupo de mujeres pilotando aerolíneas crece un poco más y sus nombres se añaden al de Stephane Tully, CEO de la australiana Jetstar, la filial de bajo costo de Qantas, aerolínea que desde finales de 2023 está dirigida por Vanessa Hudson.  En Vietnam, la low cost Vietjet, con presencia en 13 países y 100 destinos, está dirigida por la multimillonaria Nguyễn Thị Phương Thảo, que además de ser la propietaria de un holding de empresas de varios sectores, es también la mayor accionista de la compañía aérea que dirige.

En Estados Unidos, Joanne Geraghty asumió el cargo de máxima ejecutiva de JetBlue a principios de este 2024 y tiene como primer gran objetivo la fusión de su empresa con Spirit Airlines, cuya suma la convertiría en una compañía con medio millar de aviones. Finalmente, en nuestro continente, la neerlandesa KLM tiene a Marjan Rintel como presidenta y CEO, mientras que, en París, Air France tiene a Anne Rigail a los mandos como directora general de la aerolínea símbolos de Francia en todo el mundo. En Irlanda, Aer Lingus nombró a Lynne Embleton como CEO en primavera de 2021, tras una larguísima carrera profesional en British Airways y el grupo IAG.

Leer las líneas anteriores, con los nombres de estas ejecutivas unidas a las compañías aéreas que pilotan, da cierta sensación de normalidad, aunque no es así. Si comparamos estas nueve aerolíneas frente a todas las que hay volando en el mundo, la presencia de las mujeres en los puestos más altos del transporte aéreo está aún muy, pero muy lejos de lo que tendría que ser lógico. Si bien es una situación mucho mejor que hace pocos años, el desequilibrio de género sigue siendo enorme en estos puestos. Ojalá pronto nombramientos así dejen de ser una noticia que trascienda más allá de la industria.

En España

Bienvenida sea Carolina Martinoli como sustituta de Marco Sansavini. Este vuelve a Madrid para reincorporarse a Iberia, de donde salió como director comercial en el olvidable 2020 para regresar ahora como presidente y CEO con varios retos, como crecer aún más en largo radio y cerrar definitivamente la integración de Air Europa en IAG. A su vez, el reto principal de Martinoli será definir lo que Vueling “ha de ser de mayor”, ahora que ya es una compañía madura, muy consolidada, líder absoluta en Barcelona y aerolínea referente en otros mercados españoles y europeos.

Un Airbus A320neo de Vueling. La aerolínea con sede en Barcelona cumple 20 años este 2024.

Por cierto, en varios medios he visto considerada a esta ejecutiva bonaerense como “la primera mujer que dirige una compañía aérea en España” y esto, afortunadamente, no es así, pues tiene un antecedente y medio. Y es que entre 1998 y 2021 Elena McCormack fue directora general de Pan Air Líneas Aéreas, un nombre que quizá no les suene, aunque desde finales de los años 80 jugó un papel importante en la carga aérea en España operando un total de una veintena de reactores, siendo la mayor parte de su producción la dedicada a la primera australiana y luego neerlandesa TNT Express. Con un cambio de manos, desde 2016 y hasta su cierre Pan Air se llamó ASL Airlines Spain, del grupo ASL, que actualmente es la operadora europea de los Boeing cargueros de Prime Air, la división voladora de Amazon.

El ’medio’ antecedente que comentaba unas líneas atrás es Marta Estades. No llegó a ser máxima ejecutiva de una compañía de aviación, aunque su historia es muy interesante: Marta Antonia Estades Sáez fue azafata de Iberia en los años 50. A final de esa década y junto a un comandante de esa misma compañía, Rodolfo Bay Wright, fundó una compañía aérea: Spanish Air Taxis, que acabó siendo conocida por su acrónimo Spantax. Esta llegó a ser la segunda compañía chárter más importante de Europa solo superada por la alemana Condor y Estades fue vicepresidenta de esta compañía hasta su cierre en 1988.

Spantax es historia de la aviación comercial española. Fundada en 1959, Marta Estades fue su co-fundadora y vicepresidenta durante décadas.

Dicho lo anterior, sean muy bienvenidas y les deseo muchos aciertos y éxitos en sus nuevos puestos a las presidentas y consejeras delegadas de JAL y Vueling.