Hay cosas que son de cajón, verdades irrefutables. 1: Nunca sabrás quién era Marta y quién Marilia en Ella Baila Sola. 2: El antiguo brik de Central Lechera Asturiana quizá no fuera tan sostenible, pero cumplía el módico cometido de dejarte servir leche. 3: La música española es peor desde que no existe un programa como Música Sí. 4: Luis Enrique y Fernando Simón comparten foniatra. 5: Nunca irás a una entrevista de trabajo en la que no te hagan la pregunta mágica, la que siempre llevas preparada, la que no puede faltar… ¿Dónde te ves de aquí a cinco años?
Un tiempo atrás, esta última me parecía la pregunta de las preguntas, casi más un plan de carrera que un interrogante. Me he escuchado demasiadas veces diciendo cosas como “Brand Manager”, “Senior Brand Manager”, “Blablabla Manager” y un largo etcétera que me lleva hasta hoy. Hasta hoy. La más grande de las cuestiones, que un día me cautivó, cada vez me parece más innecesaria. Cumplo años y se cumplen muchos de los sueños, pero, lejos de tener las cosas más claras, el paso del tiempo me ha hecho tener más dudas de todo.
Observo con envidia a aquellos que saben con nitidez lo que serán, porque lo serán, en 2028, su particular Agenda 2030, pero yo cada vez veo más metas volantes que metas finales. Sin caer en el tópico de vivir el presente, es cierto que me interesan más los retos accionables que los objetivos grandilocuentes. Antes, frente a la pregunta “¿Dónde te ves de aquí a cinco años?” siempre terminaba citando una posición profesional concreta, como si ese fuese el destino al que llegar. La experiencia me ha enseñado que ese es el camino más rápido hacia el tortazo, que uno no siempre maneja los plazos y que, sobre todo, las personas cambiamos mucho en cinco años, con lo que también nuestros sueños y aspiraciones.
Se llega mucho más lejos cuando la pregunta se reformula y se orienta a cuestiones mucho más relevantes y necesarias para el progreso. ¿Cómo quieres ser de aquí a cinco años? Un interrogante como ese movilizaría muchísimo más hacia el desarrollo de competencias, hacia la adquisición de las capacidades que te permitirán aspirar a posiciones que en el futuro podrían interesante o justo para todo lo contrario, para entender que lo que antes te volvía loco ahora ya no lo hace.
¿Dónde te ves de aquí a cinco años? Yo no tengo ni idea, sólo espero que rodeado de proyectos que me apasionen y de personas de las que aprender. ¡Ah! Y, por supuesto, en un mundo en el que abrir un brik de leche sea mucho más fácil.
Feliz lunes y que tengáis una gran semana.