El Fortuna ha sido, probablemente, el yate más famoso de la historia de España. Juan Carlos I lo usaba de forma habitual en sus tiempos de esplendor, y era un recurso obligado en las páginas del colorín cuando el rey emérito gozaba de una popularidad arrolladora. La Familia Real renunció a él en 2013, poco antes de que abdicara y dejara la corona en manos de Felipe VI, y desde ahí ha vivido una peculiar travesía que lo ha conducido del éxito al ostracismo en menos de una década.
El Fortuna se construyó en el año 2000 y fue sufragado por Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur) para agradecer la promoción de las islas que hacía el rey emérito con sus constantes visitas a Mallorca. Su coste fue de 20 millones de euros, tiene 41 metros de eslora y su principal virtud pasaba por ser el barco más rápido de la época, ya que podía alcanzar los 70 nudos de velocidad (casi 140 kilómetros por hora).
Esta impresionante velocidad ha sido precisamente en el pasado una de las principales causas de su ostracismo. El Fortuna equipaba tres motores Rolls & Royce que consumíann lo que no está en los escritos, lo que provoca que su coste de mantenimiento sea escandaloso. Este hecho, unido a la caída de la popularidad del rey emérito en la última década, convirtieron el barco soñado por medio planeta en un bien mucho menos deseable.
Tras la renuncia del monarca en 2013, Fundatur recuperó su posesión y lo vendió a Balearia por 2,2 millones de euros. La empresa dianense intentó venderlo sin éxito por los motivos comentados en el párrafo anterior, y al final terminó por hacerle un excelente refit en 2023 que incluía su remotorización. Las turbinas Rolls & Royce originales se sustituyeron por dos motores MTU 2000 (1600 CV ), con lo que el consumo actual es 9 veces inferior a cuando llevaba las turbinas. Tras todo este proceso, ahora está disponible para su alquiler en Ibiza bajo el nombre de Foners.
Si desean alquilarlo, pueden encontrarlo aquí.
