Benito Soto fue uno de los piratas más conocidos de la historia de España. Ajusticiado por la Gran Bretaña en 1830 (con Fernando VII mirando hacia otro lado), sus andanzas a bordo del Burla Negra fueron legendarias durante varias décadas de principios del siglo XIX. Tanto es así, que dicen que Espronceda se basó en el personaje de Benito Soto para escribir su mítica Canción del Pirata, en el que el Temido sería el trasunto literario Burla Negra (ya saben, aquello de «…bajel pirata que llaman por su bravura el Temido…»).
En La Burla Negra, José María Castroviejo relata las aventuras y desventuras de Benito Soto, que nació en 1805 en la ría de Aldán, donde aprendió las artes marineras pescando con su padre. Soto arrancó su carrera delictiva amotinándose en el barco que navegaba (un bergantín esclavista brasileño, nada más y nada menos), lo pintó de negro y se dedicó a saquear con él todo objetivo interesante como botín que se encontrara en su camino.
Esta novela histórica, curiosamente, se publicó por primera vez en 1955, pero se ha rescatado ahora por Ediciones del Viento porque la historia del velero más temido del Atlántico durante muchos años es francamente imbatible.
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