Antes de empezar, ved este vídeo:
Ahora, decidme que no es uno de los mejores contenidos que se pueden encontrar en Internet. Es tan surrealista que casi parece una broma de Fernando Alonso a los usuarios. En una entrevista de hace ya un par de años, ante la sencilla y también curiosa pregunta de si va al supermercado a hacer la compra, el Nano comienza a liarse durante minuto y medio con algunas frases maravillosas. Arranca con un elocuente “Claro que voy al súper; si no, no hay compra”. Sigue liándose afirmando que “Me mola ir al supermercado”. Luego prosigue con un ejemplo para la posteridad: le gusta ir “si hace falta toallas”. Y termina con un delirante “Siempre es emocionante”. Insisto, es Fernando Alonso hablando de ir al supermercado.
No sé cuántas veces he podido ver este vídeo desde que se publicase, allá por agosto de 2021, cuando “El Plan” estaba en marcha. Si el piloto era ya una leyenda del deporte español, ahora para mí se convertía en algo más que eso, en una leyenda que, a su vez, es todo un personaje entrañable. Para muchos de los que nos levantábamos hace ya casi 20 años para ver al asturiano de madrugada, para los que nos sabemos de pe a pa las canciones de Melendi dedicadas al piloto, los que no queríamos ni a Barrichello, Schumacher ni al Button, los que vivimos a Fernando Alonso primero coronado rey del viento, verle volver a competir fue una noticia increíble. Pero un vídeo como éste prueba, de alguna manera, algo más: sin ya nada que demostrar a nadie, el Nano va a calzón quitado y directo a ganar la carrera de genio y figura.
A sus 41 años, el ovetense debutó ayer en el Mundial de Fórmula 1 de este año quedando tercero en Baréin. Son 16 años más que la gran estrella actual, Max Verstappen, y, sin embargo, ahí está Alonso, peleando con su Aston Martin en su primer año, ilusionando 20 años después a su legión de fans. Pero de una manera muy distinta a la de hace un par de décadas. Si en sus comienzos el Nano ganaba, pero siempre tenía un punto distante que algunos calificarían de arrogante, la sensación que tengo ahora, como se destila en el vídeo del comienzo, es que Alonso vive hoy tranquilo, en paz con los medios, disfrutando y exprimiendo cada segundo, con la relajación que te da saber que tienes los deberes hechos y que sólo queda disfrutar antes de que llegue el final.
Veo esa cara relajada, la paz y la serenidad en las entrevistas, y pienso lo fantástico que es cuando llegamos a ese punto en nuestros trabajos, cuando una vez superada la sensación de tener que demostrar algo a alguien, cuando logramos la confianza tras varios éxitos y un puñado de fracasos, empezamos a vivir más sosegados. No significa que trabajemos menos, para nada; que alguien le diga a Alonso, un currante en todos los equipos por los que ha pasado, que no se entrega igual. No, no es eso, se trata de que todo lo relativizamos más, que alcanzamos un punto en el que logramos disfrutar, vivir la magia con algo menos de fuego, pero durmiendo mucho mejor.
Podemos aprender mucho de Fernando Alonso y su ilusión genuina, ya sea por competir en el Mundial de Fórmula 1 o por ir a un supermercado.
Feliz lunes y que tengáis una gran semana.