El algoritmo de TikTok debe de tenerme bien controlado, porque no para de enviarme estímulos que me hacen estar pegado al móvil horas y horas todas las noches. Hay días en los que quiero leer o ver una serie y, de repente, me doy cuenta de que ya es medianoche y toca meterse a la cama, salvo que seas fan de “La Voz”, que en un derroche de horarios antieuropeos, a esa hora todavía está arrancando. Ahí me tiene la red social china, viendo recopilaciones de golazos, batallas de ‘freestyle” y algo nuevo que le ha dado por mostrarme, afortunadamente, y que bien podría llamarse “artistas a corazón abierto”.
Desde hace algún tiempo, y como esta cosa no hace más que retroalimentarse, no paro de disfrutar de canciones en directo con una cantidad de sentimiento que ni un libro de Antonio Gala. Pongo algunos ejemplos, para solaz y esparcimiento del usuario, aunque nunca terminé de entender lo de esparcimiento, como tampoco entiendo raudo en la expresión raudo y veloz. El primero de los clips que quiero mostraros es de James Blunt, el inglés más ibicenco, cantando “Goodbye my Lover” en “La Voz” (casualidad) en Alemania. Tremenda interpretación que hace que los cuatro ‘coaches’ no caigan en la trampa y actuación de esas que ponen la piel de gallina, con lagrimita en los ojos a punto de caer. Lo que a los que cantan en hogueras les gustaría lograr y no consiguen.
@thevoiceclipx James Blunt – Goodbye my lover #thevoiceglobal #thevoice #gottalent #music #song #fy #viral #fyp ♬ som original – thevoiceclipx
Acto seguido, el algoritmo tiene a bien mostrarme a Eminem marcándose una improvisación sobre cómo había sido su vida en casa, en lo que bien podría ser la precuela de “8 Millas”, auténtico peliculón para los que nacimos entre el 85 y el 95. Esa sonrisa de disfrute y verdad no me la quito de la cabeza.
@rapreloaded Eminem and proof the duo we all needed #hiphop #rap #eminem ♬ Love You So – The King Khan & BBQ Show
Comparto estos vídeos con mi colega y exjefe Manu Quiroga, antaño talibán del rock y del metal y que ahora es capaz de valorar lo que le mando, mostrando que el tiempo nos hace más sabios, al menos a él. Quizá sólo a él. Me contesta mandándome un directo de Pearl Jam en el que Eddie Vedder, su cantante, interpreta “Alive”, una especie de exorcismo en directo. No es para menos, dado que lo que narra en esa canción es cómo, siendo un adolescente, su madre le dice que su padre es en realidad su padrastro y que el biológico está muerto.
Algo parecido es lo que cuenta Tom Delonge, cantante y guitarrista de Blink 182, sobre la elaboración de uno de sus mejores temas, “Stay Together for the Kids”, el grito desesperado y un pelín ‘emo’ del adolescente que vive cómo sus padres se separan y terminan a tortas. “No es tanto sobre la música, sino sobre las emociones. Y la emoción es lo que resuena en las personas”, concluye Delonge, uno de los cantantes con voz más icónica que uno se puede encontrar.
Y es que, precisamente, lo que tienen en común estos vídeos James Blunt, Eminem, Eddie Vedder o Tom Delonge es el sentimiento, la emoción, el corazón. Estoy convencido de que escribir sus propias letras o contar sus propias vivencias es lo que provoca que esas actuaciones conecten de otra manera. Sería imposible que Vedder se moviese así si un John Smith cualquiera hubiera escrito “Alive” o si la historia no le perteneciese. Ya no sería un cantante emocionado, sino un actor. El corazón convierte una buena canción en algo más.
En el fondo, el corazón convierte casi todo en algo mejor. Cuando alguien se siente involucrado, parte fundamental de un proyecto, lo que produce tiene otro cariz. Los mejores trabajos de mi carrera han sucedido cuando los vivo, cuando pongo algo más que manos y cabeza, cuando vuelco el corazón. Que es que ponen sobre la mesa estos cuatro cantantes que me han hecho trasnochar, otro día más.
Feliz lunes y que tengáis una gran semana.