Lejos queda el amistoso paseo que protagonizaron en 2016 Brack Obama y Angela Merkel entre los expositores de la Hannover Messe, la mayor feria industrial de Europa. En aquella ocasión, se quiso interpretar la imagen como una suerte de concordato tecnológico entre el internet industrial norteamericano y la industria 4.0 alemana.
La edición de 2023 acaba de cerrar sus puertas y la disputa por los datos de las factorías hiperconectadas e inteligentes, esos datos que se necesitan para el IIOT (industrial internet of things), ha demostrado estar más enconada que nunca. En el horizonte, la revolución digital, un futuro mundo conectado con inteligencia artificial (IA) el 100% del tiempo tanto a la nube de los hiperescalares, como a esas nubes locales que conforman lo que se conoce como edge computing.
Sea cual sea el dispositivo, todos deberán proporcionar una experiencia de smartphone y por ellos deberá fluir la IA aportando información sobre el contexto y capacidad de decisión en tiempo real gracias a su conexión a la nube. Vendrán el modem 5G y el Wi-Fi 7, y más. Pero calma si aún no has llegado a ese punto, aún queda mucho camino por recorrer.
Tres lecciones de Hannover Messe. Primera, definitivamente los protagonistas han cambiado. Dominando el campo de batalla, los grandes señores de la nube: Microsoft Azure, Google Cloud y Amazon Web Services. Y sobre el terreno, con las tecnologías del edge computing como gran bocado en disputa, las empresas de servicios industriales, muchas europeas. Apasionante.
Cada cual va tomando posiciones y así se pudo ver en los enormes stands que contrataron los principales actores de la contienda tecnológica. Accenture, ABB, Atos, Bosch, GE Digital, Infosys, Siemens y Autodesk, se alinean con AWS; Aveva, también Bosch, PwC, IBM, Honeywell International, Tata, Software AG y Cognite, con Microsoft; y Accenture de nuevo, Kyndryl, GFT, NTT Data, T-Systems y Deloitte, con Google Cloud.
Segunda lección: el gemelo digital ya no se cuestiona. La clave es que ha pasado a ser opcional para el conjunto del proceso productivo, pero imperativo para esas partes críticas en las que tiene que innovar una empresa, allí donde se la juega con tecnología. Las inversiones son muy altas y el Industry 4.0 Barometer 2023 que elabora MHP, consultora del grupo Porsche, ha dejado claro que el cálculo del retorno de la inversión (ROI) se ha convertido, en estos momentos de incertidumbre, el principal obstáculo para la digitalización. Antes de invertir, pruébalo con software.
Una línea completa de diseño, maquinaria, software de orquestación, gemelo digital y hasta reciclado de baterías para el coche eléctrico ocupaba el 40% del stand de Siemens. Había una de esas máquinas que llaman sandwich, porque propician la unión del ánodo y el cátodo para la electrolisis. Se ha mejorado la tecnología asiática gracias a un gemelo digital creado en colaboración con el Instituto Tecnológico de Karlsruhe, varios proveedores europeos y un fabricante de maquinaria alemán. El resultado es un equipo capaz de adaptarse a longitudes variables sin cambiar los utillajes.
Tercera lección: precisamente esa propiedad adaptativa será una de las grandes aplicaciones de la inteligencia artificial en la industria, según lo visto en una feria en la que la etiqueta ‘IA Industrial’ ha aparecido de forma recurrente, aunque no siempre justificada. A ningún ingeniero se le pasa por la cabeza hoy utilizar una tecnología de chatbot en una planta porque la clave es la robustez y la fiabilidad. Por debajo del 99,999 y muchos nueves más por ciento de fiabilidad una tecnología está descartada, es inaceptable para la industria. Y en el caso de la IA, un 80-90% de fiabilidad ya se considera un nivel muy alto.
Pero hay un tipo de IA, el machine learning, que se aplica desde hace mucho tiempo en industria y cada vez tendrá más sentido y espacio para actuar. También en el stand de Siemens se podía ver un robot capaz de decidir cómo agarra la pieza que le llega, venga como venga. Es algo que no puede anticiparse con programación, porque no se puede prever. Sobre ese tipo de tecnología se construirá la futura fabricación autónoma.
Pasaremos de entornos en los que las circunstancias de fabricación resultan previsibles y más o menos estáticos, aunque haya AGV (vehículos) y AMR (robots) sin conductor en movimiento, a instalaciones basadas en la autonomía, con máquinas capaces de decidir lo que tienen que hacer con inteligencia. Eso sí, la convivencia con los sistemas actuales, con largos plazos de amortización, resulta insoslayable, será uno de los grandes desafíos de los equipos de IT y OT.
En consecuencia, se espera un boom este año de los ecosistemas de IIOT. Las empresas, ya digo, unas más rápidamente que otras, están tomando posiciones. Unas se asocian con los señores del cloud y la mayoría de proveedores industriales defienden sus propias tecnologías, por ejemplo, el edge, y tratan de defender posiciones. Como ha sucedido antes en otros ámbitos tecnológicos, probablemente no hay espacio para tanto sistema y vayamos hacia una selección natural.