Nos dirigimos realmente hacia lo desconocido en los sectores de radio y televisión, pero no hay otra opción que avanzar. Podría ser el argumento de una serie de gran presupuesto. El presidente y CEO de la NAB (National Association of Broadcasters), Curtis LeGeyt, acaba de iluminar en el NAB Show de Las Vegas uno de los puntos de fricción más calientes. Se ha desatado, dice, una auténtica competición por ocupar una parcela (“real estate” ha sido su expresión en inglés) en el dashboard del coche conectado.

De un lado, las emisoras tradicionales, inevitablemente fragmentadas, pero forzadas a unirse; de otro, las todopoderosas big tech, Spotify, Apple Music, SiriusXM; y en medio un automóvil que camina hacia el coche habilitado por software. Es el sector con más propensión a incorporar inteligencia artificial, dice Capgemini, la auténtica revolución, mucho más disruptiva que la del sistema de propulsión. Pero aún busca sentido. Lo que esperan los usuarios de Tesla es muy diferente de la experiencia en un General Motors.

La tecnología y la innovación en modelos de negocio va a resultar clave en un proceso de reinvención de los medios audiovisuales cuya resolución no está clara todavía. “La tecnología que funcionó para el viejo mundo no funciona para el nuevo mundo”, asegura Roman Sick, director ejecutivo de Holoplot, la empresa de Berlín que ha desarrollado el sistema de audio espacial de la monumental MSG Sphere de Las Vegas. La estrena U2 en otoño. Controlan el sonido con algoritmos para que la experiencia sea la misma en cada asiento.

La propia presidenta de la FCC (Federal Communications Commission), Jessica Rosenworcel, destapaba en Las Vegas otro de los puntos de fricción que se avecinan en el sector al anunciar el lanzamiento de la Future of Television Initiative. Se trata una colaboración público-privada para impulsar la transición hacia el nuevo estándar de retransmisión ATSC 3.0, en el que se basa lo que se conoce como NextGen TV. Funcionará sobre IP, permitiendo así la convergencia con internet, calidad 4K, contenido interactivo y sonido inmersivo.

Es significativo que, por el momento, la transición hacia la NextGen TV avanza un 30% más rápido que la de la televisión digital en EEUU. Por cierto, en el diseño de este estándar ATSC 3.0 participaron hace unos años las universidades politécnicas de Valencia y el País Vasco, además de corporaciones como Sony, Panasonic, Samsung y LG. Hay huella española ahí.

Curtis LeGeyt cree que la NextGen TV permitirá reforzar aquello que hace distintas a las cadenas de radio y televisión frente a las big tech: la cobertura local. Un posible vector de fuerza entre los creadores de contenido y de tecnología en la nueva era de desglobalización. En los últimos dos años y medio de Covid-19, la gente no buscaba información sobre emergencias en Apple ni Amazon. “En lo que los broadcasters vamos a florecer es en ofrecer contenido en directo local gratis”, apostilla.

¿Cuál será el contenedor de ese futuro audiovisual que se avecina?, le pregunta la periodista de Univisión Los Ángeles Gabriela Teissier. No está claro. “Cada actor tendrá una respuesta diferente, la forma de ese contenedor no estará clara hasta que no sepamos cómo es esa conexión con las comunidades locales en 5, 10, 20 años”, dice LeGeyt. Esta serie de suspense da para varias temporadas.

Vikram Arumilli, vicepresidente de IMAX Corporation, y Bill Baggelaar, CTO de Sony Pictures, conversan precisamente sobre el asunto y su conclusión es que la clave está acertar con la calidad de la experiencia del usuario, sea cual sea el soporte, el momento y el lugar. “La gente habla de bitrates, códecs, aspect ratio, protocolos, 4K, UHD, 30 frames por segundo, 60 frames por segundo…”, les plantea Dan Rayburn, presidente de la conferencia. Sony está siendo capaz de ofrecer streaming a 40 megas por segundo y se plantea llegar a 80 megas. Una burrada. Netflix requiere de normal cinco, 15 megas para el 4K.

Tenemos muchas ofertas en el mercado, todo el mundo está compitiendo por nuestro tiempo, ya sea leyendo noticias, escuchando podcasts, viendo televisión. Dónde se genera más valor. ¿Un mundo de servicios de nicho que crezca orgánicamente? Baggelaar ve la realidad virtual todavía una tecnología “aislante”, pero en cuanto consiga llegar al mercado, junto a la realidad aumentada, será muy diferencial por su forma de impactar en el usuario.

La estrategia de IMAX 3.0 es llevar la experiencia a un abanico más amplio de consumidores, de hogares, de dispositivos personales. La tecnología abriendo paso a nuevos modelos de negocio. “El contenido en directo es una de nuestras grandes ambiciones”, dice Arumilli. Los creadores son las nuevas startup, pero la innovación tecnológica tiene mucho que decir en esa forzosa reinvención de la radio y la televisión que se avecina. Es tiempo para visionarios.