Que se lo digan a las empresas de drones que trabajan en la digitalización del mapa físico de las redes eléctricas en nuestro país. La de aparatos que han tenido que ir a recoger al campo porque la silueta real del terreno, vaya, no era precisamente como aparecía o el GPS no tiene la suficiente precisión. La loma estaba cuarenta metros a la izquierda.
En la era de los gemelos digitales, nuestra capacidad para mapear con precisión el planeta determinará la eficacia en el cumplimiento de desafíos medioambientales y sociales, pero también lógicamente económicos.
Eso ha desatado una carrera tecnológica apasionante. La combinación los aviones no tripulados y el Lidar, una tecnología de escaneo mediante láser (en cuya miniaturización y conectividad anda inmersa la industria del automóvil para el futuro coche autónomo), ha marcado recientemente un hito gracias a la colaboración de las empresas DJI y Del: han aflorado los secretos de la civilización maya ocultos bajo las selvas de Guatemala durante siglos con su tecnología DJI L2 LiDAR.
Han sido capaces de recorrer algo más de 20 kilómetros cuadrados en un día. «Ahora sabemos dónde hiperenfocarnos y potencialmente observar estructuras que no hubiéramos podido ver a partir de datos capturados con una densidad mucho menor», dice Kyle Miller de DJI en Geo Week 2024.
Cuando pregunté a la CEO del fondo noruego Katapult Group, Linn-Cecilie Linnemann sobre los desafíos de innovación relacionados con el planeta, me respondió taxativa: “el océano, con seguridad”. La revista Time lo declaró el año pasado en portada “the most important place in the world”.
“Una gran área de desarrollo será la digitalización del océano, la recopilación de datos para entenderlo mucho mejor”, añadió Linnemann. Su digitalización permitirá acceder a proteínas alternativas, con nuevos métodos de producción, pero también fomentar la electrificación con energía renovable en alta mar y en tierra. Cualquier opción imaginable requiere soluciones de software para su aplicación y eso implica una nueva forma de medir el territorio.
El Estudio Nación 3D en Estados Unidos asegura que una mejora de los datos de elevación del terreno puede reportar unos beneficios anuales por valor de 13.500 millones de dólares. Ese país trabaja en ello desde 2016 y el 94,7% de su territorio tiene ya datos de elevación disponibles o en progreso. El siguiente paso será integrar la información costera y oceánica.
El mapeo digital del planeta tiene claras implicaciones sociales. Este Geraghty, directora médica de Esri, era la responsable del SIG (sistema de información geográfica) de la Cruz Roja Libanesa, durante la evacuación de ciudadanos. “Era absolutamente fundamental hacer mis mapas correctamente, porque cualquier error podría crear conflictos. Fue absolutamente aterrador”, confiesa en Geo Week.
Los ojos digitales permiten medir multitudes en campos de refugiados, evaluar daños tras la tormenta Daniel e introducir una especie de ‘imaginación de desastres’ en Filipinas, añade. Stefan Hrabar, de Emesent, con casi 20 años dedicados a la autonomía de los drones, utiliza su experiencia en minas subterráneas para predecir que los sistemas autónomos desempeñarán un papel cada vez mayor en la captura de datos y en los flujos de trabajo en la construcción. Ramesh Sridharan, de Autodesk, coincide con él.
El Lidar batimétrico (medición del relieve del fondo en medios acuáticos) de Hexagon se ha utilizado en un programa japonés para crear nuevos humedales y en el proyecto de Bahamas para trazar la pérdida de pastos marinos y su relación con los niveles de carbono. Vexcel Imaging desarrolla contenido de imágenes aéreas, su repositorio es ya el más grande de EEUU. En 2024, espera alcanzar al 99% del territorio con una resolución espectacular: hasta 7,5 cm.
La inevitable inteligencia artificial también está presente. Flai cuenta con sistemas de procesamiento de nubes de puntos con IA y alardea de unas tasas de precisión superiores al 90% de las que se puede disfrutar ya as a service.
El debate tecnológico entre la fotogrametría (utiliza fotografías) y el Lidar parece haber quedado en empate después de que Cardinal Systems fuera capaz de ver y medir una manta térmica rota debajo de la ventana de la cabina de la tripulación, lo cual ayudó a la NASA a tomar la decisión de no realizar una caminata espacial para repararla. Lo hizo con una de las tecnologías más sorprendentes de la actualidad, capaz ver de ver los datos en un verdadero estéreo tridimensional.
A muchos les ha llama la atención la presencia de Meta en Geo Week para apoyar, junto a AWS, TomTom o Esri, a la organización Overture Maps. Meta está interesada en mapear datos en muchas de sus aplicaciones y de ahí la compra de Mapillary. La idea es que las redes sociales brinden información, comentarios y recursos colectivos para la infraestructura cartográfica abierta del futuro.
A veces, resulta complicado entender que los grandes propósitos de mejora de nuestro planeta no se conecten mucho más directamente con el desarrollo de buenas capacidades digitales. España tiene un sector fotónico que trabaja en el Lidar del futuro y es una potencia en drones, una carta a jugar en conexión con los movimientos en defensa de la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente que muchas veces desaprovechamos.