Esta será la ultima columna que escriba para Forbes… en 2023. Este ha sido un año de recuperación tras varios ejercicios duros, sobre todo un 2020 catastrófico en lo aeronáutico y un 2021 en el que se arrastraba una notable resaca. En el siguiente, 2022, se vieron mejoras y el que cerramos estos días podrá definirse como un buen año. Lo ha sido sin paliativos: doce meses de mejora, de buenas cifras y de vuelta a una cierta normalidad, por más que no todo en el mundo va bien. Ni mucho menos.
En todo caso, me gustaría recordarles y comentarles, siempre en positivo y en clave mayoritariamente cercana, algunas cosas que han pasado en la aviación comercial a lo largo de este 23 al que le quedan días.
Por cierto: a estas alturas ya no lo recordarán. Hace tan solo un año, al subir a un avión español, las mascarillas aun eran obligatorias. En las terminales eran ya únicamente recomendadas. Eso terminó en febrero de 2023 y volar dejó de relacionarse con mascarilla tras varios años. Todo un símbolo de nuevos tiempos.
Iberia empezó 2023 luciendo su nuevo avión: el Airbus A350 con una mejor configuración. El modelo llevaba ya casi cinco años en la flota, aunque los que han ido llegando tienen una cabina diferente (y los ya en activo la recibirán próximamente) que le ha puesto a la altura de las mejores aerolíneas en sus clases preferentes. En lo económico, este ejercicio apunta a ser uno de los mejores de su historia, como para el resto del grupo IAG donde también está Vueling, que en durante varios meses ha sido una de las compañías más puntuales de Europa. La filial Iberia Express llegó a los 50 millones de pasajeros en once años de actividad y también se hizo con el galardón de ser la Low Cost más puntual de continente durante algunos meses.
En la órbita de Iberia, su aerolínea franquiciada para vuelos regionales, Air Nostrum, volvió a los números negros, ganó diferentes premios del sector y entró como accionista en Dovetail, una sociedad hispano-australiana dedicada a la conversión de motores convencionales en eléctricos. Los va va a probar en 10 aparatos ATR 72 de su flota con turbinas alimentadas por hidrogeno que genera electricidad. Próximamente, también en la órbita de Iberia estará Air Europa, pues durante el año pasado todo ha ido moviéndose a que definitivamente la compra de esta por Iberia quedará cerrada y las antiguas competidoras serán ya una en 2024, aunque manteniendo (eso se dice) sus marcas. La antigua aerolínea del grupo Globalia cambia de manos en coincidencia con conseguir los mejores resultados de su historia gracias a una potente apuesta volar a América desde Madrid.
Madrid-Barajas es también la gran apuesta anunciada por Binter en 2023 y que arrancará a primeros de 2024. La línea aérea de Canarias está cada vez más fuerte y el desafio que ha hecho por la capital española es el más importante de su historia: le dedica cinco reactores en exclusiva, cerca de 300 personas y allí abrirá la primera base fuera de las islas, su zona de confort. Otra aerolínea española, Privilege Style, cumplió 20 años en plena forma y renovando flota. Finalmente, Volotea, con sede central en Barcelona, aunque centrada más en Francia, Italia y Grecia, ha crecido en España y ha alcanzado los 55 millones de pasajeros transportados en sus 12 años de historia.
Hay que destacar también en lo bueno del año a dos firmas que son símbolo de la aviación en el país: Aena en cuanto a aeropuertos y Enaire por control aéreo. Estas también han tenido un ejercicio muy bueno. El gestor aeroportuario tuvo 901 millones de beneficio el año pasado y este 2023 lo batirá, además de consolidar su presencia en Brasil, donde ha llegado a los 17 aeropuertos gestionados. Por su parte, Enaire, llegó a los dos millones de vuelos controlados en tan solo 12 meses de 2022, una cifra que se superará con creces el próximo 3 de diciembre.
Airbus y Boeing
2023 ha sido el año para la europea. A destacar tres grandes contratos cerrados este año: 250 aviones para Air India, 220 para Turkish Airlines y 157 para Easyjet, a los que hay que sumar otras compras importantes, aunque en comparación palidecen ante esos megacontratos. Por otro lado, la firma de la paz con Qatar Airways tras dos años de discordia por un conflicto en cuanto a las calidades de la pintura de los A350, normalizó las relaciones entre un buen cliente y un fabricante casi imprescindible.
Por su parte, Boeing tuvo un gran espaldarazo por parte de Ryanair: le compró 300 aviones del modelo 737-10, tanto para el crecimiento de la compañía irlandesa como para la sustitución de modelos más veteranos. El fabricante americano también salió sonriente del Dubai Air Show, donde anunció casi simultáneamente la venta de casi 300 aparatos, a cinco compañías árabes: Emirates, Royal Jordanian, Royal Air Maroc, Egyptair y Fly Dubai.
Evidentemente han pasado más cosas en el sector: hay asuntos por resolver en España, como el largo conflicto de las torres de control que no son de Enaire, la mejora de la intermodalidad entre el transporte aéreo y el ferroviario, el hallar fórmulas para el abaratamiento del precio combustible sostenible, el replanteamiento de la formula de bajos costes de cara al cliente… y muchas cosas más, aunque para eso ya tenemos 2024: 12 meses para cambiarlo, mejorarlo, resolverlo y, como no, contarlo.
Les deseo una estupenda entrada de año. Gracias por leernos.