Hace cuarenta años, Pershing llegó a la mar al presentar su primera embarcación: Pershing 45, diseñada por Fulvio De Simoni. Esta lancha deportiva de lujo combinaba un diseño agresivo, ingeniería de alto rendimiento y tecnologías avanzadas para la época, como pasarelas hidráulicas y arcos para radar. Su velocidad (más de 60 mph) y sofisticación marcaron el inicio de una reputación que se consolidaría durante las siguientes décadas con modelos cada vez más ambiciosos.
Las raíces
La historia de Pershing comenzó de manera humilde. Sus fundadores –Tilli Antonelli, Fausto Filippetti y Giuliano Onori– fundaron el astillero con un nombre poco comercial, Cantiere Navale dell’Adriatico , y se dedicaban a reparar barcos de madera. Todo cambió al aliarse con el arquitecto naval Fulvio De Simoni, quien introdujo una visión revolucionaria para el diseño de yates, con un enfoque en la velocidad y el estilo poco común hasta entonces.
Para conquistar el mercado internacional, el equipo decidió rebautizar la marca con un nombre más potente: Pershing, en honor al general estadounidense John J. Pershing. A diferencia de marcas italianas como Riva o Azimut, centradas en el diseño elegante, el nombre “Pershing” evocaba fuerza, velocidad y fiabilidad en alta mar, lo cual encajaba con su visión de crear embarcaciones deportivas de lujo.
El despegue
El éxito de la Pershing 45 les abrió las puertas al mercado global. Le siguió la innovadora Pershing 70, equipada con una turbina de gas de 5.000 CV que alcanzaba una velocidad récord de 63 mph a principios de los años 90. Esta embarcación fue tan revolucionaria que se exportó fuera de Italia, supuestamente a un exgobernador de Nueva York que la mantenía en el anonimato.
La marca se expandió aún más tras ser adquirida en 1998 por el Grupo Ferretti, lo que fortaleció su presencia global. Bajo esta nueva administración, se lanzó en 2004 la Pershing 50, que se convirtió en el modelo más vendido (con 105 unidades), por combinar velocidad con confort y diseño de alto nivel. Pershing también lideró innovaciones técnicas, como el uso de jets de agua acoplados a turbinas en la Pershing 115, o la propulsión de triple motor en la Pershing 108.
En la actualidad
En los últimos años, la marca ha diversificado su oferta con la gama GTX, enfocada en un público más familiar. Si bien estos modelos utilizan propulsión Volvo Penta IPS menos enfocada en la velocidad, retienen el ADN deportivo de Pershing. El GTX 70, por ejemplo, incorpora elementos de superyate como plataformas laterales abatibles y diseño de interiores de lujo con fibra de carbono, cuero y ventanales panorámicos, sin renunciar a los 85 km/h de velocidad.
El modelo insignia actual es la Pershing 140, lanzada en 2019: un superyate de aluminio de más de 30 metros con una zona de playa abierta en tres lados, una timonera elevada conectada al solárium y espacio exclusivo para el propietario.
Para Serafini, responsable de ventas de Pershing, la evolución de la marca refleja los nuevos gustos de sus clientes: quieren diseño, velocidad y también control personal. “Cuando alguien compra un Lamborghini, quiere conducirlo. Con un Pershing, ocurre lo mismo: quieren sentirlo y manejarlo. Ahí empieza nuestro diseño. O mejor dicho, ahí es donde empieza el siguiente diseño de Fulvio De Simoni.”