El concepto de un superyate nuclear parece sacado del guión de una de las películas de la saga Misión Imposible o de cualquier otra cinta de ciencia ficción. Sin embargo, parece estar más cerca que nunca de la realidad. El prestigioso constructor holandés Feadship se ha unido recientemente a la Organización Marítima de Energía Nuclear (NEMO), un consorcio de empresas «dedicadas a promover regulaciones justas y eficaces para el despliegue, la operación y el desmantelamiento de la energía nuclear flotante». Esto no significa que la compañía vaya a lanzar mañana mismo un yate nuclear, pero sí que estudia seriamente esta tecnología dentro de su estrategia hacia una «navegación a vela neutra en carbono», anunciada en 2020. De hecho, ya en 2010 presentó el concepto Relativity, que incluía un motor nuclear.
«Unirnos a NEMO se ajusta a nuestra visión de explorar todas las vías creíbles hacia un futuro sostenible», explicó Giedo Loeff, director de innovación y estrategia de Feadship. «Puede que la energía nuclear no sea la solución del mañana para los superyates, pero podría formar parte del horizonte a largo plazo, y es nuestra responsabilidad ayudar a dar forma a esa posibilidad de una manera segura y sostenible». La innovación para la compañía es su pan de todos los días: en 2015 presentó el Savannah, primer superyate con propulsión híbrida diésel-eléctrica, y en 2023 botó el Breakthrough, inicialmente diseñado para Bill Gates y considerado el primer superyate del mundo propulsado íntegramente por hidrógeno verde.

El interés de Feadship se enmarca en un debate mayor dentro de la industria. «La energía nuclear ofrece el potencial de ser tan transformadora para el transporte marítimo como el paso de la madera al hierro o de la vela al vapor», afirmó Engel-Jan de Boer, director global del segmento de yates de Lloyd’s Register. En un informe de 42 páginas titulado Fuel for Thought: Nuclear for Yachts, añadió que la fisión nuclear «podría redefinir la navegación de lujo» hacia «una nueva era en la que los yates se propulsan con la energía ilimitada del átomo».
No obstante, el propio De Boer reconoce enormes desafíos. A Motor Boat & Yachting señaló que «la percepción pública y la política serán los principales obstáculos. ¿Permitirán los países que los yates de propulsión nuclear entren en sus aguas territoriales, atraquen en sus puertos deportivos, se les preste servicio o se les repostar combustible?». Más allá de cuestiones técnicas como la seguridad de los reactores, la gestión de residuos o la exposición a la radiación, el mayor reto podría ser convencer a la opinión pública.
La cuarta generación de reactores de fisión en desarrollo incluye opciones más pequeñas y seguras: desde microreactores de tubos de calor hasta reactores rápidos refrigerados por plomo. Los más prometedores parecen ser los de sales fundidas, denominados reactores modulares pequeños (SMR) o «microrreactores», cuyo tamaño compacto permitiría instalarlos en yates de más de 45 metros. «Va a ser muy caro y se necesitaría un propietario como, por ejemplo, un amigo de Elon Musk que crea en esta tecnología», advirtió Vincenzo Poerio, director general de Tankoa Yachts. Recordó además que «los submarinos nucleares lo llevan utilizando desde hace décadas», aunque subrayó la necesidad de estrictos protocolos de seguridad.
Otros expertos son más escépticos. «Si gastamos tanta energía tratando de ocultar los secretos nucleares a Irán, ¿por qué se la daríamos al propietario de un yate privado?», cuestionó el diseñador Greg Marshall. No obstante, ve potencial en los reactores de torio: «El isótopo de torio se degrada de forma similar, pero es mucho menos radiactivo. Las unidades que se están probando solo miden 3 x 3 x 3 pies, por lo que, desde el punto de vista de la escala, es plausible en un yate». Para Marshall, la transición hacia lo nuclear en el sector del lujo es cuestión de tiempo: «Las ventajas potenciales de mayor autonomía, alta potencia, sostenibilidad medioambiental y prestigio tecnológico hacen que los yates de propulsión nuclear sean una perspectiva interesante y posiblemente transformadora».
