Una franja del espectro radioeléctrico de 1.200 MHz, que se corresponde con la banda completa de 6 GHz, y que venía siendo utilizada para servicios satelitales y pequeños electrodomésticos, se ha situado en el centro del tablero de la electrónica de consumo mundial.
Apple hizo saltar las piezas al presentar su dispositivo Vision Pro de realidad virtual y aumentada. Ese tipo de aplicaciones generalmente requieren latencias de menos de 10 milisegundos con una fiabilidad del 99,9% y utilizan vídeo de 4K a 8K (la velocidad de crucero se alcanzará por encima de los 32K), lo que significa un rendimiento mínimo de 400 a 2.350 megas/segundo. Necesitan, por tanto, un wifi poderoso.
Samsung acaba de echar más madera a la pugna al anunciar, en la mayor feria de electrónica de consumo de Europa, IFA de Berlín, que en 2024 todos sus dispositivos estarán habilitados por wifi. El 67% de los consumidores quieren que estén conectados, asegura la compañía coreana, y esa es la forma más ágil de conseguirlo.
De hecho, la percepción de los directivos de la industria 4.0 suele ser coincidente: un gran fabricante OEM de automóviles me dice que el wifi 6E les basta para funcionar, no necesitan de momento grandes redes de 5G y menos si vienen con software propietario de las operadoras móviles, como en España.
La visión expuesta por Samsung en Berlín es la de un hogar en el que todos sus componentes están conectados vía wifi y se comunican a través de la plataforma SmartThings, en la que ya están registrados 283 millones de usuarios. La china Hisense tiene un planteamiento similar. En su caso la plataforma se llama ConnectLife, usa el sistema operativo VIDAA y el televisor, no el móvil, ocupa el nodo central de comunicaciones por su ubicación dentro del hogar y por su excelente conectividad.
La batalla viene larvándose ya unos cuantos años, pero ahora está definitivamente servida: de un lado, las operadoras móviles quieren asegurarse de que al menos la mitad superior de ese espectro se destina a 5G con licencia; y, de otro lado, el resto de la industria tecnológica aspira a que la mayor parte del pastel, a ser posible todo, recale en el recién estrenado wifi 6E y, sobre todo, en el inminente wifi 7, ambos sin licencia de uso del espectro.
Los países no se deciden y la industria móvil les pide que esperen a la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones de noviembre. España y una buena parte de territorios europeos han optado por no arriesgar y, de momento, siguen las recomendaciones de la GSMA, el poderoso lobby del móvil, organizador del MWC, que preside José María Álvarez Pallete, de Telefónica: del espectro a repartir, 500 MHz deben dedicarse a uso sin licencia y 5G con licencia; y 700 MHz sólo para 5G con licencia, que debe estar adjudicada antes de 2030.
China, en cambio, ha reservado los 1.200 MHz sólo para el 5G y Estados Unidos, en el extremo opuesto, prefirió en 2020 dejar toda la banda del 6GHz a disposición del wifi sin licencia. Un año después llegó Meta con el metaverso. Es de temer que, una vez más, este asunto tecnológico servirá para poner en evidencia la tibieza europea.
Samsung SmartThings y Apple forman parte, junto a Alphabet y Amazon, del Project Connected Home Over IP (Project Chip), que promueve el estándar Matter IP. Funciona a través de wifi y actúa como un lenguaje universal para que los dispositivos del hogar inteligente puedan comunicarse. Ya se han sumado a la alianza Ikea, Infineon, Kroger, Latch, LG, Lutron, Nordic Semiconductor, NXP Semiconductors, Schneider Electric, Silicon Labs y Texas Instruments.
Más insights remarcables de un IFA Berlín marcado por la caída del 12% de los ingresos de los fabricantes de productos de electrónica de consumo y del 8% en las unidades vendidas, según GfK. Todo suena poco alentador salvo en el segmento de los productos premium, con unos televisores de más de 75 pulgadas desatados y unas diademas de audio (30% de subida) convertidas en reducto de moda de la Generación Z.
La sostenibilidad ha sido uno de los temas fundamentales de la feria, con electrodomésticos capaces de capturar microplásticos y diversas formas de producir energía renovable en casa. El ingeniero ecológico Franz Streibl insta a los diseñadores de electrodomésticos a incorporar la reparabilidad en su trabajo. Si son modulares, los consumidores pueden repararlos y actualizar los componentes clave para aprovechar los últimos avances tecnológicos.
Christine Betz, de BSH Home Appliances, expone fórmulas para incentivar a los consumidores a que contribuyan a la economía circular. Como decíamos en esta columna, la gran innovación que requiere la transición hacia un mundo más sostenible consistirá en ayudar a los usuarios a adoptar comportamientos acordes con ese objetivo. Christoph Wendker, de Miele, y Elin Bergman, cofundadora de Nordic Circular Hotspot, secundan esa visión, pero advierten: todo dependerá de que la reparación sea más barata que comprar un producto nuevo.
Robots, automatización, móviles plegables, incluso una propuesta de blockhain para securizar el movimiento de datos en los hogares. Business as usual. Pero IFA Berlín, pese a su generosidad con los fabricantes de China, en un momento especialmente delicado para ello, ha dejado claro que el 5G tiene un rival muy serio en el wifi. ¿Con quién estaremos más cómodos en nuestra casa?