«Uno nunca sabe qué le depara el futuro, pero creo que mi lugar aquí dentro es estar cerca del producto, como mi padre siempre hizo», ha dicho Marta Ortega sobre su papel en Inditex en una entrevista que ha dado al diario estadounidense The Wall Street Journal, donde la presentan como «el arma secreta de Zara».
La menor de las hijas de Amancio Ortega lleva trabajando para Zara 14 años. Empezó tras graduarse de la universidad con un cargo de asociada de ventas en la tienda King’s Road en Londres (Reino Unido). «La primera semana pensé que no iba a sobrevivir», afirma. Ahora, a sus 37 años, parece dispuesta a tomar el relevo de su padre. «Sé grande en el trabajo y pequeño en la vida. Es una de las mejores cosas que he oído», ha afirmado en la entrevista.
A pesar de las impresiones que dejan sus declaraciones, Ortega siempre ha mantenido un perfil bajo y discreto tanto en la esfera pública como en la empresa. De hecho, no ostenta ningún cargo ejecutivo. A pesar de ello, su labor es vital para la compañía.
Pablo Isla, CEO de Inditex desde 2011 y premio FORBES al CEO de la década, asegura en el artículo que la presencia de Marta en el área creativa es decisiva: «Es muy humilde, pero al mismo tiempo tiene opiniones muy claras y marcadas sobre diferentes aspectos». Desde la fábrica de Arteixo en La Coruña, se dedica al cuidado exhaustivo del producto y visita las tiendas de Zara casi todas las semanas para supervisar los diseños con el jefe de operaciones Miguel Díaz.
Isla también augura que el papel de Marta se volverá más significativo a medida que la empresa se concentre cada vez más en la sostenibilidad durante la próxima década. A los 85 años, su padre está técnicamente retirado del puesto ejecutivo, aunque sigue yendo a trabajar a la empresa prácticamente todos los días y no parece que tenga pensado un relevo a corto plazo.
Las cifras de Inditex
En junio de 2021 el Grupo Inditex facturó aproximadamente 23,4 mil millones de dólares (19,8 mil millones de euros) en ventas. Pero esto no es algo que a Marta le guíe en su día a día. De hecho, reconoce que aunque obviamente son una gran empresa, no lo siente «tan grande». «No sé nada sobre las grandes cifras. Ni siquiera queremos hablar de ello. En nuestro trabajo diario no es algo que nos preocupe», indica.
Su mantra personal y alegoría del posible futuro de Inditex: «Construir puentes entre las pasarelas y la calle, el pasado y el presente, la tecnología y la moda, el arte y la funcionalidad», además de conseguir que «no solo una poca gente tenga acceso a la alta calidad, sino que esa oportunidad llegue a todo el mundo».