Desde que Bitcoin despegara como un cohete, gracias a Elon Musk, para luego desinflarse como un globo, miles y miles de personas se han ido adentrando de lleno en este “mundo”, comenzando a invertir en criptomonedas; un concepto que ha pasado de ser casi desconocido a copar un gran número de conversaciones a todos los niveles.
Si os van los memes, hay uno que explica bastante bien lo que ha pasado y que viene a decir algo tal que así: “En pandemia, el 50% de tus amigos ha empezado a jugar al pádel, el otro 50%, a invertir en criptomonedas”. Y es una realidad. Un dato que lo refleja es que más del 50% de los usuarios que han invertido en criptomonedas en nuestra app son usuarios que no habían invertido con anterioridad. Pero que todo el mundo pueda acceder a un producto de inversión no quiere decir que deba hacerlo, al menos, sin tener unas nociones básicas de cómo se regula el mercado.
En este sentido, lo primero que debemos entender es que no hay ningún tipo de inversión 100% segura. Ninguna. Y las criptomonedas, no son una excepción. De hecho, ofrecen un riesgo alto no apto para todos los inversores. Su precio fluctúa cada vez que alguien de relevancia se muestra a favor o en contra o si países como China prohíben el uso de las criptomonedas en servicios de pagos o desaconsejan su uso. Y estos bandazos no ayudan a su desarrollo.
¿El bitcoin es bueno o es volátil? ¿Me haré rico o me arruinaré?, nos preguntamos todos. Sin embargo, pocas veces se piensa en los intereses ocultos de unas u otras afirmaciones. He aquí mi opinión: Bitcoin o Ethereum no son ni la panacea de la inversión ni una hipoteca subprime. Simplemente es una forma de invertir más, que hay que entender y saber gestionar.
El bitcon, ¿nuevo pago digital?
Que el mundo digital es el futuro nadie lo discute. La pandemia lo ha acelerado y vivimos en un entorno tecnológico que hace 20 años ni hubiéramos imaginado. Si el dinero en efectivo está cada vez más en desuso y el contactless o los pagos móviles en auge, ¿por qué no tienen futuro las criptomonedas?
Parece que aquellos que afirman con rotundidad que es un activo extremadamente volátil no recuerdan lo que puede suponer para la economía fenómenos como la inflación; y es que el dinero, tal y como lo conocemos, tampoco resulta ser a veces la apuesta más segura.
Lo que, a mi parecer, deberían entender muchos gobiernos y entidades bancarias es que no se debe tener miedo al cambio, a la transformación, a adoptar nuevas formas de pago.
También deberían dejar de poner muros a estas nuevas tendencias e intentar comprenderlas, regularlas y acompañarlas en su desarrollo; no olvidemos que se encuentran en una fase muy temprana. De hecho, hace solo unos días, uno de los expertos de JP Morgan en criptodivisas avisaba de que la corrección del Bitcoin y Ethereum no ha terminado todavía, es decir, deben bajar un poco más para que vuelvan a recuperar la tendencia alcista: hay que darles tiempo. No sabemos qué va a pasar con las criptomonedas próximamente, pero, igual, deberíamos abrazarlas y aceptarlas como el futuro de los pagos digitales. Un futuro cada vez más cercano.
**Sergio Cerro, es CEO y cofundador de Rebellion.