Los puertos deportivos españoles atraviesan una etapa de madurez y consolidación, especialmente en Cataluña y Baleares, donde los modelos de colaboración público-privada se han consolidado como ejemplos de gestión eficiente. Aun así, el sector coincide en que es necesario seguir avanzando para que su aportación económica y turística tenga un mayor reflejo en las políticas públicas y en los marcos de reconocimiento institucional.
Durante el Salón Náutico de Barcelona, los principales representantes del ámbito náutico compartieron datos que subrayan su relevancia: en Baleares, la náutica privada genera más del 60 % de los ingresos de la Autoridad Portuaria, mientras que en otros países europeos, como Francia o Italia, las concesiones a largo plazo se conciben como herramientas de desarrollo económico sostenible.
El encuentro destacó también la importancia de contar con indicadores estadísticos específicos que permitan medir con precisión el impacto del sector, capaz de generar actividad económica y turismo de alto valor añadido. En definitiva, se hizo un llamamiento a la cooperación continua entre administraciones y sector privadopara potenciar el papel de los puertos deportivos como espacios abiertos, activos turísticos y motores de prosperidad para las regiones costeras.
El Salón Náutico de Barcelona acogió una mesa redonda organizada por Marinas de España sobre el futuro de los puertos deportivos en España. La sesión, moderada por Joan Moya, reunió a Tomás Azcárate (CEO de Marinas de España), Toni Zaforteza(CEO de OCIBAR), Albert Bertran (CEO del Puerto de Sitges y presidente de Ports de Catalunya-ACPET) y Esther Roca (directora general de Puertos de la Generalitat).
Cataluña como paradigma de la colaboración público-privada
Albert Bertran situó a Cataluña como referente en la relación público-privada. «El paradigma de la relación público-privada es Cataluña», afirmó el presidente de ACPET, destacando que la asociación ha crecido de ocho puertos en 1983 a 48 puertos asociados actualmente.
Bertran recordó los inicios del debate sobre prórrogas: «La primera vez que hablé de prórrogas, desde la administración no me dijeron que estaba loco, pero casi». Sin embargo, esa ley de puertos salió adelante con las prórrogas, «y hoy día todos estamos contentos de que existan las prórrogas e incluso otras comunidades autónomas también están contentos».
La complejidad administrativa: un reto nacional
Tomás Azcárate ofreció una radiografía de la compleja realidad administrativa. «Los puertos son empresas muy complejas, ecosistemas muy difíciles de gestionar», explicó, destacando la maraña de competencias entre comunidades autónomas, autoridades portuarias y diferentes ministerios, cada uno con legislación y tasas distintas.
El CEO destacó un caso reciente de éxito en Canarias: «Hay dos concesiones, una en Gran Canaria y otra en Lanzarote, que ha sido un trabajo conjunto con un compromiso de inversión muy importante para dar seguridad jurídica e incentivar la inversión».
Baleares: el modelo de éxito consolidado
Toni Zaforteza presentó el caso balear como ejemplo consolidado. «Para la Autoridad Portuaria de Baleares, la náutica privada representa más del 60% de los ingresos», afirmó.
Respecto a Port Adriano, Zaforteza fue claro: «Lo de menos es el puerto, es una plataforma para muchas otras cosas. Somos una plataforma para generar mucha más economía alrededor nuestro. Tiene un factor multiplicador enorme».
Zaforteza comparó la situación española con otros países europeos: «En Francia e Italia, la administración ve los puertos y la náutica como un generador de riqueza global. Aquí la administración sigue mirando a veces muy a corto plazo, el canon que le va a pagar el puerto». También destacó que «en Italia hay concesiones de 80 años, algo que aquí no tenemos».
El déficit de reconocimiento turístico
Albert Bertran fue directo: «Nosotros somos puertos deportivos y turísticos y muchas veces nos quedamos solo… turísticos desaparece». Fue especialmente crítico con la situación en FITUR: «¿Cómo puede ser que no haya nada en absoluto de puertos en el stand de Cataluña? Lo he transmitido directamente a turismo de Cataluña».
Toni Zaforteza reforzó este argumento: «Somos la parte turística de alto valor añadido. Somos el turismo que genera más gasto, que genera más economía indirecta, que desestacionaliza más».
El desafío estadístico y de reconocimiento oficial
Tomás Azcárate identificó un problema estructural: «Los CNAES no están reconocidos, no hay un CNAE específico de puertos deportivos, por lo tanto a nivel del Instituto Nacional de Estadística no existe un peso específico respecto a la actividad económica».
Azcárate reivindicó: «Hay que poner en valor toda la importancia del tránsito, de la entrada de turistas de alto poder adquisitivo, que aportan mucho valor añadido, tienen vínculos con el tema industrial para el mantenimiento, el refit».
La respuesta de la administración catalana
Esther Roca defendió el trabajo realizado: «El modelo de Cataluña es un modelo que se basa básicamente en la gestión indirecta, es un modelo de colaboración público-privada claramente».
Roca asumió compromisos concretos: «Tenemos una obligación en mejoras de gobernanza, facilitar órganos consultivos, agilidad administrativa, suprimir trámites». Y confirmó el cambio respecto al turismo: «Lo de turismo se está revirtiendo, que ya habrá FITUR de aquí a dos años al menos».
La integración con el territorio
Albert Bertran, que culmina ahora su labor de más de ocho años al frente de la asociación catalana, cerró con una reflexión sobre integración: «Es muy importante la integración puerto-municipio para que la gente se dé cuenta de que los puertos son espacios abiertos en los que cabe todo el mundo». Y lanzó un mensaje claro: «A ver si erradicamos de una vez el componente este de que los puertos son de ricos. Los puertos son para todo el mundo».
La mesa redonda dejó patente que el sector atraviesa un momento de madurez, con modelos consolidados en Cataluña y Baleares, pero con desafíos importantes. La reivindicación del reconocimiento como activo turístico, la visibilización estadística del impacto económico, la simplificación administrativa y la seguridad jurídica emergieron como los grandes retos compartidos.
