El verano de 2025 ha supuesto un punto de inflexión en la vigilancia y control de la náutica de recreo en España. La campaña de sanciones impulsada por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, en colaboración con la Dirección General de la Marina Mercante, Salvamento Marítimo, la Guardia Civil y la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN), se lanzó bajo el lema “Mitos que hacen aguas. Haz oídos sordos a los cantos de sirena y escucha la ley del mar”. El objetivo principal es reforzar la seguridad en el mar y garantizar el cumplimiento de la normativa vigente, poniendo especial énfasis en la eliminación de mitos y falsas creencias que pueden llevar a conductas peligrosas.
La campaña ha intensificado los controles e inspecciones a lo largo de todo el litoral español, con una presencia reforzada de la Guardia Civil en zonas de alta afluencia turística y en puntos donde proliferan los alquileres de embarcaciones y motos de agua. Se busca reducir el número de accidentes y emergencias, ya que casi la mitad de los incidentes marítimos estivales involucran a embarcaciones de recreo, muchas veces por fallos mecánicos, falta de experiencia o incumplimiento de la normativa. El año pasado, por ejemplo, se realizaron 4.380 inspecciones a embarcaciones de recreo y 2.522 a motos náuticas, cifras que este verano se prevé superar ampliamente. En la campaña anterior, las sanciones propuestas alcanzaron las 886 en embarcaciones y 974 en motos náuticas, con una cuantía total que rondó los tres millones de euros, una cifra que se espera superar en 2025.
Entre las infracciones más habituales detectadas por la Guardia Civil destacan la falta de seguro obligatorio, la ausencia de titulación o habilitación para el manejo de la embarcación, no disponer del certificado de navegabilidad, el incumplimiento de las zonas de navegación y los horarios permitidos, así como la falta de elementos de seguridad a bordo, como chalecos salvavidas o radio. Se estima que una de cada cuatro inspecciones termina en propuesta de sanción, siendo los particulares, especialmente los extranjeros que desconocen la normativa española, los más propensos a cometer este tipo de infracciones.
La labor de la Guardia Civil no se limita únicamente a la sanción, sino que también tiene un marcado carácter pedagógico. La campaña pretende que los navegantes tomen conciencia de la importancia de la seguridad y el respeto al entorno marino, transmitiendo el mensaje de que disfrutar del mar es perfectamente compatible con la responsabilidad y el cumplimiento de la ley. El verano pasado, las Capitanías Marítimas y Salvamento Marítimo atendieron 1.466 emergencias relacionadas con embarcaciones de recreo, con más de 3.600 personas implicadas. Las causas más frecuentes de estos incidentes fueron los fallos estructurales o mecánicos, que representaron el 77% de los casos, seguidos de varadas o embarrancamientos (7%) y de incendios, hundimientos o vías de agua (16%).
La zona más peinada de España es la Costa Brava, donde la campaña de sanciones de la Guardia Civil se ha dejado notar especialmente en el control de motos acuáticas y embarcaciones de recreo. El pasado verano, una de cada cuatro inspecciones terminó en sanción y el foco principal estuvo en las motos de agua, donde el 60% de las denuncias fueron por circular sin seguro o por aproximarse a zonas prohibidas, como áreas reservadas para bañistas o canales de entrada y salida de embarcaciones. También se detectaron infracciones por navegar fuera del horario permitido, no llevar chalecos salvavidas, no mostrar la matrícula de la embarcación o carecer de la titulación necesaria. Las empresas de alquiler suelen cumplir la normativa, pero los particulares, sobre todo extranjeros, son los que más infringen las reglas, a menudo por desconocimiento. Este verano se prevé realizar unas 600 inspecciones en el litoral catalán, superando las 569 del año pasado, que se saldaron con 152 denuncias.
En Baleares, la situación también es significativa. Las islas son la segunda zona de España con más incidencias náuticas, solo por detrás de Barcelona. En 2024 se registraron 237 emergencias durante el verano y 420 a lo largo del año, siendo el 56% de ellas en los meses estivales. La mayoría de los incidentes se debieron a embarcaciones a la deriva por fallos mecánicos, aunque también hubo casos de varadas, incendios, hundimientos y falta de comunicación. Durante la campaña de control de embarcaciones deportivas, la Guardia Civil realizó 319 inspecciones, con 94 sanciones propuestas. En el caso de las motos náuticas, se realizaron 136 inspecciones y se propuso la sanción de 79, principalmente por falta de seguro o habilitación para su uso. Además, en el sector del chárter náutico, el número de expedientes sancionadores ha crecido exponencialmente: solo en los primeros meses de 2025 ya se han abierto 40 nuevos expedientes, con multas que podrían superar los 170.000 euros, y hay más de 45 denuncias en tramitación por prácticas ilegales como el fondeo en zonas prohibidas o el transporte irregular de pasajeros
