Probablemente sea la nave más famosa de todos los tiempos. Más allá del trágico suceso de 1912, el Titanic ha inspirado libros, canciones y, por supuesto, la película probablemente más icónica de la historia, que arrasó en todas las salas de cine.
Ahora, el Titanic vuelve a intentarlo, esta vez en su versión moderna. El proyecto está financiado por el empresario australiano Clive Palmer a través de su compañía naviera Blue Star Line. Palmer podría considerarse una versión australiana de Donald Trump: en 2019 alcanzó la riqueza, pero debido a disputas con el gobierno australiano sufrió importantes pérdidas económicas entre 2022 y 2023, antes de recuperarse en los últimos dos años.
Titanic II en términos económicos
En términos económicos, el proyecto Titanic II representa una inversión estimada entre 500 y 1.000 millones de dólares, financiada principalmente por Clive Palmer y su empresa. El coste de los billetes aún no ha sido publicado oficialmente, pero se espera que los precios reflejen el lujo y la exclusividad de la travesía. Fuentes cercanas al proyecto sugieren que los pasajes de primera clase podrían superar los 200.000 dólares, mientras que las cabinas estándar se situarían en un rango mucho más accesible, aunque aún elevado, dada la experiencia única que ofrece el recorrido transatlántico.
El viaje inaugural del Titanic II promete ser una experiencia única, pensada para que los pasajeros sientan la grandeza y la majestuosidad del transatlántico original, pero con todas las comodidades y medidas de seguridad modernas. La travesía reproducirá exactamente el itinerario histórico: zarpará desde Southampton, Inglaterra, y cruzará el Atlántico hasta Nueva York, Estados Unidos, con paradas intermedias en Cherburgo (Francia) y Queenstown, hoy Cobh (Irlanda), como homenaje al recorrido que el Titanic original jamás completó en 1912. Durante el trayecto, los pasajeros podrán disfrutar de recreaciones de los menús de primera clase, tertulias culturales y eventos nocturnos en los salones de baile, todo ambientados al estilo de la Belle Époque.

Los detalles del barco
Cada detalle del viaje ha sido cuidadosamente planeado. Las cubiertas superiores ofrecerán espacios abiertos para contemplar el océano Atlántico, mientras que los camarotes de lujo contarán con ventanales panorámicos, mobiliario artesanal y servicios personalizados. Se implementarán rutas de evacuación claramente señalizadas y simulacros de seguridad para garantizar la protección de los pasajeros, aprendiendo de los errores del pasado. Además, el sistema de navegación incorporará radares, GPS y comunicaciones satelitales, permitiendo que la travesía sea segura incluso en condiciones adversas.
En cuanto a las especificaciones del barco, el Titanic II mide 269 metros de eslora y 32 metros de manga, con nueve cubiertas que albergarán 835 camarotes, capaces de acomodar hasta 2.435 pasajeros junto con cerca de 900 tripulantes. Cada espacio ha sido diseñado para reproducir fielmente la estética del Titanic original: desde la escalera imperial, con su imponente barandilla de madera tallada, hasta los salones de primera clase, los comedores y las áreas de recreo.
Entre las instalaciones destacadas se encuentran un salón de baile de triple altura, un casino, un gimnasio completamente equipado, piscinas y restaurantes temáticos que recrean los menús históricos, adaptados al paladar moderno. Todas las áreas contarán con climatización, conexión a internet vía satélite y sistemas de entretenimiento contemporáneos, fusionando el lujo clásico con la tecnología actual.
El Titanic II funciona con un sistema de propulsión diésel-eléctrico, claramente mucho más eficiente y respetuoso con el medio ambiente que el carbón utilizado en 1912. Su diseño también incluye mejoras en la estabilidad y seguridad: la cubierta adicional permitirá disponer de botes salvavidas suficientes para todos los pasajeros y tripulantes, y las rutas de evacuación están planificadas para garantizar una evacuación rápida y ordenada en caso de emergencia.

Con estos detalles, el Titanic II no solo busca revivir el mito del transatlántico más famoso de la historia, sino también ofrecer una experiencia de lujo y aventura marítima que combine nostalgia, confort y seguridad, todo mientras surca las mismas aguas que aquel barco legendario nunca logró conquistar, desde Southampton hasta Nueva York.
