Opinión Andrés Rodríguez

En procesión con José Tomás

El torero regresa hoy a Jaén con 40 grados a la sombra con 46 castañas, tres años después de su última faena, con una propuesta extraña, solo cuatro toros en solitario.

La fiesta despega. Y desde lo alto recupera ese cosquilleo en las tripas que se siente cuando la lidia emociona. ”¡A los toros, a los toros!”, se canta cuando se va…”¡De los toros, de los toros!, se murmulla cuando se vuelve. Porque se ve muy pocas veces, porque como las auroras boreales, o los delfines brincando frente al faro de la Mola en Formentera, cuando pasa, ya no puedes dejar de buscarlos.


José Tomas regresa hoy a Jaén con 40 grados a la sombra con 46 castañas, tres años después de su última faena, con una propuesta extraña, solo cuatro toros en solitario. Primero se agotaron las plazas de hotel, luego las reservas en Bagá, el restaurante de Pedrito Sánchez y su mujer Mary Paz Cano, criado en los fogones de Martín Berasategui, y luego las entradas. Tomás es un imán, aunque es de recibo apuntar en el libro de sesiones que sus propuestas, cuando regresa, eluden medirse en las plazas de primera, y eso trastoca las reglas del juego.

Tauroemoción, la empresa organizadora, colocó las 12.000 entradas en apenas 60 minutos. Las de sombra son hoy un referente más fiable que el barril de Brent. El cartel lo ha pintado Miquel Barceló, amigo del diestro, y espero ver, como siempre, a Sabina y a Calamaro, entre otros. Él mismo ha seleccionado los toros y las ganaderías, eludiendo las reglas del sorteo de Juan Pedro Domecq, Victoriano del Río, y Álvaro Núñez. Es el día de la patrona. Esta semana cumplió 40 años Rosa Copado la fotógrafa influencer que se ha convertido en una mini celebridad local.

El cartel, de Miquel Barceló, que llama a filas a los devotos de Tomás.

En San Isidro, Ángel Téllez (24), que entró en la feria como sustituto de Emilio de Justo, y Tomás Rufo (23), se han metido la feria en el bolsillo antes de la treintena y han puesto en su sitio a la figuras. Tan sólo Morante en una de las tardes, memorable eso sí, y El Juli, el torero Mercedes Benz, el que nunca se rompe, han mantenido su leyenda. La plaza se llenó de chavales, así que a los taurinos no nos preocupa el futuro, sino la renovación de la fiesta y sus sostenibilidad.

29 festejos y un total de 535.426 espectadores (11 tardes se colgó el cartel de No hay billetes) son muchas razones para que Ayuso se enfrente a la renovación de Las Ventas, que no está en condiciones. Dentro de unos días la plaza cumplirá 91 años, es una señora mayor que ha visto pasar por su puerta el féretro del Yiyo, sus soportales convertidos en lugar de encuentro homosexual, grabar un concierto de AC/DC, tocar a Prince y qué sé yo más cosas… Este año, tras las corridas, la plaza se convertía en discoteca. A mí no me gusta, prefiero el silencio tras las faenas, pero hay que hacer caja. Además, ahora con la llegada del Bernabeu polivalente, como sede para espectáculos para distintos aforos y con techo móvil, Las Ventas ya no es competitiva para muchos conciertos, y veremos si lo será para el circo navideño.


Invité a comer a Alejandro Talavante y a Ángel, su hombre de confianza, en la mesa comunitaria del Club Matador, antes de su espectacular renovación. Talavante, torero espiritual de porte antiguo, planeaba su regreso confiado a Las Ventas con cuatro tardes. Aprendí mucho en aquella comida de cómo para los toreros el tiempo, el éxito y el compromiso tienen acepciones que no vemos los mortales que vivimos sometidos a las fuerzas de la prisa y el dinero.

Pero no fue bien. Talavante necesita más rodaje esta temporada.
Madrid abrió tres veces la Puerta Grande, bien contado por las crónicas de Crónicas de Zabala de la Serna y de Antonio Lorca, a pesar de haberse cortado 27 orejas. 174 toros de 25 hierros corretearon por el ruedo y los baretos del barrio hicieron caja mientras la guapura tomaba el barrio. Por eso es una fiesta.

Muy controvertida fue la decisión de El País, con intervención de Carlos Yárnoz, Defensor del Lector, de no publicar en su edición en papel las crónicas de San Isidro y relegarlas a la edición digital. “El periódico debería haber advertido que las crónicas taurinas solo se publicarían en la web”, rezaba el titular. “Unas elocuentes cifras sobre la deriva en la edición impresa: en 1995, El País publicó más de 1.000 textos sobre toros; en 2019, año sin pandemia, fueron 150; desde el pasado 1 de enero, solo seis.(…) En la edición digital sí se encuentra esa información, pero también a la baja. Se ha pasado de 800 textos en 2015, a 440 en 2019, y a 87 en lo que llevamos de 2022. (…) Los lectores aficionados echan pestes”. ¡Si el bueno de Joaquín Vidal levantase la cabeza desde donde escribía aquellas lecciones de periodismo, desde la garita del garage Roma de la calle Campanar! Espero que El País asuma su responsabilidad y no relegue la fiesta, como hizo con el boxeo.


No faltaron, eso sí, a columna antitaurina anual de Manuel Vicent (86), y el dibujo editorial de El Roto (75), cuya exposición: OPS, El Roto, Rábago. Tres en uno, en VETA (1200 metros cuadrados en la calle Antoñita Jiménez), la galería de Fer Francés (30), es imprescindible de ver y se inauguró esta semana.
También esta semana llegó a mis manos el número 16 del periódico Minotauro (5 euros), ya en su sexto año, editado por la Peña Antoñete a la que pertenezco desde el Club Matador, con un excelente trabajo fotográfico del santanderino Bernardo Aja. Editado por La Fábrica, merece la pena también el libro de Manuel Naranjo Martell, nacido en Sevilla pero de ascendencia gringa, Tarde de Toros. Fotografías de toros y toreros son fáciles de encontrar; un lenguaje personal en la imagen taurina es bien difícil. Se echa de menos a Canito. Y claro, El Fin de la Fiesta. Por qué la tauromaquia es un escándalo… y hay que salvarla, del erudito Rubén Amón, para los que no lo tienen claro.

Esta cita abre el libro, editado por Debate: “Solo cuando el hombre haya superado la muerte y lo imprevisible no exista, morirá la Fiesta de los Toros” (Jacques Cousteau). Y si quieres risas, cómo no, el Juncal, de Jaime de Armiñán (casado con Elena Santonja) en su edición de la exquisita Fulgencio Pimentel con pasodoble incluido compuesto por Vainica Doble: “¿Quién es la maravilla/que arma la marimorena?/Un torero de Sevilla/con sangre murciana en su venas. (..:) Juncal es un torero/más artista que Belmonte/mas valiente que Espartero/triunfal con el capote/genial banderillero”.

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