El compositor y pianista bretón Yann Tiersen (Brest, 1970) ha hecho con su carrera una constante trayectoria de escapismo. Debutó con su primer álbum en solitario, “La valse des monstres”, en 1995 y apenas seis años después, con 31 años, logró el éxito internacional con la banda sonora de la película de Jean-Pierre Jeunet “Amélie”. Desde entonces ha rehuido la fama y la atención mediática, trasladándose en 2012 a vivir a Ouessant (Eusa, en idioma bretón), una pequeña isla de apenas mil habitantes situada a 20 kilómetros de la costa de Bretaña, donde vive junto a su esposa, la también compositora Émilie Quinquis, y el hijo de ocho años que tienen en común.
Su decisión de empezar a viajar en velero surgió hace unos ocho años. “Nací en la ciudad portuaria de Brest, en la Bretaña, y ahora vivo en la isla de Ouessant –nos explica Tiersen por teléfono, desde algún punto indeterminado del mar de Groenlandia–, así que el mar siempre me ha rodeado. A finales de 2017 tuve una infección pulmonar, una especie de covid antes del covid, y pasé dos meses en el hospital. Fue una infección realmente grave y después de eso decidí, simplemente, centrarme y comprometerme con las cosas que quiero hacer en mi vida. Y la vela formaba parte de ello”.
Así, la pareja –porque la decisión fue de los dos– se matriculó en la escuela bretona de vela Les Glénans y, después de aprender algo más que los rudimentos de la navegación a vela, quiso comprar seguidamente un Alubat OVNI 435, que bautizaron “Ninnog”, en recuerdo de una monja galesa de la Alta Edad Media, fallecida en la Bretaña francesa, que pasó a la historia como defensora de la sostenibilidad y la silvicultura. Y en 2023 se hicieron a la mar, acompañados por una pareja de marineros profesionales, la española Maite Fernández Alonso y su pareja, Fréderic Haouissée, con quienes terminarían de aprender y practicar todos los conocimientos necesarios para ser autosuficientes, a lo largo de una travesía de tres meses de duración que les llevó desde Ouessant a la cercana Morlaix… pero después de hacer paradas en Irlanda, las islas Hébridas, las Shetland, las Orcadas, las Feroe, las Scilly y diversos puntos de las costas de Escocia, Inglaterra y Gales…
Más al norte
Este verano, Yann Tiersen se propuso una travesía aún más ambiciosa, ya que se dirigió aún más al norte, al mar de Groenlandia y el océano Ártico, con paradas en la isla de Jan Mayen y los pequeños poblados de Longyearbyen y Ny-Ålesund, en la isla de Spitsbergen, la mayor del archipiélago noruego de Svalbard. Inicialmente, su esposa no viajaba con él desde el principio, no al menos cuando se realizó esta entrevista, a mediados del pasado mes de mayo. “No, de momento no está a bordo, porque está sacando su disco ahora [«eor», publicado a principios de mayo] y yo quería salir hacia el norte bastante pronto, para llegar a Svalbard a principios de junio. Así que decidimos que ella hiciera primero su promoción y sus conciertos que hacer y promoción y ella se unirá por el camino, más adelante”.
Leí hace dos años un artículo en The Guardian en el que decía que la idea de viajar en velero surgió en 2021, por la incómoda sensación de viajar generando contaminación, emisiones contaminantes. Pero, ¿cuándo empezó tu relación con el mar?
Nací en Brest, en Bretaña. Es un puerto, y también vivo en Ouessant, que es una isla. Así que el mar siempre me ha rodeado. A finales de 2017 tuve una infección pulmonar, una especie de Covid antes de Covid, y pasé dos meses en el hospital. Fue realmente una infección grave y después de eso simplemente decidí centrarme y comprometerme con las cosas que quiero hacer en mi vida. Y la vela formaba parte de ello.
¿Navegabas cuando eras joven?
No, no lo hacía.
¿Cómo aprendiste?
Hice algunos cursos. Cuando quiero algo, cuando me centro en algo, estoy bastante, ya sabes, a tope con ello. Así que han sido dos o tres años centrado en el aprendizaje.
¿Y qué hizo Émilie, tu mujer? ¿Era ella también aficionada a la vela?
Sí. Es un proyecto para los dos. Nos turnábamos para aprender y para subir a bordo del barco, porque tenemos un niño que todavía es pequeño.
¿Cuándo empezaste a vivir en Ouessant y qué te hizo trasladarte allí?
En realidad, es una especie de razón personal. Mi padre murió cuando yo tenía ocho años y el único recuerdo que tengo de él, curiosamente, es en esta isla, pese a que mis padres no vivían allí, sino enfrente, en tierra firme. Y así que he estado obsesionado con ese lugar desde que era adolescente y he ido allí muchas veces. De hecho, grabé mi tercer álbum, «Le Phare», allí, en 1997. Fue un álbum importante para mí y en 2002 grabé otro, y me llevé allí todo mi equipo y nunca me he movido de allí desde entonces. Poco a poco fui estando allí a tiempo completo y vivo en la isla desde 2012.
Vuestra primera gira musical os llevó a Émilie y a ti, en el verano de 2023, hasta las Hébridas, las Shetlands, las Orcadas, las Feroe… ¿Por qué decidisteis hacer esa ruta en particular?
Me pasé todo el invierno de 2022 planeando la ruta, porque quería hacer pequeños conciertos, algunos gratuitos y otros normales, y había que asegurarse de que las condiciones meteorológicas fueran ya lo suficientemente favorables para navegar y poder realizar los conciertos. Había que planificarlo todo con antelación. Y cuando quiero algo, me pongo a tope con ello.
Pero esa ruta incluía muchos territorios casi despoblados… El objetivo de tu gira en velero es la sostenibilidad, pero también podías haber hecho una ruta sostenible parando en puertos con mucha más población, entre ellos Londres…. Burdeos, Biarritz, San Sebastián, Bilbao, Santander… Toda la costa belga, holandesa, alemana, báltica, todo el Mediterráneo…
Este año pasado ya hice una gira española. Pero en la primera ruta la idea también era también centrarnos en el idioma de los países celtas, por eso elegí esos destinos. Y ahora vamos a Svalbard, que tampoco está muy poblada también. Es que mi objetivo no es tanto la gira como compartir mi música. Vivo en una isla porque me cansé un poco de las giras por grandes ciudades. Las ciudades ya no están destinadas a ser el centro de todo. El futuro está en otros lugares y en la naturaleza.
Y la gira actual, ¿cómo va a ser?
En esta gira, por el momento, vamos a ir de Inverness a Tromso y de Tromso a Svalbard, donde tocaremos en Longyearbyen, si conseguimos llegar allí y no tenemos ningún problema. El objetivo en esta ocasión es reunirme con científicos para hablar con ellos y entrevistarlos. Y nos centramos en Svalbard, porque es el lugar donde el cambio climático está siendo más rápido [los estudios dicen que se está calentando seis veces más rápido que la media mundial]. Así que quiero realizar entrevistas con científicos de la base científica de Ny-Ålesund y utilizarlas para improvisar y hacer música con ellas. Así que esta gira forma parte de un proyecto más global.
Pero creo que también vas a actuar en grandes ciudades este invierno…
Sí, el último concierto de esta gira naval es en Bergen, el 21 de agosto, pero también hago giras normales en grandes ciudades, no sólo navegando de ciudad en ciudad. Pero cuando no estoy navegando voy de gira con mi furgoneta, intentando no hacer demasiados kilómetros entre concierto y concierto. Lo que hice en España el año pasado fue navegar desde el sur de Francia hasta las Islas Baleares [en octubre visitó Mahón e Ibiza] y de allí a Valencia. Y desde Valencia hice una gira por tierra para regresar al barco. Este año actuaremos en España en noviembre: el 9 en Barcelona, en la Sala Paral.lel 62, y el 10 en Madrid, en la sala Wagon.
¿Y llevas los instrumentos en el barco o tocas con lo que haya en el puerto al que llegues?
No, todo lo llevo a bordo, porque yo hago música electrónica y piano. Puedo tocar el piano in situ, pero el resto del equipo lo tengo todo conmigo.
¿Por qué elegiste el Alubat OVNI 435?
Porque queríamos ir hacia el norte y poder navegar también por aguas poco profundas. Ahora, por ejemplo, he ido de Ouessant a Tromso y después al archipiélago de Svalbard. Así que es el barco perfecto, dentro de nuestro presupuesto.
«Eusa» fue tu primer álbum de piano en solitario. ¿Cómo es posible que hayas tardado treinta años en componer para ese instrumento como solista?
Porque nunca he estado muy centrado en el piano. En realidad «Eusa» nació para poder hacer una gira mundial, una “gran gira” con la que recaudar fondos para crear un espacio cultural en la isla de Ouessant. Primero escribí música para piano, hice la gira en solitario y después grabé el disco.
Los dos álbumes que ha publicado esta pasada primavera, «The Liquid Hour / Rathlin From a Distance», son muy diferentes. ¿En qué sentido la inspiración para esos álbumes procede de la naturaleza y del lado urbano de su vida?
Bueno, en realidad no tengo ningún lado urbano en mi vida. No paso mucho tiempo en las ciudades, para ser sincero. El álbum del piano se hizo después la gira en velero: cuando estás en el mar, te enfrentas a ti mismo y no tienes ninguna presión social, así que puedes descubrir quién eres y cuál es tu lugar en este mundo y este álbum trata de eso. Y una vez que descubres tu verdadero yo, estás listo para salir, hacer cosas y luchar. Así que el álbum electrónico trata más sobre el mundo y mi intento de luchar contra el fascismo y todo lo que está ocurriendo en el planeta en estos momentos. Como siempre he dicho, es la música que espero que alguien tenga en sus auriculares, haciendo activismo, haciendo algo.
Tanto en «Eusa» como en «Kerber» los títulos de las piezas son lugares de la isla. Y también en «Rathlin from a Distance». ¿Toda su inspiración procede de la naturaleza que le rodea?
En 2014, con mi mujer, cruzamos California en bicicleta, y un día, atravesando el parque natural de Sinkyone, al norte de California nos dimos cuenta de que nos estaba acechando un puma. Nos estuvo siguiendo durante unos veinte minutos hasta que pasó un coche, el primero que veíamos en horas, y se asustó. Pero nosotros seguimos pedaleando asustados durante horas, preguntándonos si aún nos estaría persiguiendo. Estuvimos muy cerca de morir porque, un mes después de eso, dos ciclistas murieron así. Ahí cambió mi visión del mundo. Yo era hasta entonces ignorante de mi entorno. Es extraño, porque pude haber tenido esta revelación en el mar pero, en realidad, la tuve en tierra, por ese puma. Y me di cuenta de que ser ignorante y no ser consciente del ecosistema en el que vives o por el que pasas puede causarte la muerte. Por eso es por lo que empecé a nombrar lugares en los títulos de mis piezas y a hacer música relacionada con ellos, porque creo que es una forma de prestar atención a lo que nos rodea.
Bueno, última pregunta, la primera gira la hiciste con una marinera española, Maite Fernández Alonso y su pareja. ¿Estás ahora de gira tú solo sin marinero?
En esta no, porque vamos a Svalbard y sólo somos cuatro en el barco: estoy con Szabo, que es marinero y un miembro más de la tripulación. Y Colin, que está filmando a bordo la expedición a Svalbard.
