Los veleros más legendarios del mundo siguen poblando las aguas baleares en estos meses de verano. En estos días tenemos navegando por Ibiza al Xarifa, una espectacular goleta de 50 metros que ha tenido mas vidas que un gato. Construido en 1927 en el astillero británico JS White & Co en la isla de Wight bajo diseño del arquitecto naval Joseph M. Soper, surcó por vez primera aquellas aguas con su casco de acero y tres mástiles en su aparejo, deslumbrando desde el inicio por sus 1.400 metros cuadrados de superficie vélica.
El encargo lo realizó Franklin Morse Singer, hijo del célebre fabricante de máquinas de coser, que bautizó la embarcación como Xarifa, nombre que en árabe significa “dama hermosa”. Los Singer añadieron otra singularidad: la madre del armador, Isabella Eugenie Boyer, figura entre las personalidades que inspiraron al escultor Bartholdi para modelar el rostro de la Estatua de la Libertad.
En 1930, tras sólo tres años, la familia Singer vendió el barco al magnate de la prensa británica Edward Mauger, accionista del Telegraph. A finales de los años treinta, el barco pasó a manos de Samuel Eliot Morison, historiador y profesor en Harvard. Morison utilizó la embarcación para documentar sus trabajos de investigación sobre los viajes de Colón. Aquellos trabajos, culminados en el libro Admiral of the Ocean Sea, le valieron el premio Pulitzer en 1943.
En la posguerra, el Xarifa fue adquirido por el científico austríaco Hans Hass, pionero en la investigación submarina y la divulgación marina, que lo transformó en buque oceanográfico, escenario de películas y reportajes premiados en foros internacionales. Bajo la titularidad de Hass, el Xarifa fue la base de operaciones para varias expediciones por el Índico y el Pacífico, financiando gran parte de estas actividades a través de la venta de documentales a la BBC.
A finales de los cincuenta vivió una nueva vuelta de tuerca. El empresario italiano Carlo Traglio lo encontró en Singapur y lo devolvió a la navegación privada, llegando a ser escenario de la película El marinero de Gibraltar, con Orson Welles y Jeanne Moreau, y lugar habitual de fiestas de la alta sociedad europea, amarrado en Mónaco.
En 2012 la embarcación fue adquirida por la empresa panameña Vibrant Shipping & Corp, que financió una restauración completa en el astillero Metalships & Docks del grupo Rodman en Vigo y, finalmente, en Freire Shipyard. Dotado de sistemas modernos y restaurado a su aspecto más original, el Xarifa sigue hoy navegando por el Mediterráneo como charter de lujo.
