Todavía recuerdo el día en el que asistía a clase en una prestigiosa escuela de negocios española, y el profesor hizo algo rompedor: en lugar de entregarnos el típico caso impreso para que lo estudiásemos en casa, nos envió un correo para que descargásemos un vídeo. En lugar de un relato en texto adornado con tablas Excel, el caso estaba relatado en primera persona por los protagonistas. La escuela era el IESE; el profesor era José Luis Nueno, y el caso era la expansión internacional de Inditex.
Ignoro si aquel gesto innovador del Profesor Nueno ha supuesto una revolución de los materiales formativos en las escuelas de negocios. Pero mi mente volvió a las aulas del IESE cuando supe que en menos de un mes, las plataformas de streaming nos iban a ofrecer nada menos que tres series de alto presupuesto sobre empresas reales. Una sobre Uber, otra sobre Wework. La tercera, sobre Theranos.
Cuando digo serie, no hablo de docuseries. No. Estos tres dramas que pueden verse ahora en distintas plataformas cuentan con actores de la talla de Jared Leto, Uma Thurman o Anne Hathaway. Nos cuentan la historia de tres compañías a través de las decisiones que van tomando sus fundadores. Las tres son interesantes, cada una por un motivo distinto.
Apple+ hace gala de su capacidad presupuestaria para ofrecernos Wecrashed, un producto redondo, magníficamente producido y con interpretaciones de primer nivel a cargo de los oscarizados Jared Leto y Anne Hathaway. Nos cuenta la historia de Adam Neumann, un personaje carismático que puso en pie la compañía de coworking Wework con una visión y un estilo de management muy poco convencionales. ¿Propósito corporativo? Elevar la conciencia de la humanidad. Ahí es nada. ¿Que un empleado te da malas vibraciones en un pasillo? Despido inmediato.
La confianza que Neumann tiene en sí mismo resulta arrebatadora en pantalla. Hay momentos en los que el espectador puede llegar a creerse de verdad que Wework estaba destinada a cambiar no sólo el mercado de las oficinas, sino el problema de la desmotivación de los trabajadores en todo el mundo. La cosa no termina bien.
También es trágica la historia de Travis Kalanick que recoge la serie Super Pumped, la batalla por Uber (Movistar+ en España). El intenso fundador de Uber es representado en pantalla por el actor Joseph Gordon-Levitt. La historia refleja bien que para conseguir doblegar las regulaciones obsoletas del transporte público en el mundo entero no sólo se necesitó amplio respaldo financiero, sino una actitud personal de misión en la que todo lo que no sea la empresa es prescindible. Y ahí tenemos un buen drama servido a modo de thriller de negocios.
Uma Thurman hace de Arianna Huffington, un personaje que añade color a la trama, a medio camino entre consejera y gurú espiritual. Un magnífico Kyle Chandler -qué buen actor es- representa el mundo de los fondos de capital riesgo y su tumultuosa relación con fundadores carismáticos como el de Uber.
Por último, en The Dropout (Disney+) podemos asistir a la historia de un fraude a gran escala en la persona de Elizabeth Holmes, una estudiante de Bioquímica de Stanford que dejó la carrera para perseguir su idea, y que con 30 años era la emprendedora más rica del mundo. Ahora espera sentencia en un juicio con jurado por el que pueden llegar a caerle hasta veinte años de prisión.
La startup de Holmes se llamaba Theranos, y prometió desarrollar un dispositivo capaz de hacer analíticas completas a partir de un pequeño pinchazo en el dedo angular de los pacientes. La fundadora había tenido una experiencia traumática siendo niña, y basándose en los avances de la nanotecnología, creyó que sería posible obtener decenas de análisis con una sola gota de sangre. Silicon Valley la creyó: si alguien es capaz de inventar ese dispositivo, revolucionaría el mundo de la medicina.
Pero la realidad es tozuda. Aunque Holmes cambió el timbre de su voz, imitó la forma de vestir de Steve Jobs, y terminaba con brillantez todas las frases que salían de su boca, esta historia tampoco termina bien. No sigo porque a mí también me fastidian los spoilers.
¿Podrían servir estas series como caso de escuela de negocios? Ojalá alguna haga un test. Podría hacerse proponiendo a la clase que viese los dos primeros capítulos, y se pusiera en la piel de los personajes principales para responder algunas preguntas sobre los dilemas a los que se enfrentan.
El caso Wework podría servir para las clases sobre Estrategia Corporativa. Pienso que nos enseña cómo aunque el propósito corporativo es vital para movilizar personas y recursos con sentido de trascendencia, pasarse de trascendencia es peligroso. Si el propósito es tan elevado que hay que subirse a una escalera para cogerlo, la frustración es probable. Otro ángulo posible sería el de analizar si Wework es una empresa de datos, como sostenía Neumann para argumentar la valoración que llegó a tener, o es otra empresa inmobiliaria.
La historia de Uber encajaría en la asignatura de Innovar de verdad. Porque las buenas ideas no son suficientes para cambiar el mundo. Detrás de una disrupción de calado, hay siempre alguien con sentido de misión, dispuesto a cualquier sacrificio, con un cierto nivel de paranoia y el apoyo de un grupo de inversores dispuestos también a todo.
En el caso de Theranos hay lecciones sobre ética, muchas; por ejemplo, el fake it till you make it -falsear la realidad haciendo parecer que se ha logrado algo imposible hasta que se consigue- no sirve en proyectos de investigación básica. Pero también hay aprendizajes para inversores. Es mejor ponerse una vez colorado haciendo una buena Due Diligence que fiarse simplemente del prestigio de otros que apoyan el proyecto.
El método del caso fue inventado en Harvard a principios del siglo pasado. El supuesto que lo convirtió en un producto formativo de éxito es que los casos nos cuentan historias, y nada enseña más que una buena historia. Ahora, esas historias nos llegan en streaming.
¡A aprender!